Anagrama

Ian McEwan: Lecciones de vida

‘Lecciones’, la nueva novela de Ian McEwan, es un relato ambicioso y el mejor en su producción novelistica de los últimos años, a la altura de sus grandes éxitos como Expiación o Chesil Beach

Ian McEwan

Ian McEwan

Las lecciones, no sólo las aprendidas, también las olvidadas, son los cimientos de la vida y la historia de las personas. En su último libro, ‘Lecciones’, Ian McEwan, investido de maestro honoris causa, nos da una clase magistral de esa verdad con el relato de la historia de vida de su protagonista, Roland Baines, una historia que tiene como escenario la segunda mitad del siglo XX y principios de XXI lo que le permite a McEwan, a través de su protagonista, pasear su mirada escéptica e incrédula sobre los principales acontecimientos que cimentaron la historia europea y británica de esos años, desde la Guerra Fría o la crisis de los misiles de Cuba hasta el brexit y la pandemia por Covid.

‘Lecciones’, la decimoctava novela de McEwan y, con diferencia, la más larga, cuenta la historia de la vida, desde la infancia hasta la vejez, de Roland Baines, un representante de la misma generación que su creador. La vida de Roland Baines está determinada más por lo que le hacen que por lo que él decide hacer. Un pusilánime , un modelo perfecto de lo que pudo haber sido y no fue. Quería ser el mejor del mundo, pero en cuanto descubría que no lo era, tiraba la toalla y a otra cosa. Sus ambiciones quedaron cercenadas por dos mujeres: su profesora de piano y su esposa.

El magisterio de esta novela, la lección que nos transmite McEwan está en ese retrato de Roland Baine, el retrato de un hombre común, como hay millones, incapaz de decidir qué hacer con su vida, siempre perdido, como jinetes en la tormenta, y dolido por las oportunidades perdidas. Y ese retrato nos lleva a un hombre que pese a ese infortunio de las oportunidades perdidas, consigue finalmente redimirse, a través de la aceptación y alcanzar un punto de felicidad y paz interior.

Dos mujeres, su primera esposa y su profesora de piano, se encargaron de frustrar esas oportunidades y cambiarle la vida.

Vivía en Libia donde su padre, un militar severo y adusto, formaba parte del contingente británico allí desplegado. Pero a los once años le enviaron a Londres donde pasó siete años en el internado de Berners Hall, tal como quiso su padre, pues los niños «siempre se entrometían en un matrimonio».

En el internado sus padres decidieron que tomara clases de piano. Miriam Cornell fue su joven profesora. Su perfume le abrumaba los sentidos y lo ensordecía. Estas lecciones privadas de música rápidamente se convierten en mucho más que música. Cuando toca una nota equivocada, «los dedos de la profesora buscaron la cara interna de su muslo, y le pellizcaron con fuerza»; días después, tras otra equivocación, ella le besa en la boca. Tres años después, bajo la tormenta de la crisis de los misiles en Cuba, él la visita en su casita de Erwaton y se ve arrastrado a una apasionada relación sexual con Miriam. Ella controla esa relación abusiva y dominante. El se sentía un privilegiado. En un momento en que los compañeros solo aspiraban a una paja nocturna él era ya un adicto al sexo. Acudía una y otra vez a la casita de Erwaton donde ella «tiraba de él hacia el aniquilamiento».

Alissa, su mujer, de origen alemán, tiene toda la fuerza de carácter y de decisión de la que él carece. A los tres años de casados y con un bebé de siete meses, los abandona, sin previo aviso porque sentía que estaba viviendo «una vida equivocada» y temía repetir el error de su madre que sacrificó sus aspiraciones literarias por una existencia doméstica restringida. Alissa rompió totalmente con él y con el hijo decidida a convertirse en escritora. El éxito le sonríe y ella se convierte en la novelista más importante de Alemania.

  • Ian McEwan
  • Lecciones 
  • Editorial: Anagrama
  • Traducción: Eduardo Iriarte
  • Precio: 24,90 € 

McEwan nos muestra aquí otra faceta de las exigencias vitales. Cómo el artista debe renunciar a todo, imponer su egoísmo, si quiere triunfar.

Pero más allá de eso, lo que convierte a ‘Lecciones’ en un relato extraordinario y triunfal es el gran talento como escritor que exhibe McEwan para representar la absoluta humanidad de sus personajes, tanto sus fortalezas como sus debilidades. La del protagonista, Roland Baine, que ya cumplidos los setenta años ha reunido la sabiduría vital suficiente para cerrar en una última cita con su vieja profesora de piano las cicatrices que marcaron su vida. También la de Alissa que ya casi anciana, y enferma de cáncer, logra la comprensión y reconciliación con su ex marido.

La humanidad de Daphne, la amiga que ayuda y aconseja a Roland y que finalmente, tras ser abandonada por su marido, comparte casa, cama y felicidad con éste.

O la de Lawrence , el hijo al que educó solo desde los siete meses ,que gracias a las lecciones de amor de su padre creció sin odiar a su madre.

Roland Baine acompasa su historia con la de los grandes sucesos del siglo XX:la crisis del canal de Suez, la de los misiles de Cuba,la era de Margaret, la caída del Muro de Berlín, el fin del comunismo soviético, el desastre de Chernobil, el 11 de septiembre, y ya en el siglo XXI, la adopción del brexit o la gran pandemia mundial del Covid. La grandeza de Ian McEwan está en presentarnos un escenario narrativo donde la ficción ahonda y cuestiona sobre dilemas sociales y científicos de gran calado y lo hace con verosimilitud, siendo convincente y totalmente creíble.

Su protagonista mientras fue fotógrafo, pianista de hotel, entrenador de tenis, poeta, o periodista ocasional. Tuvo varias amantes, con una de ellas, en 1980y 1981, se dedicó a pasar mercancía prohibida de un lado al otro del muro de Berlín, pero nunca le pillaron.

Como ocurre en todos sus relatos, es en el dilema donde encuentra siempre Ian McEwan el motor de su gran ficción literaria. La presencia de dos caminos, ambos complejos; ambos peligrosos y liberadores a la vez; ambos rabiosamente humanos y refugiados en la epidermis más sensible de cada cual, conspiran para hacerse con el cerebro o el corazón del diletante; con su razón o su moral. Así ocurría en ‘Expiación’, aquella pequeña obra de arte, con el dilema entre mancillar a un inocente o no perder un futuro acomodado; o en ‘Chesil Beach’, con dos jóvenes atrapados en el conflicto de decidir sobre si caminar juntos hacia lo anodino o por separado a un futuro sin previsiones, pero seductor.

En ‘Lecciones’, el dilema siempre está presente. Roland tendrá el dilema de continuar su carrera para convertirse en un brillante pianista, o no. Alissa debe resolver el suyo de abandonar a su marido y a su hijo o sacrificar sus aspiraciones literarias. El dilema de Lawrence, el hijo, será entregarse al odio a la madre que lo abandonó o reconocer su propio sacrificio.

Un escritor puede tener talento, y regalarnos una bonita novela emocionante, de estilo excepcional, pero la maestría es otra cosa. Eso es lo que nos enseña McEwan con estas lecciones, que son de vida y de literatura con mayúscula. .

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