Rugby

¿Qué hacen dos equipos españoles en la liga de rugby de Gibraltar? "Nos achuchan para que volvamos, pero no hay color"

El Club Bahía '89 de Algeciras y el Club Rugby Cádiz, reforzado con jugadores del RUX de Jerez, disputan junto a tres equipos del Peñón una competición liguera, ya que por motivos económicos su continuidad en Andalucía era "inviable"

Selección de Gibraltar de rugby.

Selección de Gibraltar de rugby. / Neil Wilson

Iñigo Corral

¿Qué hacen dos equipos de Cádiz en la liga de rugby de Gibraltar? Si esa misma pregunta la formula un gaditano como el exbético Joaquín cabe esperar, sin temor a equivocarse, que la respuesta pudiera ser de lo más pintoresca o disparatada. La realidad, sin embargo, es bien distinta. No da para tantas risas. Desde hace dos temporadas, el Club Bahía' 89 de Algeciras y el Club Rugby Cádiz disputan junto a tres equipos del Peñón una competición liguera y otra de Copa, la Gibraltar Rugby Rock Cup, por motivos meramente económicos porque la continuidad de ambos clubes en la liga organizada por la Federación Andaluza de Rugby (FAR) se hacía “inviable”.

La tradición del rugby con una estrecha península de menos de siete kilómetros cuadrados se remonta a principios del siglo XX, cuando en 1910, una orden de monjes irlandeses comenzó a enseñar aquel nuevo deporte en los colegios católicos de La Roca, según relata el presidente de la Gibraltar Rugby Football Union (GRFU), Stephen Paya. Casi al mismo tiempo, los militares británicos desplazados a la zona formaron un equipo con el que solían enfrentarse a los locales en Campamento, una pequeña localidad que pertenece al municipio de San Roque. El caso es que al no haber ningún campo de rugby en todo el Peñón, hasta la guerra civil, todos los partidos entre equipos gibraltareños se disputaron en territorio español.

Sin campos para jugar al rugby

Concluida la contienda en España, y coincidiendo con el término de la II Guerra Mundialla presencia militar en La Roca aumentó hasta tener alrededor de 6.000 efectivos, lo que ayudó a formar seis equipos con soldados de la base. Cuando el 8 de junio de 1969 el dictador Franco cerró la Verja, los gibraltareños se vieron, de repente, sin campos para jugar a rugby, así que tiraron de imaginación. Todo ocurrió muy rápido. Justo cuando el reloj de la torre de la iglesia de La Línea marcaba las 23:30 horas, un grupo de policías españoles se acercó a la cancela de hierro para echarle el candado. Un famoso historiador recordó que aquel acontecimiento se produjo una semana después de que John Lennon alquilara una grabadora de ocho pistas en unos almacenes de Montreal, con la que regresó a la habitación del hotel donde se hospedaba con Yoko Ono para grabar la célebre 'Give peace a chance' (Dale una oportunidad a la paz).

Liga de rugby de Gibraltar.

Liga de rugby de Gibraltar. / Neil Wilson

Los gibraltareños no dieron su brazo a torcer y comenzaron a practicar sobre pistas de tierra batida el rugby tag, una modalidad sin contacto que se juega con dos cuerdas en las caderas, y cuando a un jugador se le agarra de una de ellas, se le considera placado. La reapertura de la Verja a finales de 1982 trajo de nuevo la normalidad a la zona y los fanáticos del rugby en el Peñón regresaron a suelo español para reeditar sus enfrentamientos. En concreto, acudieron al campo de polo de Sotogrande y más tarde, tras conseguir el correspondiente permiso municipal, al de Guadiaro, donde disputa sus partidos el equipo de Estrecho, el actual San Roque Rugby Club.

Como a principios de la década de los noventa, comenzó a disminuir la presencia militar en el Peñón, la práctica del rugby decayó. “Aquello que tanto queríamos no tenía futuro si no conseguíamos competir”, apostilla Paya. Fue entonces cuando contactaron con la FAR, para negociar su entrada en la competición que se disputaba en Andalucía con el nombre de Gibraltar Barbarians. Y allí permanecieron enrolados en una liga extrajera para ellos hasta 2010.

La consolidación de la Federación de Gibraltar

En realidad, la Federación gibraltareña siempre mantuvo el deseo de fomentar el rugby y elevar su nivel competitivo con un propósito inequívoco: formar parte de Rugby Europe, cosa que aún no ha conseguido entre otras cuestiones por el reiterado veto de España. Todo pasaba antes de optar con ciertas garantías a colmar sus expectativas por tener campo propio y por crear una liga local con al menos cuatro clubes. Su plan deportivo a nivel interno resultó un éxito porque en la temporada 2010-2011 empezaron a competir dentro del Peñón con el mínimo de conjuntos exigidos: Gibraltar Bay BucanersEuropa StormersStraits Sharks y Rock Scorpions. A nivel institucional, lo de ingresar en Rugby Europe tendrá que esperar un tiempo.

