Empleo

El 77% de los universitarios trabaja tres años después de los estudios pero carece de contratos indefinidos

El sueldo medio de los graduados es de 1.260 euros mensuales, siendo más bajo en las mujeres-El 68% de los ocupados tiene un puesto relacionado con su titulación

Los universitarios tardan más de un año en encontrar un empleo relacionado con sus estudios.

Los universitarios tardan más de un año en encontrar un empleo relacionado con sus estudios. / E. P.

Ana I. Montañez

Ana I. Montañez

El 76,9% de los universitarios cuentan con un empleo tres años después de finalizar sus estudios. De ellos, el 68,3% asegura que su puesto está "totalmente" o "bastante" relacionado con su titulación.

Son datos extraídos del último Informe de Inserción Laboral de la UMA correspondiente a la promoción 2015/2016 para el que se analizado la situación de esos antiguos alumnos en septiembre de 2019, un intervalo de tres años que el vicerrectorado de Innovación Social y Emprendimiento estima como "razonable" para analizar la evolución de los estudiantes, teniendo en cuenta la continuación de los estudios y las primeras experiencias en el mercado laboral.

Ese porcentaje de ocupación aumenta en función del nivel formativo que se adquiera, fijándose en un 77,7% para los egresados de grado, un 81,1% de máster y el 93,8% de doctorado. El 11,5% de los alumnos de esta promoción están desempleados.

La búsqueda de empleo de los universitarios una vez salen al mercado laboral se prolonga, de media, 10,72 meses, y hasta 14,72 meses para un empleo relacionado con sus estudios. Los egresados en Artes y Humanidades son los que más tardan en optar a un puesto para el que se han formado, unos 20,31 meses, y los de Arquitectura e Ingeniería, los que más rápido lo consiguen, en unos 7,75 meses.

Según el informe, las empresas contratantes requieren y valoran más la experiencia laboral (28,6%) y la formación especializada (20,3%) mientras que el expediente académico es el requisito menos demandado.

Poca estabilidad laboral

Una vez consiguen entrar en plantilla, menos de la mitad (48,2%) tienen un contrato indefinido y un 34,5% ha firmado uno temporal. Además, la duración media de los empleos que obtienen los universitarios es de 28,85 meses, es decir, de algo más de dos años.

 Por otro lado, el 51,1% de los egresados de la promoción 2015/2016 forma parte de una gran empresa, es decir, con más de 250 empleados. El 5,3% tienen un puesto de dirección o gerencia (un 14,8% en el caso de los egresados doctores).

El salario mensual del graduado universitario está en torno a los 1.260,34 euros. Esta cantidad se eleva hasta los 1.360,76 euros para egresados con máster y hasta los 1.877,64 euros para los doctorados.

Brecha formativa y laboral

Las diferencias entre sexos empiezan en la propia elección de la rama formativa y perduran una vez las promociones se integran en el mercado laboral.

La presencia femenina es superior en las Ciencias Sociales y Jurídicas, en Arte y Humanidades y en Ciencias de la Salud, mientras que los varones son una mayoría considerable en Arquitectura e Ingeniería (un 22,3% frente a un 5,5%), también en Ciencias. Las mujeres fueron más numerosas entre el alumnado que hizo un máster y los hombres en los doctorados.

En relación a las contrataciones, el 51,9% de los hombres tiene un contrato indefinido a tiempo completo frente al 34,4% de las mujeres ocupadas. Además, el salario mensual medio es 300 euros más alto para ellos, que cobran 1.511 euros de media frente a los 1.211 euros que perciben ellas.

Prácticas y continuación de estudios

El 55,2% de los alumnos de la promoción 15/16 realizó prácticas durante su formación, un porcentaje que se eleva hasta el 70,6% en el caso de los estudiantes de grados pertenecientes a la rama de Ciencias Sociales y Jurídicas. Cerca de uno de cada cinco de esos becarios (19,3%) fueron contratados por la empresa o institución donde estuvieron formándose.

En cuanto al 6,5% de los egresados encuestados que en septiembre de 2019 seguían estudiando, el 34,6% estaba preparando unas oposiciones, el motivo mayoritario, aunque un 24,3% también lo hacía por su propio desarrollo personal y un 16,8% porque aspiraba a conseguir un puesto específico. De todos ellos, el 57,6% pretendían conseguir un empleo público (un 60,5% en el caso de las mujeres).