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El Cerro del Hierro, una de las maravillas naturales andaluzas, en el Parque Natural de Sierra Morena

El espacio, situado entre las localidades sevillanas de San Nicolás del Puerto y Constantina, tiene un elevado uso público, realizándose actividades educativas, deportivas y de ocio

Existen varias rutas para descubrir a pie el Cerro del Hierro.

Existen varias rutas para descubrir a pie el Cerro del Hierro. / L. O.

Una de las maravillas naturales que podemos disfrutar en Andalucía se encuentra en el Parque Natural Sierra Morena de Sevilla. El Cerro del Hierro es una antigua explotación minera a cielo abierto que se localiza entre los términos municipales de San Nicolás del Puerto y Constantina perteneciendo a esta última localidad la zona sur del mismo. A escasos nueve kilómetros se encuentra el municipio de Constantina, declarado Conjunto Histórico Artístico, donde disfrutar de sus calles y monumentos llenos de historia y de su exquisita cocina tradicional y afamados anises. A las afueras del pueblo, se ubica el centro de visitantes El Robledo, que permite al viajero conocer las características del Parque Natural Sierra Norte de Sevilla e informarse sobre los lugares y rutas más interesantes.

El Cerro del Hierro tiene un elevado uso público, realizándose actividades educativas, deportivas y de ocio. Existe posibilidad de practicar senderismo, escalada, espeleología y bicicleta de montaña, así como de realizar itinerarios botánicos, geológicos y de observación de aves. La denominación de Cerro del Hierro viene porque todo el paisaje kárstico está salpicado por rocas calizas, que erosionadas por la lluvia y la nieve han ido dando lugar a la aparición de minerales de hierro de gran valor geológico y paisajístico.

Este espacio natural fue declarado el 1 de octubre de 2003 por la Junta de Andalucía Monumento Natural de carácter mixto por sus valores de tipo geológico, ecocultural y biótico.

El Cerro del Hierro es un monumento natural de carácter mixto.

El Cerro del Hierro es un monumento natural de carácter mixto. / L. O.

El inicio de su explotación se remonta a la época romana y estuvo en funcionamiento, aunque de forma discontinua, hasta el 1985. De él se extrajeron las bolsas de mineral de hierro intercaladas entre las crestas de un antiguo karst, dejando al descubierto un singular paisaje de formas calizas en el que se ha desarrollado posteriormente una vegetación mediterránea muy diversa, debido a la variedad de condiciones que se dan en este singular paraje.

En su interior se localizan especies vegetales y animales de gran singularidad inmersas en un bosque de alcornoque muy bien conservado, salpicado de árboles tan interesantes como el quejigo y el roble melojo.

La vegetación crece entre las calizas y también en los sombríos callejones y pozos. Aquí cohabitan diferentes especies de helechos como el culantrillo de pozo, blanco y menor, la doradilla, la lengua de ciervo y el helecho macho, algunos de ellos catalogados en el Libro Rojo de las Especies en Peligro de Extinción en Andalucía. Además este ecosistema es idóneo para el desarrollo de especies rupícolas, es decir, plantas que están adaptadas a la vida entre rocas. Son numerosas las aromáticas -tomillo salsero, cantueso, manzanilla amarga-, los arbustos -madroño, bupléiro, lentisco, durillo- y las trepadoras.

Si hablamos de fauna, hay presencia del búho real y la cigüeña negra, ambas en franco peligro de extinción. En los callejones y agujas se pueden ver durante todo el año diversas aves, como el roquero solitario y el gorrión chillón; pero en primavera se suman otras como la collalba rubia, la golondrina dáurica o el abejaruco. En invierno se puede observar al acentor alpino.

En el Cerro del Hierro todavía permanecen algunas infraestructuras que son recuerdo de su pasado minero, como el antiguo trazado ferroviario que unía la explotación con la estación de Los Prados-Cazalla. Su acondicionamiento como Vía Verde de la Sierra Norte permite recorrerlo a pie o en bici. La ruta parte del antiguo poblado de la mina, donde residían los trabajadores, y de la Casa de los Ingleses, residencia de ingenieros y gestores de la mina venidos desde Escocia a finales del siglo XIX. Este edificio histórico ha sido rehabilitado para albergar el punto de información Cerro del Hierro.

