Las diferencias entre el perfil de trabajadores que demandan las empresas y la actual oferta formativa continúan siendo grandes y lastran las posibilidades de muchas personas desempleadas de poder acceder al mercado de trabajo, según un estudio presentado este lunes por la Confederación de Empresarios de Málaga (CEM) y por la Cámara de Comercio. El informe, elaborado a partir de encuestas a trabajadores, empresas y centros de formación de las distintas comarcas, refleja por un lado que casi un 54% de las empresas que han querido contratar a un trabajador afirman haber tenido problemas para encontrar el perfil profesional que requerían. Sin embargo, el mismo estudio señala también que el 44% de los trabajadores en paro consultados dicen que no realizan cursos de formación bien por falta de recursos económicos o por no tener disponible el curso que querían realizar.

"La formación se organiza desde fuera del ámbito empresarial. Se imparte mucha formación por administraciones e instituciones públicas que no es la demandada por parte de las empresas, ni por parte de las personas desempleadas", ha comentado el responsable del estudio, Javier Artacho, acompañado por la vicepresidenta de la CEM, Natalia Sánchez, y por el presidente de la Cámara de Comercio, Jerónimo Pérez Casero.

El informe ha sido realizado en los últimos meses para conocer cuáles son las demandas de formación de las empresas de cada comarca en la búsqueda de perfiles profesionales, cuáles son las demandas formativas de las personas paradas y cuál es la actual oferta formativa y si se adecua a las necesidades del mercado local.

Las empresas encuestadas creen que tienen la necesidad de mejorar en áreas como la organización del trabajo o el equipo, seguido de la utilización de la informática, el trato con los clientes y en el desarrollo de acciones de comunicación y marketing. Menos de la mitad (45,69%) de las empresas consideran imprescindible la formación de los empleados, y el 30,17% lo ven como algo muy importante.

El 72% de las empresas tiene necesidad de contratar personal con alguna competencia profesional específica. Sobre un total de 591 elecciones, las competencias más requeridas son la capacidad de organización del trabajo (56), la responsabilidad (55), capacidad de comunicación (49), la capacidad de resolución de problemas (47) y trabajar en equipo (47). Sin embargo, las dificultades que encuentran los empresarios para que los empleados no realicen actividades de formación son, en primer lugar, los horarios incompatibles (22,44%) y el coste de la formación (20%). Algunas empresas no consideran posible realizarlo en horario laboral (18,05%).

Las principales demandas formativas de las empresas son, entre otros ámbitos, idiomas, carnets específicos (carretilleros, gruistas, etc), hostelería específica y profesional, informática, gestión comercial (costes, organización, administración), comercio exterior, turismo rural, turismo gastronómico, energías renovables, jardinería, charcuteros, carniceros, medioambiente o enoturismo.

Como ideas generales recogidas de los grupos de trabajo y de las encuestas se recoge también que al Servicio Andaluz de Empleo (SAE) "no se le tiene en cuenta para la búsqueda de personal ni tampoco los desempleados lo consideran una herramienta para su empleabilidad". "No seleccionan correctamente ni utilizan los criterios adecuados", apuntan. Además, se destaca como gran problema de base que no se está inculcando desde jóvenes la "obligación" de formarse de manera continua.

Por parte de los demandantes, la falta de capacidad financiera (42,42%) y no encontrar el curso que quería realizar (33,33%) son los principales motivos por los que el 43,84% de los desempleados han respondido en el informe que no han realizado cursos de formación. Un 18,18% ha señalado otras causas (falta de tiempo, falta de motivación, no ha sido seleccionado para el curso que quería hacer, etc).

Los cursos más demandados por los trabajadores activos son idiomas, prevención de Riesgos Laborales, informática, oposiciones, electricidad y otras cualificaciones específicas como fisiosanitarios, soldadura TIG, primeros auxilios, poda de jardinería o carretillas elevadoras.

El estudio refleja también que en algunas ocasiones, los centros de formación tienen problemas para encontrar docentes que se puedan desplazar a ciertas localidades para impartir los cursos, ya que el precio que se les puede pagar, no les compensa con el esfuerzo que han de realizar para impartirlo.

"Se echa en falta un mayor número de plazas de FPO, en consonancia con las necesidades y demandas de los desempleados. En ocasiones, las expectativas de los alumnos de cursos formativos pueden no corresponderse con los resultados percibidos. Se detecta la necesidad de adecuar oferta y demanda", añade el informe en sus conclusiones.