El Ciudad Real, doce de cuyos jugadores participaron con diversos equipos en el reciente Mundial de Suecia, acusó el cansancio del torneo mundialista pero aún así se alzó con la victoria (26-29), en su visita a Antequera.

El equipo malagueño hizo una buena primera parte. Los de Antonio Carlos Ortega fueron siempre por delante en el marcador, salvo en los tempranos empates a 1, 2, 3 y 4, pese a la ausencia de muchos jugadores por lesiones y por trámites administrativos.

El preparador del cuadro antequerano tuvo que echar mano de muchos jugadores jóvenes, a los que sometió a la prueba de enfrentarse a una auténtica selección mundial, el equipo de Talant, al que trataron de tú a tú animados por su público.

Pero el gran partido en defensa de sus pupilos y la capacidad goleadora de un Nacho Moya sorprendente, de Juanan Ramos y de Rafa Baena -al que Talant reconoció había pretendido fichar-, decidió el marcador, incluso con inferioridades numéricas de los de Ortega. Así se llegaría a un 16-14 inesperado a favor del Antequera.

En el segundo tiempo, Talant aleccionó a los suyos, que entre eso y la salida de Arpad bajo los palos, ganaron en defensa, pero sobre todo supieron aprovechar superioridades de hasta dos jugadores menos excluidos por los colegiados entre las protestas de la afición local.

Tras ponerse por delante el Ciudad Real, muy entrada la segunda mitad, la seguridad de Yeray Lamariano, que Ortega sacó por Jorge Martínez, quien había hecho una sensacional primera parte, animó a los suyos para que el marcador fuera más igualado de lo previsible.

El Ciudad Real aprovechó las exclusiones de los jugadores del Antequera para mantener su corta ventaja, ampliada en los segundos finales hasta los tres goles.

A punto de dar la sorpresa

Nunca estuvo el Balonmano Antequera tan cerca de vencer al Ciudad Real. Y nunca lo pasó tan mal el equipo manchego en el Fernando Argüelles. El equipo de Antonio Carlos Ortega se presentó con apenas un gol de desventaja a falta de un minuto para acabar el partido.

Con la presión del público y con los jugadores más motivados que nunca, el ataque del Ciudad Real apenas sabía qué hacer encontrándose una y otra vez con un muro defensivo verde al que Antonio Carlos Ortega pedía presión a toda cancha. Por entonces pidió tiempo muerto Talant Dujshebaev, marcó jugada y, aunque los suyos no le hicieron mucho caso, apareció el mundialista Julen Aguinagalde para poner la puntilla al partido.

Sólo unos segundos después, Jurkiewicz maquilló el marcador hasta el 26-29 final que no hizo justicia al trabajo realizado por uno y otro equipo. Una vez más, Antequera rozó la gesta hasta el último segundo. Y eso que comenzaba la segunda vuelta de la Liga Asobal, que queda mucho por hacer en este campeonato ligero todavía.

El cuadro local partía con bajas tan significativas como las de Bakic y Vujovic, por problemas con su visado; e incluso con la lesión de Chispi, uno de los mejores de la primera vuelta. Mientras que el Balonmano Ciudad Real se presentaba cargado de medallistas en Suecia (dos de oro y ocho de bronce). Lo que era un dato abrumador de la calidad de la plantilla fue, quizás, una ventaja para los de Ortega: los manchegos llegaron cansados, sin ritmo y sin apenas tiempo para preparar el choque. Sólo en pequeños detalles la balanza se inclinó para los manchegos.