Sin presupuesto para competir en Andalucía

Hace dos años el Bahía '89 y el Club Rugby Cádiz hicieron de la necesidad virtud. Ambos clubes consideraban “inviable” competir de tú a tú con sus rivales andaluces en la liga que organiza la FAR por el elevado coste de las fichas y de los seguros que pueden llegar a ascender a 500 euros anuales. Y es que no hay que olvidar que Cádiz es una de las provincias con mayor índice de desempleo en España y que en localidades como Jerez o Algeciras la tasa de paro supera el 25 por ciento de la población. Jesús Torrente es el presidente de Bahía '89, un club fundado en 2010, y que como él mismo reconoce, “está formado básicamente por jugadores de un nivel socioeconómico no demasiado elevado”. Ese, y no otro, es el origen de todos los problemas porque, “entre pitos y flautas”, la FAR les exige una cantidad de dinero para competir en primera o segunda división de la liga regional que resulta “inasumible” para buena parte de la plantilla. ¿Solución? “Ir la liga de Gibraltar que es mucho más asequible para cualquiera de nosotros”.

Club Rugby Cádiz.

Club Rugby Cádiz. / Cedida

A los algecireños no les hubieran cuadrado los números este año si el club hubiera disputado la competición doméstica. Esta temporada, por ejemplo, les hubiera tocado viajar al menos una vez a puntos tan distantes como SevillaJaén Almería, y otras dos más a Córdoba. “Ir en autobús resulta muy caro con los precios que están para meter 20 personas o más”, añade. El Bahía '89, que debe su apéndice a la conmemoración del año en que se disputó el primer partido de rugby en Algeciras, intentó de nuevo este año enrolarse en la liga andaluza. Fue como chocarse contra un muro de hormigón porque se encontró con la desagradable sorpresa de que muy poca gente había pagado la ficha. “La FAR nos achucha para que volvamos, pero es que no hay color con jugar en Gibraltar”, insiste. La distancia de ida y vuelta entre Algeciras y Almería es casi de 700 kilómetros, mientras que solo hay 20 hasta el Peñón. “Lo único malo es que nos cuesta pasar la frontera en coche hora y media por la policía española, y aunque podemos cruzar a pie y luego coger el autobús, nos hemos vuelto muy cómodos”.

Torrente fue una de las personas que llevó el rugby a Algeciras después de haber disputado en Sevilla la liga universitaria con Aparejadores. La idea de que su club pudiera competir sin pasar apuros económicos fue lo que le decantó para aunar sinergias con sus vecinos gibraltareños. Así que un buen día cogió el teléfono y habló con el CEO de la GRFU, a quien ya conocía de su etapa de jugador. “Le pregunté si un equipo español podía competir en su liga y no me pusieron ningún problema”, recuerda. Solo les exigieron un seguro que cubriera la zona rugby, “algo que solventamos con un seguro de accidentes”, y el pago de una ficha de 35 euros. O sea, la propuesta era irrechazable.

La liga en Gibraltar, con nombres anglosajones

Esta temporada, la liga en Gibraltar la componen cinco equipos. Tres locales (Buccaneers, Mons Calpe, Campion) y dos españoles, bajo la denominación de Phoenicians (Cádiz reforzados con algunos jugadores del Rugby Unión Xerez) y Marauders (Algeciras) en la que se enfrentan todos contra todos en partidos de ida y vuelta que se disputan siempre en el campo de Punta Europa, en Gibraltar. Nadie impuso a ambos conjuntos la obligatoriedad de adoptar un nombre anglosajón para sus franquicias. Es más, Enrique Pavoni, vocal de la directiva del Club Rugby Cádiz, señala que “no existía ninguna traba legal para jugar con nuestro nombre, pero como allí los equipos es como si fueran franquicias, no pusimos ningún problema”. De hecho, el escudo de los Phoenicians de la camiseta es lo único que les diferencia del Club Rugby Cádiz aunque, en realidad, es muy parecido porque “solo que en vez de las puertas de piedra utilizamos un barco fenicio por los orígenes de la ciudad”.

Club Rugby Cádiz.

