Llevamos tres semanas de confinamiento, un tiempo en el que nuestras rutinas han cambiado radicalmente y para el que nadie nos había preparado. Ni a los adultos ni a los niños. El colegio a distancia está dependiendo de la edad y de los recursos de cada familia y cada centro educativo. Sin embargo, muchos padres coinciden en que este modelo de educación es más complicado en la etapa de Infantil, en la que el aprendizaje se basa en el juego y la interacción con el docente es continua. El papel de los padres tiene, por tanto, mucha más importancia en Infantil aunque siempre de la mano del profesor.

Samuel Ruiz es maestro de Infantil en el CEIP Valdelecrín, en Los Pacos, en Fuengirola, y estas semanas imparte clase a distancia a 26 pequeños de 5 años. Aunque han cambiado la clase con sus mesas y sillas por un aula virtual en la plataforma Genially, profesor y alumnos se ven todos los días y continúan con actividades que empezaron antes de la suspensión de las clases presenciales. «Eso les motiva mucho y les da la sensación de que todo continúa, que seguimos siendo un grupo con un objetivo común que no es más que aprender divirtiéndonos», afirma este profesor que en 2018 fue nombrado Mejor Docente de España en los Premios Educa Abanca.

En su caso, los padres pueden acceder a los vídeos que cuelga cada día en la plataforma virtual, en la que inserta diferentes recursos y enlaces que explica detalladamente. Un material que se queda ahí para que las familias cuenten con una batería de recursos que ya conocen y saben usar.

Consciente de la brecha digital, Samuel Ruiz se preocupa de que los vídeos puedan verse en cualquier dispositivo y también envía las explicaciones por escrito para las familias que cuentan con sólo un móvil.

En ocasiones, el problema no es el acceso a la tecnología sino conocerla y saber usarla. Una dificultad a la que se están enfrentando tanto profesores como padres. De hecho, el propio Ruiz reconoce que el principal problema para poner en marcha 'el cole en casa' fue buscar las herramientas. Una tarea para la que es fundamental el 'claustro virtual' de Twitter, una gran comunidad de profesores que intercambian recursos.

«Yo hice lo lógico: usar herramientas que ya conocía y sabía sacarles provecho como Telegram, Genially, Youtube, Drive o un simple email», detalla Samuel Ruiz, que no obstante aboga por no complicar el contacto con los alumnos. «Hay que minimizar las dificultades e intentar usar herramientas que se han utilizado antes en clase», defiende.

No hay una receta única que sirva para todos por igual. Por ello, este profesional cree que cada docente debe adaptarse a su alumnado y a sus familias. En su caso, la respuesta de los padres está siendo muy positiva y así se lo están transmitiendo a través de cuestionarios en Google Drive. Una herramienta que utiliza para pulsar su opinión sobre las nuevas rutinas.

Al margen de los recursos educativos y herramientas tecnológicas que se usen, Samuel Ruiz opina que los profesores deben realizar durante el confinamiento una labor más social que educativa. «Acompañarles, sacarles una sonrisa desde la distancia, hacer que vean a sus compañeros...». En definitiva, hacerles más llevadera la cuarentena. La 'tarea' que pone a los padres es «que abracen a sus hijos, que se rían con ellos, que disfruten... El colegio pasa a un segundo plano, ahora lo importante es la familia», afirma.

En esta misma línea, María Ángeles Castillo, psicóloga y profesora asociada en la Facultad de Psicología de Málaga, cree que no se puede pretender, como está pasando en algunos casos, que los niños mantengan durante la cuarentena el mismo ritmo que en las aulas. Así, Castillo recomienda tener unas rutinas pero con flexibilidad porque no hay que perder de vista que ésta no es una situación normal.

«Hay una preocupación excesiva para entretener a los niños. Necesitan menos actividades educativas y más estar con sus padres», asegura y añade que en su opinión esta situación «es un premio» para los más pequeños porque les permite estar en familia.

Para esta psicóloga, que está recibiendo numerosas consultas relacionadas con el confinamiento, lo principal para afrontar estas semanas es mantener la calma. «Nosotros somos el reflejo para nuestros hijos y la figura de seguridad. Si mantenemos la calma y el equilibrio, ellos lo van a tener también».

Sin embargo, es inevitable que haya que regañar a los niños en algún momento. Según Castillo, el confinamiento, aunque aumente nuestra irritabilidad, no debe llevarnos al castigo físico nunca. Lo mejor es hablarles con firmeza y establecer límites a través del diálogo y la negociación según la edad y etapa evolutiva del menor.

Otras de las pautas que la psicóloga infantil aconseja son nunca mentir a los niños aunque sea para protegerlos, darles respuestas positivas, vivir emociones como el miedo de una forma natural o respetar los espacios en el caso de los adolescentes. Y un último consejo: «La paciencia no está en cuarentena. Este es el momento ideal para practicarla». Tomen nota porque aún nos queda confinamiento.