­Antequera necesitaba recuperar la magia del balonmano de primer nivel, a pesar de que el Meridiano, con un equipo joven, está fraguando una competición prometedora e ilusionante bajo las órdenes de Quino Soler.

Con la llegada de los «Hispanos» para disputar el pasado domingo el Partido de las Estrellas ante un combinado de jugadores de la Liga ASOBAL, las gradas del Fernando Argüelles recuperaron el aspecto de gala de los grandes encuentros del Balonmano Antequera de Antonio Carlos Ortega.

Precisamente, el técnico malagueño volvió a sentarse en el banquillo para participar en el homenaje de un jugador con el que compartió vestuario, José Luis Pérez Canca. Y cuando llegó el momento de darle el reconocimiento que merecía su carrera, la afición que lo vio jugar por última vez, le regaló una emotiva ovación.

No solo los antequeranos tenían ganas de sentarse en las gradas, sino que aficionados de distintos puntos de la geografía andaluza querían dejarse sorprender por los impresionantes trucos que les tuvieran preparados en la pista los jugadores nacionales.

De hecho, una hora antes del comienzo del encuentro y con las puertas a punto de abrir, había colas de gente esperando impacientes para ocupar una localidad en el pabellón.

Y en el momento que se dio inició al encuentro, las gradas no pararon de respirar por todas las esquinas un ambiente de fiesta. Los cánticos, bocinas y palmas le pusieron sonido a las acciones en el parqué antequerano.

Al término del choque, que acabó con victoria 33-23 de la selección española, y con la entrega de trofeos finalizada, el público se lanzó a la pista.

Los jugadores percibieron en todo momento el apoyo de una gente volcada con este deporte y atendieron con amabilidad a todos los que les pidieron un autógrafo o una foto. Antequera recuperó la magia por el balonmano y los «Hispanos» recogieron en redes sociales la gran atmósfera creada durante todo el partido.