El delegado provincial de la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, Adolfo Moreno, remarca en esta entrevista el grado de concienciación, sobre la lucha contra los incendios, que en los últimos años han alcanzado tanto las administraciones como los propietarios de fincas situadas en zonas próximas a territorios forestales. La provincia está a la vanguardia en el continente europeo y prueba de ello son las frecuentes visitas de autoridades de otros países, al objeto de implantar dispositivos como los que incluye el Plan Infoca en la comunidad andaluza.

¿Dónde está el secreto para llegar a 2018 con casi todos los deberes hechos en materia de lucha contra los incendios?

Málaga puede presumir de estar a la vanguardia no sólo de España, sino también de Europa. De 102 municipios, de los que 75 presentan un alto riesgo de incendios, apenas tres están sin planes locales de protección. Es un grado altísimo. Hace tres años, cuando me hice cargo de la responsabilidad que actualmente me ocupa para la Junta de Andalucía en Málaga, ya estábamos en 50 planes. Hemos aumentado casi en un 30%. Pero el secreto, más allá de la labor de los ayuntamientos y de la concienciación, está en el grado de implicación de todas las administraciones. Estado, Junta de Andalucía, municipios, agrupaciones de voluntarios en el caso de Protección Civil, policías locales, nacionales y adscritos a la administración autonómica, la Guardia Civil, etcétera, etcétera.

¿Qué asignaturas pendientes quedan por resolver?

Los tres municipios que restan por disponer de sus propios planes son pequeños y pueden contar con el apoyo de otros cercanos, de mayores dotaciones presupuestarias y en recursos. Pero en estos casos, como en otros muchos, les hemos instado a que puedan apoyarse en el asesoramiento técnico que les brinda la Diputación de Málaga y confiamos en que muy pronto estemos en el 100%.

¿Los malagueños pueden entonces presumir de estar concienciados, al menos cada vez en mayor medida, y de tener cada vez mayores medios para atajar la lacra que en otros tiempos suponían los grandes fuegos?

El papel del Infoca es de sobra conocido, no sólo en otras comunidades a las que hemos acudido para ayudar en la lucha contra sus incendios. Hemos estado en otros países también para prestar nuestra ayuda y experiencia, como es el caso de Portugal. Pero otra de las claves está en que no sólo tenemos en funcionamiento nuestros dispositivos en el periodo de mayor riesgo de extinciones, de julio a octubre. Hacemos una labor formativa continua, durante todo el año. Y eso también repercute en la sociedad, porque los ciudadanos son conscientes de su papel y de la necesidad de estar vigilantes todo el año. Se ha disparado, por el ejemplo, el número de llamadas de alerta por parte de los ciudadanos cuando se produce un incendio. Eso da cuenta del grado de implicación que hay a todos los niveles.

Las estadísticas sobre incendios también son favorables.

En ocasiones no prestamos atención a datos como el número de incendios que quedan en conatos. Ahí figura precisamente el factor humano en la ayuda, en el auxilio y la voz de alerta que tan necesaria resulta en estos casos. El profesional si puede acudir más rápido cuando se registra un incendio, más garantías tendrá para sofocar las llamas. Antes las llamadas se registraban cuando se veía fuego. Ahora con una columna de humo ya es suficiente.

¿Intimidan también las graves sanciones para las personas que provocan los incendios?

Por supuesto. Recordemos que ahora ya estos casos se juzgan por la vía penal. Todo esto va calando en la sociedad, al igual que las sanciones derivadas de incumplir la prohibición de hacer fuegos, quemas agrícolas, o barbacoas, precisamente durante los meses en los que hay un mayor riesgo de que se produzca un incendio forestal.

Málaga, más allá de estos dispositivos tan importantes, tiene en juego una masa forestal muy significativa. Tenemos un peso específico muy importante en el cupo que Andalucía aporta al Estado para ser uno de los tres países con más superficie arbolada.

Tenemos en la comunidad autónoma un dato rotundo, como son sus 4,5 millones de hectáreas de masa forestal. En el caso de la provincia, aportamos 400.000 hectáreas. Tenemos un patrimonio natural muy significativo, con extensas zonas protegidas y otras que podrían serlo en un futuro. La posibilidad de cuidar este patrimonio durante todo el año es vital, sobre todo con la participación de propietarios particulares.

Ahí entran en juego las denominadas zonas interfase, situadas a medio camino entre los núcleos urbano y las masas forestales.

En este capítulo, Málaga también puede presumir de estar mejor preparada que hace años. Han aumentado los planes de autoprotección, que se añaden a los planes locales de emergencia. En estas zonas interfase se hacen precisamente nuestros simulacros. El año pasado en Mijas y en este se ha realizado en la urbanización El Capistrano, en Nerja. En total podemos presumir de haber tramitado recientemente unos 300 planes de autoprotección y de disponer de 3.000 fincas privadas con planes de autoprotección.