Los embalses han recibido un 57% menos de lluvia que en el anterior año hidrológico

Los siete embalses de la provincia de Málaga han recibido durante los últimos siete meses, los que van de año hidrológico, un 57% menos de lluvia que en el mismo periodo del ejercicio anterior y a estas alturas del mes de mayo. Son datos oficiales de la Junta de Andalucía que muestran con números la enorme preocupación que existe en un territorio que este año espera máximo histórico de visitantes. El agua está garantizada en las ciudades, pero la Mancomunidad de Municipios de la Costa del Sol Occidental ya ha pedido formalmente suministro al Campo de Gibraltar por si no hay nuevas precipitaciones durante el próximo otoño.

¿Dónde encontramos la peor cara de la sequía en suelo malagueño? En la comarca más oriental, la Axarquía, la despensa agrícola de una Málaga que no deja de crecer en términos económicos. El principal pantano malagueño, el de La Viñuela, estaba este viernes al 9,86% de su capacidad. Es decir, técnicamente «muerto». Y eso que en los últimos siete meses no ha ido ni una gota suya a los regadíos intensivos de una zona que presume de ser la principal productora de aguacates y mangos de toda Europa.

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Justo en el entorno del embalse axárquico se han registrado en lo que va de año 176 litros por metro cuadrado, frente a los alrededor de 500 que marca la serie histórica. La propia Junta señala que en el ejercicio de 2021 a 2022, a estas alturas de mayo, se habían contabilizado un total de 239,5 litros por metro cuadrado.

La media provincial no difiere en lo que va de año hidrológico. Los siete embalses suman 1.218 litros, con lo que la media está en 174 litros, prácticamente los recogidos en La Viñuela. Pero la caída en esa media es más acusada respecto a lo acumulado hace ahora un año. Porque en el anterior ejercicio hidrológico, hasta mayo, la provincia en su conjunto había acumulado unos 2.800 litros, o lo que es lo mismo, más de 400 litros por metro cuadrado de media.

La Junta de Andalucía ha trasladado a la ciudadanía, a través de su presidente, Juanma Moreno, que habrá restricciones significativas, «si no vuelve a llover en los meses que restan de año hidrológico, de aquí a septiembre», como limitaciones en el uso del agua potable para la limpieza viaria o el rellenado de las piscinas.

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Algunos de los portavoces de los principales sindicatos agrarios insisten en que deben tomarse medidas urgentes para que el campo malagueño no esté condenado a abandonar a su suerte sus producciones. Y en el ámbito autonómico, este próximo lunes, hay convocada una rueda de prensa por parte de la Mesa Social del Agua de Andalucía.

Dicha movilización pretende denunciar «el mercadeo en la cesión de derechos del agua en situación de sequía». Aunque la convocatoria está prevista al filo del mediodía en la sede de la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos de Andalucía (UPA), también habrá representación de colectivos como AEOPAS, CCOO, UGT, COAG, Ecologistas en Acción, Facua, Fundación Nueva Cultura del Agua, Fundación SAVIA o Greenpeace.

En este momento, los siete embalses malagueños mantienen almacenados 209,4 hectómetros cúbicos de manera conjunta. Representan el 34,24% de los algo más de 600 hectómetros que son capaces de albergar. En porcentaje figura a la cabeza el embalse de la Concepción, pero aporta al total algo menos de 44 hectómetros. La mayor aportación es la del pantano del Guadalteba, que al 49% acumula 75 hectómetros.

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El tercero que más agua acumula es el del Guadalhorce, con 41 hectómetros (32,5%). Y le sigue el del Conde de Guadalhorce, con otros 18 hectómetros (27%). Otros 16 hectómetros se localizan en La Viñuela y los 16 restantes se los reparten el embalse de Casasola, situado en el término municipal de Almogía, con un total de 8 hectómetros (37%), y el del Limonero, en la capital malagueña, con 7,6 (34%).

A estas alturas del año hidrológico, hace justo 12 meses, el agua embalsada en la provincia sumaba 328,5 hectómetros cúbicos. O lo que es lo mismo, ahora nos encontramos con un 32% menos de reservas hídricas en los pantanos. La sequía se ha vuelto pertinaz.