Innovación al servicio del aprendizaje

Educación completa la innovadora transformación de sus espacios

La facultad de Ciencias de la Educación de la UMA ha transformado sus aulas y espacios de enseñanza para aplicar la metodología activa. Destacan su nueva aula experimental y un aula exterior eficiente

Las nuevas aulas experimental y eficiente de esta facultad se unen a los cambios que se han ido haciendo en todas las clases para implementar la metodología activa de enseñanza

Lola Madrid, secretaria de Ciencias de la Educación, y la decana, Rosario Gutiérrez, en el aula experimental.

Lola Madrid, secretaria de Ciencias de la Educación, y la decana, Rosario Gutiérrez, en el aula experimental.

Los espacios educan y se relacionan directamente con las metodologías activas de aprendizaje. La Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Málaga ofrece el mejor ejemplo de estas nuevas claves en la enseñanza. Tras un proceso de más de diez años, tiene prácticamente culminada la transformación del edificio que ocupa en el campus de Teatinos. Una profunda renovación que ha ido desde quitar las tarimas de las aulas hasta crear espacios tan innovadores como un aula experimental o un ‘Espacio educativo exterior eficiente’.

Los más de 4.000 estudiantes de los grados y posgrados que se imparten en esta facultad ya no dan clase en aulas con bancas fijas y atornilladas al suelo. «Eso está más vinculado a la lección magistral. Pero nosotros trabajamos, por ejemplo, con clases invertidas, o sesiones donde no necesariamente interviene primero el docente», explica la decana del centro, Rosario Gutiérrez.

Por ello, en este proceso de cambio impulsado por el anterior decano y actual vicerrector de Estudiantes, Francisco Murillo, una de las primeras actuaciones fue quitar las tarimas de las clases.

Dos alumnas en el aula experimental que acaba de inaugurarse en Ciencias de la Educación.  l.o.

Dos alumnas en el aula experimental que acaba de inaugurarse en Ciencias de la Educación. l.o. / .

«Fue una de las decisiones más llamativas, convencidos de que la autoridad del docente no depende de una tarima», argumenta Lola Madrid, secretaria de Ciencias de la Educación y experta en Organización Escolar.

Hoy en día, con la mayor parte de las aulas renovadas, incluidas las que ‘heredaron’ con la marcha de la Facultad de Psicología a un nuevo edificio, tienen clases con mobiliario movible y adaptable que les permite aplicar metodologías colaborativas.

Algunas tan llamativas como el aula de Música, que no tiene mesas ni sillas sino una grada y asientos tipo puf y donde se atrevieron incluso a quitar la mesa del docente.

El aula de música es de las más llamativas.

El aula de música es de las más llamativas. / .

También destacan zonas como una pequeña salita para los estudiantes de doctorado que es «como un salón de casa» para el tiempo de descanso.

Está en proceso a falta sólo del mobiliario un aula de Psicomotricidad, que la decana destaca que será muy útil para los alumnos del título de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte que se estrenó el pasado curso.

Son reformas que han ido acometiéndose poco a poco conforme el presupuesto lo ha ido permitiendo, detalla Rosario Gutiérrez, que diferencia entre las aulas y espacios que han necesitado una obra, además del cambio de mobiliario y la renovación de medios técnicos audiovisuales que se ha llevado a cabo en todo el centro.

Espacio Educativo Exterior Eficiente.

Espacio Educativo Exterior Eficiente. / .

Aula experimental

Un capítulo aparte son proyectos más singulares liderados por el Vicerrectorado de Smart-Campus, como los que en este inicio de curso se han inaugurado, destacando especialmente el aula experimental y el ágora tecnológica o ‘Espacio educativo exterior eficiente’.

El aula experimental se ha creado en el marco del proyecto ‘Naturalezas docentes’, del Vicerrectorado de Smart-Campus, liderado por el arquitecto y profesor de la UMA Ferrán Ventura.

Se trata de una clase en la que la naturaleza y el propio espacio son los protagonistas y que favorecerá la creación de situaciones de aprendizaje por parte de los alumnos de Ciencias de la Educación con grupos de escolares de Infantil y Primaria.

Son dos espacios conectados que suman más de 200 metros cuadrados y que ha sido diseñado por un equipo interdisciplinar. Un aula en la que los menores que visitan la facultad podrán sentirse a gusto y que al mismo tiempo servirá de espacio de investigación a los alumnos.