Club Rugby Cádiz. / Cedida

Los problemas económicos se derivan también del hecho de que el rugby en La tacita de plata apenas tiene tradición. En la década de los setenta surgieron varios equipos en el ámbito universitario, pero el Club Rugby Cádiz no aparece hasta 2007, “cuando un grupo de jugadores del Portuense decide hacer un equipo en la ciudad”, recuerda Pavoni. Hasta entonces, el club más asentado en la bahía era precisamente el Club de Rugby Atlético Portuense, fundado en 1971. En solo dos años de vida, es decir, a partir de la temporada 2009-2010, el equipo de la capital gaditana comenzó a disputar la liga andaluza indistintamente en primera o segunda división. Ahora el proyecto tiene bastante buena pinta porque ya parece consolidado gracias a que el equipo senior cuenta con más de 40 fichas y al equipo de chicas que participa con el de Algeciras. “La cantera va creciendo”, espeta orgulloso Pavoni.

Los problemas con la FAR

Pese a la buena marcha del club a nivel de jugadores, “varios factores” se unieron para que el conjunto gaditano finalmente se decidiera a enrolarse en la liga de Gibraltar. El vocal del Club Rugby Cádiz explica que no solo estaban en desacuerdo en cómo gestionaba las cosas la FAR. También influyeron otras circunstancias como el comienzo de unas obras en el campo donde entrenaban, ya que nadie les garantizaba que pudieran estar concluidas antes del inicio de la competición. “Teníamos que buscar otra opción de forma urgente porque el resto de los equipos ya tenían ocupadas sus instalaciones para la temporada 2022-23”, subraya. Así que la visita de aquel verano por parte de personas ligadas al mundo del rugby en Gibraltar resultó providencial.

“Recuerdo que fue una conversación en tono informal que mantuvieron con el secretario del club donde nos propusieron entrar en su liga como invitados”, relata Pavoni. El conjunto andaluz no aceptó de inmediato. Pidió más información sobre la sorpresiva propuesta pese a que aún estaba pendiente por solucionar el tema del campo donde disputar sus encuentros. Pues ni siquiera eso frenó a los entusiastas gibraltareños porque les explicaron que todos los partidos se iban a disputar en el Peñón, y como sí podían entrenar en el campo de Manuel de Irigoyen, nadie quiso poner más pegas.

"España no es un país de rugby"

El factor económico para abandonar la liga andaluza, como en el caso de Bahía '89, también influyó. Ambos son equipos amateurs y hay muchos gastos. "Seamos sinceros", subraya Pavoni: "España no es un país de rugby y la gente no está muy acostumbrada a pagar tanto dinero por un deporte que no es de masas". En su primera aparición en la liga que se disputa en La Roca quedaron segundos y lograron la Copa. "No está nada mal para ser el primer año, así que esta temporada hemos repetido la experiencia", se felicita el directivo. También a nivel de fichas la cosa va viento en popa al punto de que "cada vez le resulta más complicado al entrenador hacer una convocatoria y dejar gente fuera".

Los casos de los equipos gaditanos pueden no ser una excepción la próxima temporada. Algún club malagueño se lo está pensando muy en serio y el conjunto de Ceuta no mira el proyecto con malos ojos. Mientras, en Gibraltar se siguen dando todos los pasos necesarios para que Rugby Europe les acepte como un miembro de pleno derecho como ya hizo la UEFA con el fútbol en 2013 a raíz de una resolución del Tribunal Internacional de Arbitraje Deportivo (TAS). Tienen su competición doméstica, un campo en condiciones como el de Punta Europa y un programa para desarrollar el rugby entre la juventud.

El auge de Gibraltar

A nivel internacional ya se han medido a selecciones europeas como Hungría, Montenegro, Suecia o Dinamarca, y asiáticas como Malasia o Singapur. El propio Stephen Paya considera que, en la actualidad, Gibraltar está capacitada para medirse sin desmerecer a algunos rivales europeos de nivel medio. Ese optimismo de los dirigentes ayuda a que la cantera también funcione al otro lado de la Verja. Los chicos, y ahora también las chicas, aprenden a jugar al rugby en los cinco colegios que hay para niños de entre siete y once años, y luego pueden seguir su formación en otros dos centros de enseñanza superior.

Hasta alcanzar la mayoría de edad, los jóvenes juegan con los equipos españoles, y una vez que llegan a la categoría senior, son los equipos gibraltareños los que eligen a los jugadores, en función de cómo haya quedado en la clasificación al estilo de los 'draft' de la NBA. Esto es, el último clasificado tiene una opción preferente para llevarse al que piensa que es el mejor jugador. La mayoría de esos niños sueña con imitar al ídolo local. Se trata de Jeremy Campbell Lamerton, un jugador nacido en el Peñón y de madre gibraltareña que llegó a disputar con Escocia la Copa del Mundo que se celebró en Nueva Zelanda en 1987.