Educación

Los profesores de Málaga apuestan por la inteligencia artificial ChatGPT

Este sistema permite hacer guiones, redacciones y cualquier otro trabajo académico a golpe de click - Los colegios y los institutos, así como la Universidad no lo consideran una amenaza, sino una herramienta más para el alumnado

Clase con ordenadores en el IES Universidad Laboral, en una imagen de archivo. | OPINIÓN DE MÁLAGA

Clase con ordenadores en el IES Universidad Laboral, en una imagen de archivo. | OPINIÓN DE MÁLAGA / ana barranco. málaga

Ana Barranco

Ana Barranco

«Ese tipo de tecnología ya estaba, viene a aumentar algunos problemas pero además tiene un montón de aplicaciones para educación, para el trabajo docente. Es una herramienta maravillosa». Los docentes malagueños como Laura Moreno, profesora de inglés en el IES Picasso, reaccionan de una forma optimista a la nueva aplicación que ha desarrollado la empresa creada por el CEO de Twitter Elon Musk, llamada ChatGPT.

Este es un sistema de inteligencia artificial que viene a convertirse en el nuevo Wikipedia o El Rincón del Vago, una herramienta hasta ahora de uso libre (pues la compañía prevé implantar una versión premium) que podría revolucionar las aulas en todos los sentidos, tanto con las miras de aumentar la productividad como de prohibir su uso entre el alumnado.

El ChatGPT viene a levantar las ampollas de un debate que lleva años en la enseñanza y en el que las posturas enfrentadas entre los docentes que apuestan por la innovación y los que no parece no atisbar una conciliación. «Es un debate muy antiguo, antes era la Wikipedia y las herramientas anticopy y ahora digamos que esto va más allá. Este sistema se salta esas aplicaciones», apunta el profesor Enrique Sánchez, que da clase en la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Málaga.

Asimismo, Sánchez considera que este enfrentamiento’ viene a reforzar «la dicotomía entre la memorización, el esfuerzo, el sufrimiento y el trabajo colaborativo (...). Si estás en el bando de los codos, esta herramienta viene a darle la vuelta, viene a evitar ese sufrimiento».

El docente defiende que, en el aula, la filosofía principal debería ser la que indica una cita del célebre pedagogo John Dewey: «Si enseñamos a los estudiantes de hoy como enseñamos ayer, les estamos robando el mañana». La comunidad educativa apunta que esta situación es similar a la que ha ocurrido con la última ley educativa que promulgó el gobierno en 2020, la Lomloe: «Pone el foco en la tecnología educativa. El mundo ha cambiado y tenemos que enseñar de otra forma».

Detectar el plagio

Uno de los aspectos más innovadores de la herramienta es que genera, en tal solo unos minutos, cualquier tipo de texto de la temática y características deseadas, según detallan en el IES Picasso: «La verdad que yo no lo he usado, lo descubrí el otro día en el instituto. Estuvimos alucinando. Puedes ser súper concreto. Puedes generar un texto sobre la Segunda Guerra Mundial, de 1.000 palabras en el estilo de un adolescente, por ejemplo».

Dichas instrucciones hacen que resulte muy complicado, incluso para las aplicaciones de detección de plagio, reconocer que el trabajo no ha sido realizado por el alumno. Aún así, los centros educativos de Málaga consideran que no hay que demonizar este tipo de recursos. Así lo dice Laura Moreno: «Es nuestra responsabilidad y del alumno sacarle provecho, no solo usarlo para plagiar, sino con una conciencia crítica», subraya la docente del instituto de Nueva Málaga.

Su opinión es compartida por Enrique Sánchez, que reconoce: «Si le damos la espalda, va a venir un tutorial de YouTube y me lo va a enseñar (...). Es una tecnología buena, vamos a aprovecharlo».

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En la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la UMA valoran las posibilidades que plantea la inteligencia artificial para verificar las informaciones que se publican en internet o detectar si sus fuentes son fiables.

Así lo detalla a La Opinión de Málaga el profesor de Periodismo Bernardo Gómez: «Oponerse al Chat es como oponerse al uso del móvil. Lo que hay que hacer es integrarlo en la docencia». Entre los ejercicios que puede ofrecer, cita los siguientes: «Vamos a pedirle que nos haga un texto y a partir de ahí vamos a buscar las fuentes en las que se ha basado, vamos a verificar la información, vamos a repensar cómo diríamos algo que el Chat dice de una manera».

El desarrollo de la competencia tecnológica, que no es más que un uso eficiente y crítico de los recursos disponibles en internet para facilitar las tareas del día a día es una de las cuestiones pendientes del sistema educativo actual. Desde los institutos tienen clara su carencia: «Puede ser un recurso maravilloso y hay mucha falta de competencia tecnológica. Lo que hay que hacer es enseñar a que lo usen, no solo pasivamente, que tomen el control de las tecnologías», apunta Laura Moreno del IES Picasso.

Asimismo, en la Universidad de Málaga opinan que es imperativo pedir «trabajos de búsqueda y de reflexión, un trabajo personal que no haya una máquina que pueda hacerlo», afirma el profesor Enrique Sánchez, de la Facultad de Ciencias de la Educación.

A él se suma Bernardo Gómez: «No les pidamos a los chavales que puedan hacer trabajos con esto (...). Cuando lleguen a una empresa y se pongan a hacer algo y no sepan hacerlo, no van a tener continuidad».

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