Arqueología

Tres universidades empiezan a «radiografiar» la ciudad fenicia del Cerro del Villar

Expertos de Málaga, Santander y Aquisgrán están realizando los estudios geomagnéticos y geoeléctricos para dibujar los límites de la antigua isla y la ubicación de las calles - En septiembre empezarán las excavaciones, cuando se espera descubrir cómo era el día a día de la civilización

Ana I. Montañez

Ana I. Montañez

Una furgoneta de alquiler con rótulos escritos en alemán se encuentra aparcada casi en el centro de un gran llano de seis hectáreas entre la desembocadura del Guadalhorce y Guadalmar.

Una elevación de tierra divide el área en dos grandes mitades; es el recuerdo del paso de la vía del tren que por allí discurría en dirección a la capital malagueña y, también, la zona que mejor refleja la altura original del Cerro del Villar, un espacio declarado como Bien de Interés Cultural en 1998 y ni más ni menos que el origen de la ciudad de Málaga.

Esa furgoneta ha recorrido más de 2.000 kilómetros desde la Universidad de Aquisgrán, donde han viajado los primeros expertos internacionales que desfilarán en los próximos meses por este yacimiento fenicio, el mejor conservado del Mediterráneo occidental.

Pese a que la lluvia no dio tregua, el miércoles se desbrozó todo el terreno y ayer tres universidades, la de Málaga -que coordina el estudio-, Santander y la alemana de Aquisgrán comenzaron las prospecciones arqueológicas y los estudios previos a las excavaciones, que se iniciarán en septiembre.

Son tres equipos especialistas de los 45 que participarán en este gran estudio arqueológico que se prolongará, al menos, hasta 2025, y que pretende descubrir los secretos mejor guardados de la civilización que fundó la ciudad de Málaga.

El objetivo es descifrar cómo funcionaba el asentamiento y cómo era el día a día de los fenicios que llegaron a Málaga en el siglo IX a.C. al aeropuerto, justo a una isla situada a un kilómetro del Cerro del Villar, según explica el profesor de Historia de la UMA y director del estudio, Pepe Suárez.

«Los fenicios llegan a mediados del siglo IX, a principios del siglo VIII crean el Cerro del Villar y a final del siglo VII están creando Málaga», resume el especialista.

Comienzan los estudios geomagnéticos en el Cerro del Villar

Álex Zea

Dibujar la isla

Por ahora, los investigadores están volcados en los estudios geomagnéticos y geoeléctricos que permitirán hacer una radiografía de la isla, dibujar sus límites y anticipar la ubicación de todas las edificaciones antes de empezar a excavar.

Para ello, el equipo de Aquisgrán empezó ayer a trabajar con un georradar. Se encargarán de hacer perforaciones para recoger sedimentos y analizar el polen de cada una de las capas que se fueron asentando en el estuario del río a lo largo de los siglos hasta hacer desaparecer la propia isla donde los fenicios atracaron sus barcos y levantaron una ciudad.

«Ven cómo ha ido cambiando a lo largo de los siglos porque cada capa tiene la información del polen de su época», destaca Suárez. «Van sumando esas perforaciones y delimitan la isla. Luego le hacen carbono 14 y datan cada uno de los estratos, se puede ver si es época fenicia, romana…».

Por parte de la Universidad de Santander, a través de un magnetómetro están midiendo la resistibilidad del magnetismo terrestre, esto es, sencillamente averiguar lo que hay bajo nuestros pies.

«En el subsuelo hay elementos que hacen más resistencia y dan una señal, y otros que hacen menos resistencia y emiten otra. Cuando hay una estructura que hace resistencia, la señal es más débil. Vas sumando mayor resistencia y menor resistencia, un muro hace más resistencia, por ejemplo. Cuando has pasado por muchas calles, ves el conjunto y se dibujan los edificios», continúa el director del estudio, que indica que esta tecnología permitirá hacer excavaciones mucho más precisas.

Este proyecto, que cuenta con la autorización de la Consejería de Cultura y de Medioambiente de la Junta de Andalucía, está financiado mayoritariamente por el Ayuntamiento de Málaga, que aporta 100.000 euros, el 60% para los estudios a priori y el 40% para las excavaciones. Asimismo, también se nutre de proyectos de investigación, como el Tsuniber, apoyado por el Ministerio de Ciencia.

Hallazgos del futuro

La última vez que se excavó el Cerro del Villar corría el año 2003. Ahora, casi 20 años después, se retoman los trabajos, de los que se presume que se encontrarán hallazgos inéditos hasta ahora por el buen grado de conservación del yacimiento, que no fue aprovechado por ninguna otra civilización tras la marcha de los fenicios.

«Queremos ver si existen ensenadas, especies de embarcaderos que debía tener la isla; si hay edificios públicos tipo templo y tenemos también muchos espacios que pueden ser de talleres», afirma el director del estudio. «Aunque se sabe de forma indirecta que los fenicios realizaban intercambios con todo el Mediterráneo con la salsa de pescado, no se ha investigado un lugar de producción de esa salsa, el espacio físico donde la preparaban. Los romanos sí, el garum famoso, pero ese garum tiene unos antecedentes en esta época. También interesa mucho saber si este sitio tenía talleres de púrpura [tinte], cómo elaboran los objetos metálicos y de dónde viene el mineral que empleaban, si de fuera o, por ejemplo, de las minas de Alhaurín de la Torre. Hay muchas preguntas y poco a poco iremos avanzando».

Suscríbete para seguir leyendo