Dos meses se cumplían ayer de la caída del pequeño Julen al pozo de Totalán donde su familia disfrutaba de una comida campestre, al aire libre. De aquel domingo 13 de enero se han podido descifrar numerosas incógnitas tras el hallazgo del cuerpo sin vida del niño de dos años, pero ahora los forenses centran su trabajo, a la espera de elevar el informe definitivo de la autopsia practicada al cadáver, en definir con certeza el origen de las diferentes heridas que presentaba.

Tras las diligencias que puso en marcha la titular del Juzgado de Instrucción número 9 de Málaga, con el dueño de la finca, David Serrano, como único investigado por un posible homicidio imprudente, este miércoles también se cerraba el turno de testigos citados a declarar. Técnicos y responsables del equipo de rescate, integrado por más de 300 personas y que trabajó en Totalán durante 13 días para localizar a Julen, fueron los últimos en declarar desde primera hora de la mañana en la Ciudad de la Justicia.

Además de varios agentes de la Guardia Civil, la juez pudo escuchar detalles sobre el dispositivo al haber citado como testigo al coordinador del mismo y delegado en Málaga del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, Ángel García Vidal. Los funcionarios se limitaron a afirmar que se personaron, «como es habitual en un caso de este tipo, para colaborar con la Justicia».

Por las mismas dependencias ya pasó este pasado martes el pocero, también en calidad de testigo, y durante las anteriores semanas tanto el propietario de la finca, en su caso al resultar investigado, como los padres de Julen y testigos como los senderistas que pasaban por las cercanías del pozo de Totalán aquel domingo 13 de enero.

Más detalles sobre el pozo

Los forenses que desarrollan los informes de la autopsia de Julen se encargan en estos días de recoger nuevos detalles sobre la perforación por la que cayó el niño. Quieren perfilar al máximo los detalles sobre la manera en la que se produjeron sus heridas, especialmente si eran compatibles con cualquier otra circunstancia que hubiese rodeado su muerte.

Los abogados que prestan asesoramiento legal al único investigado, David Serrano, inciden en la posibilidad que ellos mismos plantearon ante la juez, la de que el pequeño hubiese muerto por las heridas que en la cabeza le habría producido la piqueta usada por los integrantes del equipo de rescate el mismo 13 de enero.

No obstante, en el entorno familiar de Julen, aunque se desconocía que se hubiese utilizado una piqueta en las primeras horas y que fue la herramienta con la que se localizaron varios pelos del menor, no creen que ese hubiese sido el origen del fallecimiento. Los padres relataron ante la juez que escucharon llorar a su hijo en un primer momento, poco después de que se produjese la caída, y que a los pocos minutos dejaron de escucharlo. El informe de la autopsia resultará decisivo en este sentido.