­Pese al dicho de que la Universidad es una fábrica de parados, la vicerrectora de Estudiantes cree que las perspectivas laborales de los alumnos de la UMA «son bastante buenas».

Desde el punto de vista de su departamento, que se encarga de los protagonistas del proceso de enseñanza, como son los estudiantes, ¿qué destacaría del nuevo curso que oficialmente comienza mañana?

Es un curso que empezamos con grados ya consolidados, porque acabamos de consolidar 28 de nuestros primeros títulos. Teníamos que pasar la verificación y tras cuatro años de docencia más dos de consolidación, había que pasar como un segundo examen que supone la reacreditación de los títulos y se han conseguido en todos los presentados. Significa que hemos pasado el aprobado para las Agencias de Evaluación y la satisfacción que esto supone por haber hecho bien las cosas es importante, como se puede imaginar.

¿Con cuántos alumnos comenzará la Universidad el curso 2015/206?

Las perspectivas son buenas. Como ya se ha publicado en su medio de comunicación, hemos logrado aumentar las matrículas de nuevo ingreso. Tras la primera adjudicación, con los alumnos que aprobaron la Selectividad en junio, hemos crecido casi un 7% con respecto al año anterior. Comparado con otras universidades andaluzas, nuestra cuota ha aumentado. Esto se debe al programa Destino UMA, que funciona prácticamente todo el año, con el que prestamos asesoramiento y orientamos a los alumnos de los institutos de la provincia desde que están en el cuarto curso de la ESO. Hay mucha oferta académica, cada vez más universidades privadas ofertando títulos dobles... Que la Universidad de Málaga crezca cada año indica que se realiza un trabajo importante. Ahora en septiembre concluye la segunda fase.

Hasta el día 28 está abierto el plazo, con lo cual no tenemos cifras definitivas. Pero el ritmo es bueno.

Esperamos alcanzar los 37.000 alumnos del año anterior, si no incluso aumentarlos. En esta cifra habría que incluir también los estudiantes de postgrados y másteres.

Además del éxito del programa Destino UMA, ¿no atribuye este aumento a las dificultades de los egresados por ingresar en el mercado laboral y la necesidad de reengancharse a estudiar otra carrera para no estar sin hacer nada?

Datos de inserción laboral no tenemos, ya que nos los facilita la plataforma Argos, que nos los da dos años después de que el alumno haya acabado sus estudios. Se está creando en el Servicio de Cooperación Empresarial un observatorio para hacerlo, ya que a partir de ahora se nos va a requerir datos reales sobre inserción laboral de los egresados. Sin embargo, y pese a que tradicionalmente se ha dicho que la Universidad es una fábrica de parados, las perspectivas laborales de nuestros alumnos son bastante buenas. Desgraciadamente hay alumnos que se tienen que ir al extranjero. Pero esto también es síntoma de que nuestros programas de prácticas internacionales funcionan, como en Alemania y Holanda.

Si el alumno es bueno, por norma la empresa donde ha hecho sus prácticas se lo queda.

¿Sabe la provincia de Málaga aprovechar a sus titulados superiores?

Por desgracia la sobrecualificación profesional existe. Hay muchos egresados que ocupan puestos de trabajo por debajo de su cualificación académica y tenemos que tratar de evitarlo. Pero no depende de nosotros directamente, sino del mercado de trabajo. Nuestra esperanza reside en que, en el futuro, esta sobrecualificación se reduzca al mínimo. Sin embargo, podemos hacer poco.

¿Pueden adaptar la oferta académica a las necesidades reales del mercado?

Las prácticas son fundamentales. Estamos firmando continuamente convenios con instituciones y empresas para que nuestros alumnos hagan las prácticas curriculares (como una asignatura más) y extracurriculares (pagadas). Acabamos de renovar el contrato con la Diputación por el que 80 instituciones (entre ayuntamientos y empresas de las provincias) facilitan hacer estas prácticas a los alumnos en sus propios municipios. Es también una buena forma de poder quedarse a trabajar en sus pueblos o ciudades. Quien hace prácticas tiene bastantes probabilidades de que luego se quede a trabajar en esa empresa.

¿Tener una titulación universitaria sigue siendo garantía de empleabilidad, a pesar de la crisis económica?

Totalmente. Hace poco se publicó que el desempleo juvenil era un 30% menor entre quienes tenían una carrera universitaria. Bastante menos que en alumnos que no tienen título. Insisto en la sobrecualificación, en que los alumnos tienen que trabajar donde les corresponde. Tienen que estar donde tienen que estar. Tenemos que pelear por ello. Y las prácticas son fundamentales.

