El 1% de la población mundial padece una enfermedad mental, explicó ayer Miguel Acosta, presidente de la asociación de Familiares de Pacientes de Esquizofrenia (Afenes). En concreto, «una de cada cuatro personas, lo que complica exponencialmente el acceso al mercado laboral», añadió.

La asociación celebró ayer el Día Internacional de la Salud Mental con la instalación de una carpa informativa en la plaza Féliz Sáenz en la que hizo hincapié en la importancia de algunas patologías que aún están pendientes de ser tratadas, como es el caso de la patología dual. Un paciente que padezca esta patología tiene, por un lado, un problema de salud mental, y por el otro, una drogodependencia que en muchas ocasiones no se puede saber si se produce por efecto de la enfermedad, o de forma paralela a la misma. En estos casos, desde la asociación aseguran que los pacientes con trastornos psiquiátricos poseen una mayor propensión para el abuso de sustancias ilegales. Desde la asociación, explican que el mejor tratamiento para las personas con este tipo de patologías es un enfoque global, e incluir, por un lado, el tratamiento farmacológico y, por otro, el psicoterapéutico.

La cita de ayer no solo sirvió para destacar la importancia de esta patología, muy desconocida aún para el público, sino que además sirvió para reclamar que se dé una «mayor visibilidad al colectivo de enfermos mentales en la provincia», según expresó la vicesecretaria de Acción Social del PP de Málaga, Ruth Sarabia, que además destacó que «las administraciones deben dar un paso adelante para dotar a este colectivo de recursos especializados y acabar con el estigma que sufren».

Asimismo, Sarabia destacó que desde el área de Derechos Sociales del Ayuntamiento de Málaga, a través de Puerta Única, «gestiona ahora mismo 365 plazas para personas afectadas por una enfermedad mental y que se encuentren en la calle», y apuntó que a estas personas «se les ofrece valoración y una posterior derivación al recurso más adecuado», al igual que ocurre desde la Asociación Afenes. En Málaga, indicó que «hay un 1% de la población considerada discapacitada por padecer una enfermedad mental».

Además, Sarabia añadió que estas personas «son doblemente discriminadas: por una parte, para el acceso al mercado de trabajo y formación, y por otra, a la hora de contar con un apoyo a través de la dependencia para dotarles de recursos especializados, a lo que se suma las necesidades de la familia».

En este sentido, señaló que «cuando hablamos de recursos, no sólo nos referimos a viviendas tuteladas para que estas personas puedan tener autonomía, sino también para acceder a una atención que requiera mayor grado de especialización o el ingreso del paciente que está totalmente excluido en el caso de padecer patología dual».