Cerebros de la UMA

"Los científicos vivimos en una infancia constante, nunca dejamos de aprender y de tener curiosidad"

La joven investigadora Miriam Bettinetti ha sido reconocida por la Sociedad Española de Neurociencia como una de las cinco mejores estudiantes de Doctorado a nivel nacional

Miriam Bettinetti, investigadora de la Universidad de Málaga.

Miriam Bettinetti, investigadora de la Universidad de Málaga.

La investigación es un camino difícil que requiere constancia y largos años de trabajo para lograr avances. Además, los investigadores no siempre reciben el apoyo que deberían. Por eso, para Miriam Bettinetti el reconocimiento que acaba de recibir es un honor y un estímulo. A sus 24 años, esta joven investigadora del área de Biología Celular de la Universidad de Málaga ha sido reconocida como una de las cinco mejores estudiantes de doctorado a nivel nacional por la Sociedad Española de Neurociencia (SENC). La mayor distinción para los estudiantes de doctorado de todos los ámbitos de la Neurociencia a nivel nacional.

La SENC distingue cada dos años a estos estudiantes y los invita a presentar su trabajo de investigación en el congreso que organiza la Sociedad, que se celebró el pasado septiembre. En el mismo se hizo entrega del premio de excelencia Rita Levi-Montalcini.

Miriam Bettinetti quedó entre las cinco finalistas por la tesis doctoral que está realizando bajo la dirección de los profesores de la UMA David Baglietto Vargas, Raquel Sánchez Varo y Antonia Gutiérrez, pertenecientes al grupo de I+D ‘NeuroAD.

Un trabajo titulado ‘Visceral adipose tissue triggers tau pathogenesis in transgenic mice through cdk5/p25 pathway’, que se centra en el estudio del tejido adiposo, es decir, en nuestra grasa corporal, en el desarrollo y progresión de la enfermedad de Alzheimer.

«Es un enfoque bastante innovador que pretende dilucidar los mecanismos por los que está grasa se comunica con el cerebro en condiciones patológicas», explica la investigadora. Junto a Miriam colaboran Juana Andreo, Cynthia Campos e Iván Fatuarte.

Miriam Bettinetti, que ha sido la estudiante nominada más joven de esta edición, estudió Biología en la Universidad de Málaga, tras lo que cursó el máster en Biología Celular y Molecular de la UMA y se decantó definitivamente por el estudio de la Neurociencia.

Ahora está en el segundo año de su tesis doctoral y a punto de realizar su primera estancia en el extranjero, paso imprescindible en la carrera investigadora y que ella hará en Houston, en EEUU, durante tres meses gracias a una beca de la fundación IMFAHE.

Tras recibir este reconocimiento en su aún corta trayectoria, esta estudiante comenta que la investigación «es un ámbito muy competitivo, donde todo el mundo está muy bien formado y hay muy poca financiación».

Reivindica en este sentido mayor apoyo por parte de las instituciones en España y admite que nuestros investigadores son más valorados fuera que en su propio país.

Por eso, aunque ve muy importante pasar un tiempo investigando en otro país, cree que debe ser durante un tiempo determinado y apuesta por «fomentar la estabilidad de nuestros investigadores cuando vuelven a España».

Miembros del grupo de investigación en el que trabaja Miriam Bettinetti.

Miembros del grupo de investigación en el que trabaja Miriam Bettinetti. / .

"Hay que fomentar la estabilidad de nuestros investigadores cuando vuelven a España. Es algo que nos falta"

Techo de cristal

Otro reto, según explica, es la brecha de género y los techos de cristal. «Dos dificultades muy reales y significativas aunque cada vez nos encontramos más y más mujeres en puestos directivos y en las carreras».

De hecho, Miriam se siente privilegiada por pertenecer a un grupo investigador con siete doctorandas actualmente y destaca el que la jefa también es una mujer.

Se refiere a la catedrática Antonia Gutiérrez, investigadora principal del grupo de investigación NeuroAD y directora del departamento, que está siendo para esta joven un referente y una guía en su carrera.

Igualmente, subraya la entrega de Raquel Sánchez, una de sus directoras de tesis e investigadora principal en la Facultad de Medicina, y de David Baglietto, su otro director e investigador principal del proyecto que realiza Miriam.

«Son tres personas brillantes, afables, cercanas. Todos deberíamos aspirar a trabajar con gente a la que respetas y, en definitiva, admiras», destaca.

Curiosidad y escepticismo

e todos «los científicos, en general, somos un poco niños, vivimos en una infancia constante, nunca dejamos de aprender y la curiosidad es algo que nos caracteriza».

También destaca su carácter escéptico: «No nos creemos lo que nos digan porque sí, necesitamos datos, pruebas que respalden las afirmaciones y por supuesto debemos ser muy perseverantes, e incluso un tanto cabezotas, para seguir empujando los límites del conocimiento a pesar de las dificultades».

Su próxima meta es seguir contribuyendo a hacer nuevos descubrimientos en su ámbito de investigación, aunque también le gustaría sensibilizar a la gente sobre la relevancia de la investigación, a través de actividades de divulgación.

«Mi mayor esperanza o meta a largo plazo es que estas iniciativas, en algún momento, hicieran a las generaciones venideras embarcarse en una disciplina tan bonita como la Neurociencia», concluye.