Esta aula experimental tiene una gran presencia de vegetación para potenciar aspectos del proceso de aprendizaje como mejorar la concentración y el rendimiento.

Esta aula, cuya coordinadora por parte de Ciencias de la Educación ha sido la profesora Lola Madrid, requiere un protocolo de uso para sus sofisticadas instalaciones como el sistema de grabación con unas mini-cámaras ocultas. Un sistema instalado para que los estudiantes puedan analizar a posteriori el comportamiento de los niños mientras juegan o interactúan entre ellos.

Aulas como esta posicionan a Ciencias de la Educación en un puesto muy destacado en cuanto a innovación respecto al resto de facultades del entorno.

Así, Lola Madrid detalla que hay otras facultades con espacios pensados para este tipo de aprendizaje, en el que reciben a niños y niñas de centros educativos, pero son más estereotipadas. Un referente importante para desarrollar este proyecto sí ha sido la ‘Hiperaula’ de la Complutense de Madrid.

Otra de las aulas que el rector, José Ángel Narváez, ha inaugurado en este principio de curso ha sido el llamado ‘Espacio Educativo Exterior Eficiente’. Un enclave que se asemeja al ágora de Platón pensada para grupos reducidos, obra también del arquitecto Ferrán Ventura.

Se trata de un espacio dedicado a la innovación docente que incorpora inteligencia artificial que permite conocer las condiciones climáticas, los vientos, la acústica o incluso el número de personas que están sentadas o de pie. Unas condiciones que pueden adaptarse según la actividad que se vaya a realizar.

Aunque está situada en el exterior de Ciencias de la Educación, está aula puede ser usada por cualquier otra facultad.

La Ecoaula es otro de los espacios que han construido y en el que ya llevan un año recibiendo visitas de escolares

Ecoaula para escolares

También hay que destacar la Ecoaula, que lleva ya más de un año funcionando y que la decana subraya que «está dando mucho juego para recibir a grupos escolares. Ha sido un éxito. Está muy demandada», afirma.

Ubicada en la zona sur del centro, junto al aparcamiento, es un espacio rectangular delimitado por una valla de madera, con espacios ajardinados y un huerto circular de carácter didáctico.

La ampliación de puestos de lectura y salas de trabajo en la biblioteca, junto a otras mejoras, y la reforma del vestíbulo son otros de los cambios que ha experimentado la Facultad de Ciencias de la Educación en estos últimos años.

La biblioteca ha ganado puestos y salas de trabajo.

La biblioteca ha ganado puestos y salas de trabajo. / .

Un periodo de transformación en el que se han unido tanto la voluntad consciente de cambio para adaptar el espacio a las nuevas metodologías docentes, como la marcha de Psicología, que ha supuesto una importante mudanza interna al adaptar aulas o cambiar despachos.

Ahora, en el que es el último año del equipo decanal que encabeza Rosario Gutiérrez, quedan proyectos pendientes como la Isla Verde. Un espacio exterior de descanso que ya tienen muchas facultades pero que en esta tendrá una peculiaridad. No sólo se está haciendo pensando en los estudiantes universitarios, sino también en los escolares que visitan la facultad y en sus familias. «Un espacio de conciliación familiar», apunta la decana.

El otro gran proyecto pendiente es la que quieren llamar ‘Sala Violeta’, un espacio cultural y expositivo, pero también de usos múltiples. Según explica Rosario Gutiérrez, se ubicará en la antigua Secretaría de la Facultad de Psicología y estará dividido en dos zonas, una sala de profesores donde se pueda recibir a visitantes u organizar reuniones, y un espacio cultural para exposiciones o presentaciones de libros.

«Se llamará Sala Violeta porque queremos que tenga el punto feminista que el centro defiende. Que sea una especie de reconocimiento y homenaje a esa lucha. Vamos a intentar que las actividades culturales predominantes sean por y para mujeres», cuenta la decana. El proyecto ya está hecho y los técnicos de Smart-Campus ya han ido a valorarlo económicamente.

Por otra parte, el salón de actos y el de grados necesitan una renovación, tanto para hacerlos accesibles como en cuanto al mobiliario. Una tarea, como explica Rosario Gutiérrez, que probablemente será ya del próximo equipo decanal.

La gran transformación de Ciencias de la Educación está ya lista. Ahora sólo queda que los alumnos la aprovechen siendo «lo más colaborativos posibles, trabajando en grupo, compartiendo experiencias». Así se lo aconsejan tanto la decana como la profesora Lola Madrid: «Que disfruten la facultad y la vivan».