¿Estas prácticas las exige el tan polémico Bolonia?

Bolonia trajo la obligatoriedad. Pero en las universidades andaluzas tenemos desde antes la plataforma Ícaro, en la que los alumnos se apuntan y las empresas eligen en función del perfil que necesitan, firmando convenios. Funciona muy bien y puede decirse que es una buena plataforma de colocación.

Todos hablan de la luz al final del túnel... ¿Los alumnos la ven?

Los alumnos con los que hablo son casi todos representantes de asociaciones y de consejos de estudiantes, que reivindican que la Universidad debe ser pública con todas sus consecuencias. Nosotros, desde la UMA, siempre pedimos al Ministerio que se rebajen los requisitos académicos porque muchas veces, y en determinadas carreras, es complicado llegar a ese nivel exigido. También que los umbrales de renta suban, porque están muy bajos y hay una clase media de familias que no cumplen los requisitos, pero les supone un verdadero esfuerzo pagar una matrícula, máxime cuando los precios de la segundas y terceras son muy elevados. Siempre pedimos que corrijan estos aspectos. Por nuestra parte y para tratar de compensar, tenemos las ayudas propias, junto con la Junta de Andalucía. El objetivo prioritario es que ningún alumno se quede fuera por motivos económicos porque no pueda pagar. Hemos tenido un incremento de becas propias muy alto en estos tres últimos años. De 400.000 euros hemos pasado a un millón de euros. Y estamos hablando de dinero propio de la UMA. Antes estas ayudas se financiaban al 50% con la Junta. Pero mientras el Gobierno andaluz las mantiene nuestra aportación aumenta. Ahora vamos a reclamar que para el curso 2015/2016, la Junta aumente también sus recursos y que todos los alumnos que no puedan lograr una beca el Ministerio sí pueda acceder a esta ayuda.

¿Conoce ya cuántos alumnos han solicitado una beca del Régimen General este curso?

Todavía no porque hasta el 15 de octubre no se cierra el plazo. Aún no se están ni siquiera empezando a tramitar. El Ministerio envía a cinco personas de refuerzo para empezar a tramitar porque nosotros, como universidad, facilitamos la información de requisitos académicos. La novedad principal este año va a estar en la convocatoria de ayudas conjunta de la Junta y la UMA, que se va a adelantar. El objetivo es que cuando sepamos que un alumno ya no va a cumplir el requisito académico, de forma automática le vamos a enviar una solicitud para que se acoja a esta ayudas sin esperar si quiera a recibir la resolución negativa del Ministerio. Desde el punto de vista administrativo se va a agilizar todo bastante. Y el alumno va a contar con el pago de su matrícula también antes. Porque no reciben dinero sino que se les paga la matrícula. En años anteriores llegaban los exámenes de febrero y aún no lo habían pagado porque no se había resuelto la concesión. Pudimos dejar que se examinaran pero la nota no subía a su expediente hasta no formalizar el pago.

Los críticos dicen que hay demasiadas universidades en España. Los defensores, que el índice es inferior al de otros países de la zona europea. Se habla de la necesidad de especializarse. ¿Lo hará la UMA alguna vez?

Somos una universidad generalista con prácticamente todas las carreras o grados. Tradicionalmente están así implantados. Pero eso no quiere decir que no destaquemos en temas. Por ejemplo, contamos con unas ingenierías muy potentes. Contamos con 25 becas de excelencia para atraer talento a las ingenierías, pero el problemas es que son grados en los que suelen sobrar plazas tras las primeras adjudicaciones. Este año no ha sido una excepción. Es decir, que en junio puede acceder un alumno con una nota media de 13 y en septiembre otro con un 5. Esto provoca que en los primeros años los grupos sean bastantes heterogéneos. No ocurre así en Medicina, donde a lo mejor el alumno con menos nota entró con un 12,5. Pasa también en Fisioterapia y otras carreras de la rama sanitaria. O en Traducción e interpretación en inglés. Pero en las ingenierías la tasa de abandono sigue siendo elevada y es difícil de solucionar por esta misma circunstancia. En la UMA damos de todo y somos generalistas pero destacamos en los grados donde las notas de corte son más altas.

Supongo que los alumnos más brillantes también lo tendrán más fácil a la hora de encontrar trabajo.

Por supuesto. Así lo sé hasta por experiencia propia. En mi facultad de Económicas cada mes de mayo tenemos las empresas auditoras y las más grandes se llevan a los mejores, seleccionan a los expedientes más brillantes.

Sin embargo, la UMA sigue sin aparecer en los ranking internacionales. ¿Qué ocurre?

