La detección de la bacteria Xylella fastidiosa en tres plantas ornamentales de un vivero en El Ejido (Almería) ha vuelto a poner en alerta a los agricultores andaluces, entre ellos a los de la provincia de Málaga. Dicho caso vuelve a recordar a los productores la importancia de conocer los riesgos de las plagas en los distintos cultivos, de tal forma que puedan extremarse las medidas para que las consecuencias sean lo menos negativas posibles.

Precisamente, la Fundación Málaga Desarrollo y Calidad (Madeca) presentó hace unas semanas el Análisis General de la Realidad y Organización Ganadera y Agrícola Malagueña (Agrogam), un estudio en el que, entre otros muchos aspectos, se recogen las claves más fundamentales en lo que a sanidad vegetal se refiere y que atañen a los cultivos y plantaciones de la provincia.

En este sentido, resulta vital para el buen funcionamiento del sector el correcto cumplimiento de las normativas establecidas a tal efecto. Así, el nuevo reglamento fitosanitario en la Unión Europea entró en vigor en diciembre de 2017, aunque no se aplicará plenamente hasta el próximo 13 de diciembre de 2019.

El objetivo de la citada norma es establecer medidas eficaces para evitar que las plagas entren y se extiendan por la UE o, en su defecto, para erradicar rápidamente las mismas si ya se encuentran presentes en el territorio. Establecer un control efectivo es esencial, según recoge el documento elaborado por Madeca, para prevenir patologías futuras en los cultivos derivadas del desplazamiento de gran cantidad de plantas y productos vegetales cada año dentro de la comunidad europea.

De esta forma, el citado nuevo reglamento recoge una clasificación en la que se encuentran las denominadas «plagas prioritarias», que serán aquellas que generan un impacto más grave en la economía o el propio ecosistema. Por ello, se aplicarán medidas reforzadas para solventar de manera adecuada el problema.

En el informe Agrogam se recoge que, estadísticamente, cada 15 meses entra una nueva plaga o enfermedad vegetal en España, a la vez que apunta que Málaga es un foco de entrada «muy importante». «Los productores malagueños llevan predicando en el desierto desde hace muchos años, denunciando, con datos y cifras irrefutables, la entrada continua y constante de nuevas plagas», recalca el estudio.

Madeca ha recogido en el documento el conjunto de plagas de reciente aparición en la provincia de Málaga, así como aquellas que podrían penetrar en la zona próximamente. En este sentido, resaltan la importancia de que los agricultores comuniquen a las distintas administraciones cualquier sospecha de presencia de patologías en sus terrenos de cultivo.

1. Pérdidas económicas en los castañares por la avispilla

La avispilla del castaño llegó a la provincia de Málaga en 2014, afectando principalmente al paraje de El Juanar, en el municipio de Ojén, aunque también incidió en la zona de las localidades de Monda y Yunquera, así como en el Valle del Genal en general. Este pequeño himenóptero emerge desde mayo hasta julio, siendo en la siguiente primavera cuando se observan los daños, los cuales se manifiestan mediante agallas fáciles de ver.

Para combatirla, asociaciones como Asaja Málaga consideran que la mejor forma es la introducción de su depredador natural, el Torymus sinensis. Así, solo se han realizado sueltas experimentales, por lo que colectivos como la Red Estatal del Castaño siguen pidiendo su utilización masiva. La Junta de Andalucía ya ha previsto una nueva aplicación del depredador durante este año 2018.

La avispilla es la plaga, según Madeca, que más puede afectar a la economía local rural de al menos diez pueblos de la provincia en los próximos diez años, «ya no por la cuantía sino porque para muchas familias es su principal fuente de ingresos». En el Valle del Genal se estiman unas pérdidas de más de 100.000 euros en 2017.

2. Erradicada la plaga del barrenador del mango en 2018

De manera muy concreta apareció la plaga del barrenador del mango en 2014, en la localidad de Vélez Málaga. Al ser la provincia una zona protegida en lo que a este fruto se refiere, se adoptaron medidas especiales para combatir el gorgojo de las semillas del mango, un coleóptero que en 2018 ha podido finalmente ser declarado completamente erradicado en Málaga.

