Más de 15.000 trabajadores sanitarios de la provincia de Málaga están llamados a las urnas el próximo 16 de diciembre, cuando los sindicatos CCOO, UGT, SATSE, CSIF, SME y USAE se encontrarán en las urnas para representarlos en las juntas de personal, en total se elegirá a 173. Todos lo harán de manera individual a excepción del Sindicato Médico, que concurre como FASPI (Federación Andaluza de Sindicatos Profesionales Independientes) y USAE, que reúne al Sindicato de Auxiliares de Enfermería (SAE), la Federación de Técnicos Superiores Sanitarios (FATE) y el Sindicato Andaluz de Celadores Conductores (SACECO).

En estos cuatro años los sindicatos han vivido una auténtica carrera de fondo, pues se han topado con un sistema sanitario con recortes en personal y servicios que contrasta con los anteriores años de bonanza. Pese a que la situación se recrudeció especialmente en 2012, los cuatro años han estado marcados por las denuncias sindicales y de los trabajadores.

Ha habido encierros, manifestaciones, paros y negativas a hacer más horas extra. Las expresiones «sobrecarga laboral», «pérdida de la calidad asistencial», «riesgo en la atención» o «falta de personal» han llenado asambleas informativas y páginas en los periódicos, que han registrado las denuncias de los sindicatos, preocupados por algunas medidas y exigentes con la necesidad de contratar a más profesionales para garantizar la cobertura en hospitales y centros de salud.

Pese a que en 2010 la situación económica ya era crítica y ya se vislumbraban ciertos recortes en el sector, la peor parte llegó en 2012. No percibieron la paga extra de Navidad, se aumentaron sus jornadas laborales de 35 horas a 37,5 y los eventuales estructurales pasaron a tener contratos al 75%. Esta medida fue la gota que colmó un vaso que estaba lleno y que lo hizo rebosar. Incluso los sindicatos más condescendientes con la Junta de Andalucía -institución responsable de las competencias en sanidad- decidieron dar un paso al frente para exigir la retirada de la medida, que se derogará a lo largo del próximo 2015, un año con una más que marcada cita electoral.

Además de la pelea por lograr que los trabajadores interinos -de todas las categorías- volvieran a trabajar, cotizar y cobrar al 100%, las principales reivindicaciones sindicales han pasado por peticiones de que se hagan más contratos. Sin ir más lejos, y como este periódico ha publicado en los últimos días, sólo Carlos Haya, el Civil y el Materno de la capital han perdido 696 trabajadores en estos cuatro años. La cifra en toda la provincia podría doblar a la anterior. Para 2015, el Gobierno andaluz ha anunciado que sacará a concurso más de 3.000 plazas para trabajar en el sistema sanitario público. Esa será la cifra que formará la Oferta Pública de Empleo, en la que se incluyen las plazas establecidas para las convocatorias de 2013, 2014 y 2015.

Otro de los principales escollos que se han encontrado los sindicatos ha sido la fusión hospitalaria. Esta se produjo en 2012 y unificó servicios, profesionales y cargos de todos los centros de la capital. La que fuera gerente entonces de Carlos Haya, Carmen Cortes, asumió en solitario la dirección del Clínico, Barbarela y el Marítimo junto a la del Centro de Alta Resolución de la avenida Manuel Agustín Heredia, Carlos Haya, el Hospital Civil y el Materno Infantil. La fusión, según alertaron entonces los sindicatos, iba a llevar a una pérdida de puestos de trabajo además de viajes continuos de un centro a otro entre trabajadores y pruebas de laboratorio o resultados diagnósticos.

La llegada de esta gerente a dirigir todos los centros sanitarios de la capital malagueña no vino a calmar los ánimos, sino a encenderlos. Los dos años de gerencia de Cortes en los centros sanitarios estuvieron caracterizados, en palabras de todos los sindicatos, por el enfrentamiento, la opacidad y la falta de comunicación. Atrás quedan un encierro en el despacho de la gerencia de Carlos Haya ante la negativa de Cortes a negociar la aplicación de la jornada laboral con la junta de personal y decenas de concentraciones llegando, incluso, a cortar la avenida que da nombre al hospital.

El cese de Carmen Cortes el pasado octubre se vio como un gesto de Salud por amainar las aguas, que ahora vuelven a revolverse con motivo de las elecciones sindicales.

La falta de personal ha puesto en la picota a los gestores y políticos que dirigen la salud en Málaga. Hace meses que los sindicatos exigen nuevas contrataciones ante una plantilla envejecida y escasa. Esta denuncia afecta a todos los centros sanitarios, aunque con mayor énfasis en Carlos Haya. En el Clínico ocurre algo similar, aunque en menor medida. Una de las principales reivindicaciones en este centro tiene que ver con la falta de instalaciones en el área de Salud Mental y de habitaciones en planta, lo que ha colapsado en varias ocasiones la Observación o las urgencias en días de alta frecuentación, o el cierre de plantas pese a que la cifra de pacientes aumenta día a día.

En el Materno hace unos meses se vivió un enfrentamiento entre las matronas y la dirección. La llegada del nuevo gerente, José Luis Doña, apaciguó los ánimos. Este colectivo denunciaba la falta de personal, que ponía en riesgo a las embarazadas y a sus futuros hijos, y en el histórico Hospital Civil se vivió hace casi un año el traslado fallido de la Unidad del Dolor al Hospital Marítimo de Torremolinos. Tras la movilización de pacientes y profesionales este área no varió de ubicación, cuyo cambio pareció más motivado por necesidades personales que del servicio, según los representantes de los trabajadores. En este centro sanitario, además se jubiló por la fuerza a dos profesionales. Uno de ellos logró ser readmitido tras luchar en los tribunales contra el SAS.

Y es que los sindicatos parecen tener ahora más que nunca motivos para estar en pie de guerra. Eso sí, han ganado una batalla histórica, la petición de una reforma de las urgencias de Carlos Haya, que comenzó hace dos semanas tras décadas de promesas y que vendrá a ampliarlas y mejorarlas con una inversión de 1,7 millones de euros y que hará de esta zona del hospital un área de referencia, como el resto de las instalaciones y que se pondrá a la altura de sus profesionales.

Otro de los principales caballos de batalla de los sindicatos malagueños ha sido la apertura y construcción de centros sanitarios en la provincia. En cabeza de cartel el Chare del Guadalhorce, el Hospital de Ronda y la ampliación del Costa del Sol. Obras, todas ellas sin inaugurar, cuya dotación, apertura y plantilla aún son un misterio tras toparse con escollos empresariales, políticos y de presupuestos. Mientras el hospital del Guadalhorce está terminado desde hace meses, a falta de que se construya su vial de acceso, el de Ronda ha reanudado sus obras con una promesa de inauguración, al igual que el de Valle del Guadalhorce, para 2015.

Han sido cuatro años revueltos en los que los sindicatos, más que nunca, han tratado de cumplir su misión. El 16 de diciembre los trabajadores les demostrarán con sus votos si, a su juicio, les han representado.