Creo que este debate es peligroso. Sin controlar el tema directamente, mi impresión es que se puede llegar a confundir. En el ranking de Shanghai la primera universidad española es la Politécnica de Cataluña, y ocupa el puesto 77. Luego está la de Politécnica de Madrid, la Complutense... Y en España hay más 70 universidades. La UMA es una universidad joven y con un presupuesto limitado. Las primeras 20 universidades de este ranking son estadounidenses, con presupuestos que multiplican el nuestro por diez. Estos ranking cuentan con un alto nivel de postgrado. Nosotros somos una universidad pública y como tal nuestra principal inversión es el grado, aunque queramos aumentar el postgrado sí o sí. En España tampoco funciona el mecenazgo, por desgracia. Para mí, no aparecer en estos ranking no es un motivo para avergonzarme. Nuestra función no es salir en Shanghai y no me importa, sino que nuestros egresados estén bien colocados y logren buenas salidas laborales. Eso sí que tiene que ser un motivo de orgullo.

¿Cómo puede afectar la Lomce a los estudios universitarios?

Acabo de tener la primera reunión con los vicedecanos. Como sabemos, los alumnos de primero de Bachillerato ya este curso se ven afectados por la reforma educativa, pero todavía no saben de lo que se van a examinar. Pero es que nosotros tampoco. No sabemos cómo va a ser la famosa reválida de la Lomce. La verdad es que todo está bastante parado ante la inminencia de las elecciones generales de diciembre. En la última reunión de Distrito Único Andaluz lo que se ha acordado es ser flexible en los itinerarios que han elegido estos alumnos de primero de Bachillerato. Desde mi punto de vista lo lógico sería prorrogar un año más la Selectividad, que en teoría acaba el año que viene.

¿Eliminar la Selectividad no puede ser contraproducente?

La Selectividad tiene una función: homogeneizar las notas de los distintos centros de manera que las calificaciones no se inflen. Llevamos muchos años y estamos muy acostumbrados a este sistema. ¿Puede que haya criterios mejores? Puede, pero lo que es seguro que en la actualidad la indefinición es total.

En cortoAño electoral en la UMA

María Jesús Morales es uno de los puntales de la candidatura de José Ángel Narváez

Elecciones

El 26 de noviembre la UMA celebra elecciones a rector. ¿Cómo se viven estos meses previos a un acontecimiento que puede marcar el devenir más inmediato de la institución?

Hasta que no se abra el plazo el plazo con la constitución de la junta electoral no se debe hablar de programas ni de presentación de candidaturas. La normativa es la que existe y nadie debería saltársela porque sí. Todos deberíamos respetar todos los plazos. Ni que decir tiene que yo voy con el actual rector en funciones, José Ángel Narváez. Llevo con él cinco años trabajando codo con codo, primero como directora de Investigación, después como directora de calidad y ahora como vicerrectora de Estudiantes y Calidad. Y para mí es la mejor opción para mejorar.

¿Ser rector en funciones le beneficia o le perjudica en la carrera electoral?

Cuando José Ángel Narváez tomó posesión del cargo como rector ya asumió que era un periodo de transición porque no se pueden acometer grandes reformas. Pero sí mejorar las cosas del día a día. Y así lo haremos en equipo hasta que se termine el mandato. No sé de qué voy a ir en el próximo equipo de Gobierno, pero tenemos que ser conscientes de nuestra responsabilidad y seguiremos trabajando todos a una.

Sus rivales creen que ser rector en funciones es un escaparate para dejarse ver en los medios de comunicación...

No sé hasta qué punto. La ventaja real que tiene es que ha estado los últimos años en el equipo de gobierno y conoce perfectamente la Universidad y cómo es la gestión de una institución de estas características. Es cierto que por esto se le puede tachar de continuista, pero también ocupar el cargo de vicerrector es distinto que ser rector. Antes no podía hacer lo que puede hacer ahora en la Universidad. La conoce mejor que ningún otro gestor. Pero yo soy totalmente parcial en este sentido. Nuestro equipo es estupendo, con personas todas implicadas y veo muy buenas perspectivas.

He notado algún reproche en sus palabras hacia la campaña de Miguel de Aguilera. ¿Tiene la sensación de que le han adelantado por la derecha?

Para mí no supone ninguna novedad. Me lo esperaba porque siempre hace lo mismo. Nosotros preferimos ir a nuestro ritmo y estamos trabajando.

¿Cree que al final serán cuatro los candidatos que concurran?

Unos me dicen que van para adelante y otros que no. No han hablado conmigo. Los únicos que conozco son Narváez y De Aguilera.