3. Impacto estético con la pulguilla de la patata

Los municipios de Torrox y Coín han sido la cuna para la aparición oficial en 2017 de dos organismos nocivos denominados Epitrix papa y Epitrix cucumeris, conocidos popularmente como pulguilla de la patata. Pese a que se ha dado en este tubérculo, la presencia de estos coleópteros también puede concretarse en tomates, berenjenas, pimientos y tabaco.

La incidencia de esta plaga no afecta a la carne del tubérculo. Eso sí, provoca un impacto estético que puede devaluar su valor en el mercado, además de ofrecer las heridas como vía de entrada a patologías secundarias. Como medida, el informe Agrogam plantea el cepillado o lavado para reducir el porcentaje de tierra a menos de un 0,1.

4. 60 hectáreas afectadas por el mal seco de los cítricos

El mal seco de los cítricos lo provoca el hongo Plenodomus tracheiphilus. Su presencia en la región se confirmó en julio de 2015, pero la declaración oficial se produjo dos años después. Afecta principalmente a los cultivos de limonero, tanto en la calidad como en la propia muerte de las plantas.

La enfermedad se concretó en los municipios de Alhaurín de la Torre, Cártama y Pizarra, en unas 60 hectáreas, donde se aplicaron medidas fitosanitarias para su erradicación, que además de controles, conllevo el arranque de material vegetal afectado.

5. Daños en infraestructuras con el mejillón cebra

Bien distinto es el caso del mejillón cebra, una especie invasora no comestible que se detectó en los embalses de Málaga en 2014, concretamente en el pantano del Conde del Guadalhorce, aunque se ha extendido hasta Guadalteba y la Encantada. Según Madeca, su extinción es una utopía. Este molusco se adhiere a infraestructuras, provocando importantes daños económicos en las mismas, algunos de gran importancia.6. Xylella fastidiosa, no hay cura en la actualidad

Su reciente aparición ha vuelto a levantar las alarmas en el olivar. Aunque no es una plaga como tal todavía en España, desde las administraciones están promoviendo distintas medidas preventivas para luchar contra los insectos vectores, transmisores de la patología.

La Xylella fastidiosa es una bacteria que presenta un gran potencial patógeno sobre muchas plantas, de tal forma que provoca varias enfermedades de gran importancia económica, aunque principalmente incide en cultivos leñosos como viñas, cítricos, olivar, algunos frutales de hueso, café y plantas ornamentales.

Según los expertos en fitosanidad de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), no se dispone en la actualidad de ningún método que pueda llegar a curar las plantas una vez que éstas estén ya enfermas.

7. La plaga HLB, cada vez más cerca

Los cítricos se están viendo también cada vez más afectados por la bacteria que causa la enfermedad denominada HLB. Ya ha llegado a España y recientemente se ha detectado al sur de Lisboa, por lo que la amenaza se va acercando.

Mejillón cebraSu erradicación se presenta como una utopía

La incidencia del mejillón cebra en las infraestructuras que se encuentran en los distintos embalses de la provincia parece un problema a largo plazo, ya que los expertos consideran que en la actualidad erradicarlo es una utopía.

PatataMuy importante realizar un buen lavado

Aunque en principio la denominada pulguilla de la patata no actúa mermando la calidad de este tubérculo en la provincia de Málaga, sí es necesario lavar bien el producto en caso de que resultara afectado por este organismo nocivo.

TomateEs necesario prestar atención al Epitrix

Pese a que no es lo habitual, los agricultores de tomate en la provincia de Málaga no deben descuidar la atención a la conocida como pulguilla de la patata, denominada técnicamente como Epitrix papa y Epitrix cucumeris, que podría afectarles.

PrevenciónLa colaboración de los agricultores, vital

La lucha contra las plagas debe implicar a todas las administraciones pero también a los propios agricultores, que deben comunicar cualquier tipo de sospecha en lo relacionado con la presencia de una patología en sus cultivos.