Sucesos

Dos agentes evitan que un hombre se tire por un balcón en el Centro

Las policías locales lo agarraron por una mano y un pie cuando la caída sobre la calle Cisneros parecía segura - El consumo de drogas provocó el incidente

Varios vehículos de la Policía Local desplazados al lugar de los hechos.

Varios vehículos de la Policía Local desplazados al lugar de los hechos. / L. O.

El inquilino cerró la puerta en cuanto vio que las personas que habían llamado eran dos policías locales de Málaga. Habían acudido a un tercer piso de un bloque de la calle Santos, en pleno Centro Histórico, alertados por varios vecinos preocupados por los inquietantes gritos y golpes que salían de una vivienda. A los agentes les dio tiempo a ver que el hombre, fuera de sí, tenía el rostro desencajado. Tras el portazo, siguió gritando palabras de forma incoherente, entre las que se deslizó algún "matar". Ante el riesgo de que pudiera hacerse daño a sí mismo o a alguien que le acompañara, los funcionarios decidieron llamar a sus compañeros del Grupo Operativo de Apoyo (GOA), especialmente entrenados para acceder de forma segura a viviendas y negociar con personas que están al límite.

Antes de que dieran las 19.00 horas del viernes 14 de octubre, el operativo había localizado al propietario de la vivienda, que proporcionó la llave del piso. Nada más entrar, los policías y el hombre se encontraron en el salón. El tipo llevaba un destornillador en la mano, pero no hubo nada que negociar. Lo soltó, salió corriendo hacia el balcón por una habitación que da a la calle Cisneros y tomó impulso para saltar.

Lo agarraron de un pie y una mano, in extremis

La mayor parte del cuerpo había rebasado la barandilla cuando dos agentes, uno del GOA y otro de la zona Centro que salieron tras él, lo agarraron por un pie y una mano, respectivamente, y evitaron in extremis que el hombre se precipitara en el concurrido cruce de las calles Cisneros, Especerías, San Juan y Santos. Los policías lograron poner a salvo al inquilino, un español de 46 años, aunque hizo falta la intervención de varios más para contener su furia. Intentaron tranquilizarlo hasta la llegada de la ambulancia, cuyo equipo médico diagnosticó un trastorno de conducta por consumo de drogas y lo trasladó al Hospital Regional.

Con la situación controlada, los agentes comprobaron que el piso presentaba importantes daños provocados con el destornillador. Había picotazos en las paredes, en las puertas y en el sofá, muchos de los muebles estaban volcados y latas de cerveza vacías por todas partes.