La construcción retoma la actividad de forma suave y espera coger ritmo en próximos días

La vuelta a la actividad de sectores económicos considerados no esenciales como la construcción o la industria -paralizados desde el 30 de marzo y el 9 de abril a través del permiso retribuible decretado por el Gobierno- ha estado este lunes protagonizada en Málaga sobre todo por los tajos de obra, aunque el propio sector constructor reconoce que el retorno a la producción en este primer día se ha realizado muy a medio gas y que será a lo largo de la semana cuando se vaya cogiendo un mayor ritmo.

La secretaria general de la Asociación de Constructores y Promotores de Málaga (ACP), Violeta Aragón, ha afirmado que la actividad ha vuelto a la mayoría de las obras de la provincia, aunque en muchos casos con plantillas reducidas para ir organizando progresivamente la vuelta al trabajo y para asegurar el mantenimiento de las distancias de seguridad entre trabajadores.

"Las empresas están retomando su producción, pero no a un ritmo del 100%, y no sabemos cuando podremos hablar de un retorno a ritmo normal. Hubo algunas obras, tanto públicas como privadas, que quedaron suspendidas cuando se decretó el permiso retribuible y ahora sus responsables tendrán que estudiar de qué forma las reanudan. También hay algunas firmas que se han acogido un ERTE. Tendremos que ir cogiendo ritmo poco a poco", ha dicho.

La ACP se muestra favorable al hecho de que la economía vaya recuperando su pulso, manteniendo, claro está, todas las medias de prevención de cara al trabajador. "La paralización absoluta hace mucho daño a la economía. Tenemos que conseguir un equilibrio en la producción", ha comentado.

La construcción da trabajo de forma directa a más de 50.000 trabajadores en Málaga pero, según la patronal, ni mucho menos han sido todos ellos los que han regresado este lunes al trabajo, a la espera de que sean los próximos días los que permitan comprobar el alcance de la reactivación. El sector comprende también a las industrias relacionadas con la fabricación de materiales, la distribución o el mercado de la industria del alquiler de maquinaria, por no hablar de todas las pequeñas firmas de subcontratas que realicen trabajos para las constructoras. De esta forma, la ACP calcula que hay otros 30.000 empleos indirectos que dependen en gran medida de la construcción.

El regreso ha estado marcado por la normalidad, aunque las propias directrices del Gobierno establecen restricciones: no habrá obras de intervención en edificios en los que hayan personas ajenas a la construcción para evitar el contacto entre trabajadores y habitantes, a excepción de aquellas de carácter "urgente", tales como instalaciones, averías o tareas de vigilancia del propio inmueble.

Aragón opina que esta medida afecta sobre todo a los trabajos de reforma en domicilios que suelen realizar microempresas del sector. A su juicio, aunque la medida sea razonable, el hecho de que el Gobierno espere hasta el final para detallarlas (ésta se introdujo a última hora en el BOE) dificulta la organización de las empresas.

La Confederación de Empresarios de Málaga (CEM) ya calculó hace un par de semanas que el parón de estas actividades no esenciales había elevado la tasa de tejido productivo afectado en Málaga por la crisis del coronavirus hasta el 85%, por lo que su reapertura deja la tasa de nuevo en el 70%, donde se incluyen segmentos como la hostelería, el turismo, el comercio y un gran abanico de empresas del sector servicios que tienen que seguir cerrados mientras dure el estado de alarma.

La secretaria general de la CEM, Natalia Sánchez, ha aseverado que el retorno al trabajo de la construcción y sus industrias auxiliares se ha notado en un mayor incremento del tráfico, y ha asegurado que en las empresas donde se ha vuelto a trabajar se ha contado con el correspondiente material de protección. Eso sí, ha reclamado a las administraciones que garanticen el suminsitro para todos estos próximos días.

Desde que estalló la crisis del coronavirus, el sector de la construcción, por ejemplo, ha articulado medidas de prevención como contar con termómetros a disposición de los trabajadores en las propias obras y la recomendación de no compartir herramientas o de no formar corrillos en los descansos. También se está organizando la entrada a la obra y las zonas comunes por turnos para garantizar las distancias mínimas. La construcción implantó en Málaga la modalidad de jornada intensiva cuando comenzó la pandemia. Además, se está planificando el trabajo en los tajos para garantizar esas distancias.

Los polígonos, algo más activos

Por su parte, el presidente de la Asociación de Polígonos y Parques Industriales y Comerciales de Málaga (Apoma), Antonio López, ha afirmado que el retorno a la actividad ha dejado un mayor trasiego de trabajadores en las naves y negocios vinculados al sector de la construcción y su industria auxiliar.

La actividad de los polígonos, que se había visto reducida únicamente al 15% de su potencial, vuelve a estar ahora en el entorno del 20%, una cifra todavía, por supuesto, muy baja para unos espacios que concentran a unos 30.000 trabajadores en la provincia. El coche particular y la moto es el principal medio de transporte utilizado por estas personas.

"La medida de la vuelta a la actividad para estos sectores es buena, pero echamos de menos que no se hagan test de forma general a la población, porque así quienes están infectados de coronavirus se quedarían en casa. Estamos defraudados de que las administraciones no hayan puesto todavía en marcha estas medidas. El temor es que pueda haber una nueva oleada de contagios", ha expuesto.

Los negocios de los polígonos que están abiertos cuentan con todas las medidas de protección para sus trabajadores (guantes, mascarillas, etc) ya que, según ha comentado López, "cada empresa se ha buscado la vida desde que estalló la crisis".