En la noche del lunes ETA volvió a reaparecer en la Costa del Sol. Los vecinos y turistas cercanos a la zona del hotel Sol Aloha Puerto (Torremolinos) no olvidarán los momentos de tensión que se vivieron. Varios testigos presenciales afirman que el estruendo sonó como un cohete y que las losetas del Paseo Marítimo retumbaron. En los primeros minutos se vivieron auténticos momentos de pánico. "La gente que estaba paseando echó a correr y a un hombre le tuvimos que mojar la cabeza con agua porque de la impresión se desmayó", afirmó la dueña de un quiosco cercano.

Los cuerpos de seguridad actuaron de una manera inmediata, pues en menos de diez minutos se personaron en el lugar de los hechos y acordonaron la zona. Por seguridad la policía no dejó entrar ni salir a nadie del hotel. Tras la explosión del artefacto, llegó la incertidumbre y, como no, aparecieron las elucubraciones. La mayoría de los allí presentes tenían en la cabeza la misma frase: "Ha sido ETA para demostrar que siguen en la Costa del Sol". La Policía Nacional, en cambio, no dio ningún tipo de información, aunque sí es cierto que tranquilizó a los vecinos.

Los visitantes que se encontraban en los alrededores miraban con preocupación hacia el hotel. Nadie sabía cuánto iba a tardar la investigación ni si había posibilidades de que otro artefacto estallara. A pesar de que todos pensaban que la actuación había sido de la banda terrorista, la presencia de tantos medios de seguridad de toda índole hizo que el ambiente, exceptuando el momento de la explosión, fuera tranquilo. "No nos van a fastidiar las vacaciones. Han querido asustarnos pero no lo van a conseguir", aseguró una pareja de turistas gallegos. Curiosamente, a pesar de la alta presencia policial, los turistas extranjeros se divertían en los bares cercanos ajenos a lo sucedido.

Los taxistas y hosteleros de la zona comentaban que en estos días no habían observado ningún movimiento excepcional que hiciera pensar que algo así iba a suceder. "Desde que se desarticuló el ´comando Vizcaya´ todos sabíamos que ETA buscaba atentar en la Costa del Sol, pero nunca piensas que pueda ocurrir tan cerca tuya", aseguró uno de los conductores de taxi.

La policía rastreó en varias ocasiones la parte de la playa. El acceso al arroyo donde había sido colocado el explosivo estaba totalmente inaccesible. Alrededor de las tres de la madrugada los agentes dejaron paso a los huéspedes del hotel. Algunos rezagados continuaron por los alrededores para informarse de lo que había sucedido. Finalmente todo volvió a la normalidad. "Todo ha sido un susto. Esperemos que no vuelva a suceder", añadió un vecino.