Falta menos de una semana para el inicio del nuevo curso escolar. Las vacaciones han sido largas y muy intensas. Han permitido que los niños disfruten de un merecido descanso. Una temporada en el que habrán tenido tiempo para todo. O casi todo. El lunes vuelve el ajetreo para los escolares de Infantil y Primaria. Y para sus familias. La rutina es necesaria, pero para afrontarla tras este periodo estival es conveniente, desde ya, llevar a cabo una serie de cambios para que la reincorporación a las clases no sea traumática. Porque la vuelta al cole cuesta, a padres e hijos.

Rocío Gómez, orientadora, y Auxi Ruz, profesora de Infantil, ambas del colegio Salesiano San Bartolomé, de Málaga, señalan que es conveniente tener en cuenta una serie de aspectos para ayudar a adaptarse mejor a los hábitos diarios y que el final de las vacaciones suponga un tránsito de lo más natural posible. Al fin y al cabo, volver a las clases no es nada negativo. Al contrario. Hay que asumir esta situación como un reto positivo, con ilusión y con ganas. "En general hay que tener siempre una actitud optimista", destacan estas docentes.

Lo primero a tener en cuenta es la importancia de, en estos días previos, recuperar los horarios del colegio. "Si algo bueno tiene el verano es que no hay horarios, se va uno a la cama cuando quiere, las comidas cada día a una hora y así con todo. El verano es libertad. Pero el cole requiere unos horarios y unas rutinas, así que lo ideal es hacer horarios organizados", explican Gómez y Ruz. Por ello, es muy importante que los niños se vayan a la cama cada día un poco antes durante esta semana previa, para ir entrando poco a poco en la rutina.

Es igualmente importante que las familias hagan partícipes a los pequeños, y los hijos a sus padres, de los preparativos del material. Compra de uniformes, de la mochila, de los lápides y los cuadernos... De todo lo necesario. Y no olvidar personalizarlo todo, poniendo el nombre del alumno. Además de organizar el material escolar necesario, es muy positivo que unos días antes de empezar el curso el alumno colabore en la preparación de su dormitorio: "despejando la mesa de estudio, colocando los juguetes del verano en su lugar, ordenando su escritorio€ Es una tarea que le servirá para ser consciente de que las clases tienen un comienzo inminente", explican.

"Al igual que nos sucedería a los adultos si cambiásemos de compañeros, de jefe, de oficina€ los niños se sienten inquietos y ansiosos ante la llegada del nuevo curso y todo lo que ello implica", agregan Gómez y Ruz. Por ello, para ayudarles, los padres deben proporcionarles previamente toda la información de que dispongan acerca de su nueva etapa en el colegio, "pero sin hacer en ningún caso juicios de valor negativos".

Más consejos. Retomar el contacto con los amigos. "Siempre que se pueda es perfecto, así vamos calentando motores con los amigos y vamos entrando en modo colegio".

La actitud de los padres ante el final de sus vacaciones también importan. "No te quejes de volver al trabajo", advierten las maestras. "Aunque estés sumido en la más profunda depresión postvacacional, no es aconsejable que lo exteriorices delante de tus hijos", insisten. Los más pequeños aprenden por imitación. Si el padre o la madre se queja de tener que volver a trabajar el siguiente en quejarse de volver al colegio será el menor y eso va en contra de la actitud positiva ante el reencuentro con el estudio.

Del mismo modo, estas profesoras recomiendan que los padres acompañen al niño el primer día de clase. "Así se sentirá mucho más seguro si va acompañado de su familia. En la medida en que esto sea posible, debe tener la tranquilidad de que ese día no va a ir solo al colegio y que su familia estarán ahí para ayudarle con su inquietud y sus miedos. En esa primera jornada es fundamental que todo se haga con calma y sin prisas para no añadir más estrés al reencuentro escolar", aconsejan.

La alimentación también es clave. Hay que poner orden en las comidas. En verano hay mucha improvisación, "que si hoy comemos fuera, que si un helado, que si comemos más tarde. Con el cole llegan las rutinas y eso implica también fijar unos horarios para comer".

Los padres han también de ser pacientes con los posibles altibajos emocionales de sus hijos. "Cuando los niños están bajos de ánimo no se muestran abatidos, como los adultos, sino irritables y con poca energía", aclaran estas docentes de Salesianos. "Es bueno observar si detrás de estos comportamientos puede haber problemas de ansiedad ante el nuevo curso escolar. Si es así, le ayudará que le cuentes cómo superaste tú alguna situación similar o cómo te enfrentas ahora a circunstancias que te resultan, de entrada, poco atractivas".

Se acaba el verano pero llega el otoño y se pueden hacer nuevos planes. Establecer nuevas metas. "Habla sobre lo que se puede hacer en esta nueva temporada. A los mayores nos funciona pensar en algún viaje o en algún plan interesante. Seguro que a ellos también", destacan. Y también motivarles sobre cuánto van a aprender.