Antonio de los Ríos es el chófer oficial de los órganos para trasplantar en Málaga. Desde el año 1978 se ocupa de llevarlos hasta su destino. Ha ido a Barcelona, a Madrid y hasta el último rincón de Andalucía, y recuerda que la primera vez que le encomendaron esta misión le temblaban hasta las piernas.

Hoy ya cuenta con cientos de viajes a sus espaldas en los que ha cuidado como si de sus propios hijos se tratara a los órganos que iban a implantarse. Taxista de profesión, el resto del tiempo conduce su coche blanco cogiendo a pasajeros que no saben que horas antes un órgano ha viajado en una nevera portátil.

Aunque los trayectos largos se hacen en avión ha llevado órganos hasta incluso Barcelona, pues en una ocasión el horario de la compañía aérea no cuadraba y yendo en coche llegaba una hora y media antes que en avión.

Y es que el buen hacer de Antonio de los Ríos ha hecho que sea una pieza más imprescindible de la maquinaria de los trasplantes en la provincia.

Hasta la fecha no ha pinchado ni tenido un solo accidente. «Toquemos madera», dice el conductor, consciente de la responsabilidad de que su «viajero» llegue sano y salvo a su destino.