El puente de Santo Domingo, en Málaga, conocido popularmente como puente de los Alemanes, ya que fue construido con fondos donados por el káiser Guillermo II en agradecimiento por el auxilio a los tripulantes de la fragata Gneisenau, que naufragó en aguas malagueñas, cumple hoy cien años desde su inauguración el 16 de diciembre de 1909, siendo la prueba de "los estrechos vínculos" creados entre ambos pueblos.

Con la presencia de la princesa María Luisa de Prusia, bisnieta de Guillermo II; el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, y los cónsules de Alemania y de otros países como Dinamarca, Bélgica, Panamá o Marruecos, se recordó, con las interpretaciones de la Banda Municipal de Música, la solidaridad entre ambos pueblos.

En este sentido, el alcalde señaló que los malagueños mostraron primero su solidaridad durante el naufragio de la fragata Gneisenau que tuvo lugar en 1900, en el que murieron 41 marineros alemanes y resultó herido un centenar. El comportamiento de los ciudadanos de Málaga le valió a la capital el título de Muy Hospitalaria, que figura en su escudo.

Sin embargo, tras las inundaciones que afectaron a la capital malagueña en septiembre de 1907, que destrozaron este puente que cruza el río Guadalmedina, los alemanes devolvieron esa solidaridad a Málaga recogiendo dinero para ayudar en la reconstrucción de esta pasarela metálica. Todo ello se tradujo en "amistad y fraternidad", indicó De la Torre.

Con este centenario "se refuerza esa amistad" y "se ratifica la gratitud del pueblo alemán", según el regidor, que entregó al cónsul de Alemania en Málaga, Georg Hal, una placa. De hecho, recordó que en 1984 el Gobierno germano llevó a cabo la restauración del puente.

Por su parte, Hal señaló que las tragedias unen a las familias y eso es aplicable a los pueblos", y subrayó que en el naufragio del Gneisenau podría haber habido más víctimas mortales si no hubiera sido por la ayuda del pueblo de Málaga, que llegó, incluso, a "ponerse en peligro", yendo al rescate de los tripulantes alemanes.

"Los alemanes siempre estaremos agradecidos al pueblo malagueño por ese acto de valentía --manifestó el cónsul--; por eso, cuando Málaga estuvo en apuros en 1907, llegó el momento de agradecer lo que había hecho".

Durante el acto de hoy, Hal, que se mostró sorprendido de que, pese al paso del tiempo, aún permanezcan vivas en la conciencia de la ciudad estas tragedias, aseguró que desde el hundimiento de la fragata y la reconstrucción del puente "los alemanes y los malagueños estamos muy unidos" e hizo hincapié en que "los estrechos vínculos entre ambos pueblos no sólo continuarán en los próximos 100 años, sino que se reforzarán".