Cadena agroalimentaria

El Ministerio de Agricultura pide a la ciudadanía reaccionar a la revuelta del campo comprando más producto español

Cooperativas Agroalimentarias, FIAB y Asedas reclaman a la administración más colaboración y pausar determinadas regulaciones hasta que los costes se acompasen

Los tractores de miles de profesionales del campo parados en la Gran Via de Barcelona.

Los tractores de miles de profesionales del campo parados en la Gran Via de Barcelona. / / FERRAN NADEU

Paula Clemente

La idea era sentar, en un mismo lugar, a cuantos más representantes de la cadena agroalimentaria española mejor, para explorar la evolución del precio de los alimentos desde sus varios prismas. Con todo, que 

, elevando el tono de su revuelta, ha movido ligeramente el foco de este evento organizado por el bufete Ramón y Cajal. "No puede ser más oportuna, esta jornada", reconocía, al comenzar su discurso, el director de alimentación del Ministerio de AgriculturaJosé Miguel Herrero Velasco.

De acuerdo con su alocución, esencialmente centrada en reflexionar sobre el tema que motivaba el encuentro ('La evolución del precio de los alimentos: perspectivas desde la administración y el sector agroalimentario'), la cadena agroalimentaria española funciona, es muy competitiva y no hay problemas severos de competencialos problemas actuales de precio responden casi por completo a la "fuerte dependencia" de la climatología y de las cadenas internacionales, que se vieron muy dañadas con la pandemia de covid y la guerra en Ucrania; y hay que hacer más hincapié en que los ciudadanos conozcan toda la maquinaria que hay detrás de lo que compran en el supermercado y las tiendas de alimentación.

"Es una cadena resistente, cohesionada y viva, que está en permanente evolución y de la que tenemos que sentirnos orgullosos –ha asegurado Herrero–. España es una potencia alimentaria, somos el cuarto exportador de alimentos de la Unión Europea y el séptimo del mundo, ese liderazgo lo tenemos que tener marcado a fuego y los ciudadanos tienen que ser conscientes e interiorizar que no tenemos nada de lo que sentirnos inferiores a otros países", ha sostenido este responsable gubernamental.

"En el momento en que los agricultores están en la calle demandando atención de la administración, pero también de los ciudadanos, la mejor forma de ayudarles es comprar producto español: eso va a dar riqueza a la cadena española", ha pedido el director de alimentación del Ministerio, quien, antes, había sacado pecho de las medidas aprobadas por el Gobierno para aliviar la situación que enfrentan los profesionales del campo: ayudas directas para compensar el coste de la subida de la energía, bonificar el gasoil agrícola o subvenciones para paliar los efectos de la sequía.

Sin embargo, al tomar luego la palabra tres representantes de esta cadena agroalimentaria, el mensaje ha sido, más bien, que la administración pública podría estar haciendo más. El director general de Cooperativas AgroalimentariasGabriel Trenzado, ha explicado, por ejemplo, que llevan cinco años esperando reunirse con el Ministerio de Transición Energética sin suerte. "El sector no está en contra de los objetivos medioambientales", ha asegurado este portavoz, que resume sus demandas en que se pacte un calendario para alcanzar estos objetivos y que se propicie una financiación y unas herramientas adecuadas para lograrlos.

Políticas que alimentan la "comida barata"

Lo más importante, ha refrendado desde el público el presidente de esta misma entidadÁngel Villafranca, es que la administración pública se siente a hablar con el sector. "Tenemos que pensar por qué llevamos 40 años con políticas que alimentan la comida barata", ha lanzado. "Tenemos que buscar el valor de la cadena ante todo", ha agregado, denunciando que "hasta la fecha, lo único que hay es imposición de objetivos, y no diálogo".

En línea parecida se han pronunciado el director general de FIAB (Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas), Mauricio García de Quevedo, e Ignacio Garcíadirector general de la patronal de supermercados Asedas.

"Vamos a depender de 3 factores: dos no los controla nadie y un tercero sí", ha analizado el primer portavoz en relación con el precio de la cesta de la compra. Se refería al contexto geopolítico (crisis en el Mar Rojo, conflicto en Gaza, la posibilidad de que Donald Trump llegue, de nuevo, a la presidencia de Estados Unidos e imponga aranceles...), a los factores climáticos y al marco regulatorio. "Hasta que los costes no se acompasen o moderen, hay vías regulatorias que tendrían que adaptarse", ha reclamado García de Quevedo, que piensa, por ejemplo, en el impuesto al plástico. "Tenemos muchos problemas, pero hay que hacer frente común", ha rematado el director general de Asedas.