Considerar al Cerro del Hierro casi un milagro no es ninguna exageración sino una gran verdad, ya que las posibilidades de que en un lugar se cree un paisaje tan extraordinario debido a la acción de los elementos y a la intervención humana no es sencillo. Otro ejemplo de esto podrían ser las minas de Riotinto en Huelva.

En el Cerro del Hierro se han unido tanto fuerzas naturales como factores antropogénicos para componer su espectacular paisaje. Las calizas cámbricas de la zona fueron sometidas a la acción de agentes meteorológicos externos, como lluvia y viento, provocando su modelado kárstico, que quedó oculto bajo capas de materiales de alteración. En épocas más cercanas, el hombre explotó estos depósitos de hierro, en forma de óxidos, acumulados sobre las calizas. Esta extracción de materiales que conllevó la explotación minera, puso al descubierto el paleokarst, dando lugar al paisaje que se puede contemplar en la actualidad.

La existencia de hierro en este cerro se conoce desde la época romana y, de hecho, ha habido explotaciones de este mineral hasta hace un siglo. Esa labor minera ha sido la responsable de que se originase este paisaje de formas inverosímiles con travertinos, lapiaces y simas. Toda esta fantasía es posible por la composición caliza de las rocas, que ha posibilitado que los elementos (lluvia, viento e, incluso, nieve) hayan ido puliendo este karst que se ha convertido en uno de los lugares favoritos de los aficionados a la escalada.

Vegetación muy diversa

Aunque se trata de un paraje rocoso, la parte interna de los callejones y las zonas bajas del terreno están ocupadas por una vegetación muy diversa, debido a la variedad de condiciones creadas por el peculiar relieve. En las zonas soleadas predominan la encina y el acebuche, mientras en las umbrías es frecuente la presencia de alcornoque y quejigo, acompañados de algún roble melojo, especie típica en la Sierra Morena sevillana. En el interior de los cañones, el ambiente de gran humedad favorece el desarrollo de especies como la higuera y el cerezo bravío. La variedad de especies arbustivas es muy grande, y en los cañones más estrechos y húmedos viven especies de helechos y líquenes.

Para todos aquellos que quieran conocer de primera mano este espacio natural lo pueden conseguir haciendo tres rutas: la del sendero adaptado del Cerro del Hierro, que comienza cerca del centro de interpretación situado en la Casa de los Ingleses (allí mismo se pueden apreciar algunos ejemplares interesantes de alcornoques) y tiene una extensión de 2,7 kilómetros. Este camino penetra en túneles y galerías excavados en la roca, permite observar los vestigios industriales, las impresionantes formaciones geológicas, y la flora y fauna del lugar.

La Naturaleza y factores antropogénicos dieron  lugar al Cerro del Hierro.

La Naturaleza y factores antropogénicos dieron lugar al Cerro del Hierro. / L. O.

La Ruta verde

La segunda opción es la llamada Ruta verde. Tiene una parte adaptada, los 4 kilómetros iniciales, y conecta el centro de información y la estación de Constantina (que comunica Sevilla con Mérida). Es un sendero de unos 18 kilómetros diseñado para hacer en bicicleta y que lleva por el antiguo trazado minero. En el camino hay indicaciones para ver las antiguas instalaciones mineras, viejas torretas eléctricas, miradores que permiten ver el modelado kárstico y algunas zonas de descanso.

El último recorrido es el Sendero circular del Rebollar. Tiene 8,1 kilómetros y rodea el Monumento Natural del Cerro del Hierro. La primera parte del mismo discurre por la Vía Verde, pero luego sigue un camino que lleva de Cazalla de la Sierra a Las Navas de la Concepción. Luego continúa por la Vereda del Mojón Blanco hasta San Nicolás del Puerto, volviendo nuevamente a la Vía Verde. El sendero permite conocer las características geológicas del espacio y la intervención minera en el paisaje.

**Contenido ofrecido con la colaboración de la Consejería de Turismo, Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía.


Para más información

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Teléfono: 955 03 60 00

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