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Diario de lecturas

Esas frías noches de enero

'Muerte en la rectoría' es el libro que me acompaña en estas primeras noches de enero y me parece el complemento perfecto para estas raras y escasas noches malagueñas de frío y manta

De vez en cuando, sin saber muy bien cómo, me encuentro leyendo clásicos policiacos. Sin duda alguna, se trata de mi literatura de evasión favorita -y nuestra realidad necesita de mucha evasión en este arranque de año-. No pretendo convencer a nadie de sus virtudes, que las tiene; y entiendo que haya quien se aburra con novelas como 'Muerte en la rectoría' (1936), primera de las novelas que Michael Innes dedicó a las investigaciones del detective John Appleby -quizá uno de los personajes más olvidados de la Edad Dorada del género en Gran Bretaña-. Pero este es el libro que me acompaña en estas primeras noches de enero, y me parece el complemento perfecto para estas raras y escasas noches malagueñas de frío y manta. La muerte de un rector en Oxford le sirvió a Innes, seudónimo tras el que se escondía un académico aún más digno y estirado que los protagonistas de esta novela, para tomarse a broma el mundillo universitario inglés y desarrollar una trama detectivesca tan clásica y británica como el té de las cinco. Hubo un tiempo, ya muy lejano, en el que este libro que hoy está algo acartonado fue un best-seller, una novela de actualidad con la que entretener el tedio de los largos viajes en tren, pero hoy se ha quedado solo en la clase de novela que un carca como yo lee sin saber muy por qué.

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