Poder adquisitivo

La inflación devora la tenue subida de salarios pactada en convenio en 2021

Patronal y sindicatos acuerdan un incremento medio del 1,5%, más de cinco puntos por debajo del IPC

Los sindicatos CCOO y UGT presionan para reabrir las negociaciones de un nuevo ‘convenio de convenios’

Manifestación de trabajadores del sector del metal en Cádiz el pasado noviembre.

Manifestación de trabajadores del sector del metal en Cádiz el pasado noviembre. / ROMÁN RÍOS / EFE

Gabriel Ubieto

La desbocada inflación devoró la tenue subida de sueldos pactada entre patronales y sindicatos en los nuevos convenios firmados durante 2021. Los acuerdos firmados dejan un balance de incremento medio de los salarios del 1,47%, frente a un IPC que cerró el año en el 6,7% (su 11º mes consecutivo al alza), según los últimos datos del Ministerio de Trabajo. Los sueldos pierden poder adquisitivo en el año 2021 y encaran 2022 con la negociación colectiva parcialmente bloqueada por esa espiral inflacionista y por la falta de entente entre las cúpulas de CEOE y los sindicatos CCOO y UGT, que tienen pendiente desde hace un año abordar un nuevo convenio de convenios para guiar la negociación colectiva.

El 2021 fue un año negativo para la mayoría de los bolsillos de los trabajadores cubiertos por un convenio colectivo, pues, de media, los sueldos pactados subieron menos de lo que subía la cesta de la compra. Unos trabajadores perdieron más y otros menos. No se cerró igual el nuevo acuerdo estatal de la industria cárnica, que pactó un incremento del 3% para el 2021, que el convenio de la hostelería catalán por ejemplo, que acordó una congelación de tablas. De los convenios renovados, un 15,7% de los trabajadores sufrieron directamente una congelación salarial, es decir, el incremento para 2021 fue del 0%. Aproximadamente la mitad de las subidas se movieron entre el 0,01 y el 1,5% y únicamente el 6,4% vieron incrementarse sus salarios por encima del 3%.

Renovaciones a la baja

La gestión de los salarios y las renovaciones de convenios ha exigido un precario equilibrio durante este pasado ejercicio entre patronales y sindicatos que no siempre ha sido posible. La espiral inflacionista ha presionado a las centrales a exigir incrementos salariales al alza, mientras las empresas se han escudado en las variadas incógnitas que pesan sobre la economía -covid, irregular despliegue de los fondos europeos, falta de materias primas en determinados sectores, encarecimiento de los suministros...- para empujar las renovaciones a la baja. Ello ha provocado que la cobertura de la negociación colectiva haya disminuido durante 2021.

Según los últimos datos de Trabajo, actualmente hay 7,7 millones de trabajadores cubiertos por un convenio en vigor, sobre una población de 15,3 millones de asalariados.

La falta de un Acuerdo Estatal de Negociación Colectiva (AENC) no contribuye a dar herramientas a los negociadores sectoriales y provinciales para pactar, gremio a gremio o territorio a territorio, nuevas condiciones salariales. Esta especie de convenio de convenios es un acuerdo bipartito entre patronal y sindicatos que da recomendaciones sobre horquillas salariales y otras derivadas de la negociación colectiva.

El último AENC (2018-2020) lleva un año vencido e incorporaba cuestiones como una horquilla salarial de entre el 2% y el 3%, así como el compromiso de las empresas de no cerrar ningún convenio con categorías profesionales con sueldos por debajo de los 1.000 euros brutos mensuales.

Riesgo de alimentar la inflación

Los agentes sociales, tras conseguir consensuar la nueva reforma laboral, encaran la negociación del nuevo AENC como una de sus principales asignaturas. Como música de fondo tienen tanto a los bancos centrales como al Gobierno, que insisten en subrayar el carácter transitorio de los actuales datos de inflación e instan a no trasladarlos directamente a la negociación colectiva, para evitar así alimentar una segunda ola inflacionista.

Por ahora, según fuentes de patronal y sindicatos, no hay contactos en curso y las centrales presionan a los empresarios para reabrir las mesas. Ya en diciembre, CCOO y UGT convocaron una concentración ante la sede de CEOE para reabrir el melón de los incrementos salariales. «Si la CEOE no entra a negociar les auguro un invierno complicado desde el punto de vista social», alerta un dirigente sindical consultado. «Hemos dado muestras de nuestra capacidad de diálogo y así vamos a seguir haciéndolo, con el objetivo de defender los intereses del tejido empresarial de nuestro país y de aquello que vaya en beneficio del bien común», replican fuentes consultadas de la organización empresarial.