Último fin de semana de agosto de casi «no hay billetes»

Si el final de la Feria supone cada año cruzar una frontera simbólica que conduce a los malagueños al final del verano, aunque todavía quede un mes para el otoño, no han sido pocos este domingo los que han aprovechado el último domingo de agosto para despedir el mes en la playa y echar el día en alguno de sus chiringuitos. La jornada, desde luego, invitaba a ello: con una máxima de 29 grados y cielos despejados, los huecos en la arena para poder colocar la toalla y la sombrilla estaban bien cotizados. Ha sido el primer verano sin restricciones por el coronavirus después de dos años y se ha notado.

Y ahora empieza la preocupación del sector hotelero, porque la asociación provincial Aehcos apunta en sus previsiones a una caída de visitantes extranjeros, guiada sobre todo por la alta inflación y las limitaciones en el uso del gas para esos mercados emisores. «La bajada de la capacidad aérea es preocupante», pues se viene de un ciclo «de enero a septiembre» con «buenos datos en algunos aspectos y malos en otros», expresa la propia patronal hotelera. La ocupación para el próximo mes de septiembre podría no alcanzar el 80%, con lo que se establecería en casi un 10% menos del mismo periodo de 2019. De ahí que se anuncie un «otoño frío», con peores previsiones de las que esperaba el sector turístico.

El turismo nacional también puede echar el freno: las previsiones económicas por la inflación, y el fantasma de una recesión inmediata, no animan especialmente a coger las maletas. De ahí que tantos aprovecharan ayer el último domingo de agosto, para apurar el verano antes de que la cruda realidad de septiembre nos depare desagradables sorpresas.