Si se escandalizó por el cobro de una aspirina en un bar todavía hay más. La lista de situaciones inverosímiles por las que cobran en un establecimiento roza el ridículo al pasarle al cliente el cobro de cubitos de hielo e incluso por que la carne esté muy hecha. Hechos insólitos que suceden en algunos de los establecimientos de nuestro país y que Facua ha presentado en una campaña a través de las redes sociales bajo la etiqueta #BaresParaNoVolver.

La llegada de las redes sociales a nuestras vidas ha hecho que el cuestionable cobro de algunos productos resuene en medio mundo en cuestión de horas. Algunos bares se juegan su reputación al cobrar ciertos servicios que, a ojo de los consumidores, están de más y no dudan en publicarlo en las redes. La polémica está servida.

Uno de los casos más recientes y sonoros es el de un cliente que solicitó una aspirina para aliviar un malestar que sufrió mientras comía en un restaurante catalán. Lo denunció en las redes sociales colgando una imagen en twitter, en la que se podía ver la cuenta del restaurante y el cobro de 25 céntimos por la aspirina. Aseguró que en ningún momento le avisaron de que le cobrarían al creer que se trataba de un favor.

Miles de usuarios compartieron su indignación y varios medios, ante la escasez informativa que marca la época, se han hecho eco. No es el primer suceso de este tipo de este verano y si no, que se lo digan a quien pagó en Formentera por un pescado fresco al horno 221, 85 euros; una ensalada mixta, 19 euros y una caña siete euros. Esos son algunos de los precios que se podían ver en la dolorosa cuenta que ascendía a 337,35 euros. «Tourist trap. Sin palabras». Esa fue la frase que acompañó la fotografía del desglose de la cuenta que el afectado colgó en twitter.

Ante las polémicas suscitadas sobre los abusos por parte de los hosteleros la asociación Facua-Consumidores en Acción presentó ayer una lista con los 25 abusos más comunes en nuestros bares y restaurantes.

«Cobran la tapa de ensaladilla como si estuviera hecha con caviar de esturión beluga y la cerveza parece tener cebada cultivada en los jardines del Palacio de Versalles. Los precios son libres. Y tú también lo eres de no volver al local». Así de clara se mostraba la asociación.

Entre las denuncias más habituales se encuentra la ausencia de bebidas en la carta o de sus precios, el cobro del pan, sobre el que se suele incluir en la cuenta una cantidad por comensal salvo que se indique que no se quiere.

El tema del IVA también está presente en este informe y, según Facua, los precios de la cuenta son un 10 por ciento más caros que los de la carta porque hay que añadirles el impuesto, que figura aparte, cosa que está prohibida.

El famoso «IVA no incluido» en los precios a la carta es otro asunto discutible y el cliente puede plantear no pagar más del importe que figura junto a cada plato. La ley dice que siempre hay que indicar el precio final completo.

La diferencia entre los precios de la barra y la mesa es otro de los asuntos que Facua ha incluido en su listado y que más de uno desconocerá. Diferenciar entre ambas zonas en el precio es legal siempre y cuando la carta desglose todos los precios. No es admisible legalmente limitarse a indicar a pie de página que habrá un porcentaje de incremento por el servicio en mesa.

Las siglas «SM» o «PSM», referidas a «precios según mercado», sin aparecer precio alguno al lado del producto tampoco es legal. Al igual que cobrar por entrar al cuarto de baño.

En cuanto a la polémica suscitada por el cobro de una aspirina Facua también tiene respuesta. No solo no pueden cobrarla, sino ni tan siquiera dispensarla ya que solo las farmacias y los centros sanitarios pueden suministrar medicamentos.