Crónicas de la ciudad

Icomos vuelve a la carga para señalar La Farola

En pocos días y en ámbitos distintos, socialistas y populares han abrazado el pasado más reaccionario y dañado el interés general con el pacto con Junts y con la Torre del Puerto, respectivamente

Icomos: "La construcción del hotel-rascacielos conculcaría la Ley del Patrimonio Histórico Español"

El alcalde de Málaga, tras el cuarto informe de Icomos contra la Torre del Puerto: "Tiene más ventajas que inconvenientes"

La Farola, en una foto de archivo.

La Farola, en una foto de archivo. / Carlos Criado

Alfonso Vázquez

Alfonso Vázquez

Con pocos días de diferencia hemos visto a los dos grandes partidos de España, el primero en el ámbito estatal y el segundo en el municipal, abrazar con fruición el pasado más reaccionario y dañar el interés general.

Y así, en primer lugar, gracias al pacto PSOE-Junts los socialistas no han puesto un pero al ideario ultra de los bulos sobre la Historia de España y el ‘procés’, ni al intento de torpedear el trabajo de los jueces. Una de las comunidades más ricas y sus políticos más deshonestos vuelven a llevarse el gato al agua por pura conveniencia electoral.  

En el ámbito municipal, el PP sacó adelante esta semana en Málaga la puesta al día del desarrollismo franquista con el visto bueno al disparate del hotel-rascacielos presidiendo la ciudad. 

Ni uno solo de los diputados y concejales de las respectivas formaciones dudó en respaldar al líder. Hace muchos años que la política en España es un asunto de militantes y milicias, de bandos enemigos enfrentados. Quien discrepa suele terminar expulsado del partido o bien disfrutará de una mesa vacía el resto de la legislatura.

Frente a una clase política en la que pesa más el cargo que la libertad de conciencia, resulta esperanzador pero al mismo tiempo vergonzoso que una organización internacional como Icomos, que asesora a la Unesco, haya tenido que pronunciarse por cuarta vez en contra de la insensatez de la Torre del Puerto.

En todo caso y como comentaba esta semana un conocido arquitecto malagueño, qué paradoja que este inmenso disparate pudiera terminar haciendo aguas, no por la cuestión principal -el enorme daño a la imagen de Málaga- sino por su relación con La Farola, declarada Bien de Interés Cultural

Agustín Ten, el último farero que vivió en La Farola, en una foto de archivo.

Agustín Ten, el último farero que vivió en La Farola, en una foto de archivo. / Carlos Criado

De cualquier forma no hay que olvidar, recordaba con ironía este arquitecto, que alguien como Al Capone terminó yendo a la cárcel por evasión de impuestos, así que los caminos de la Justicia son inescrutables. 

Uno de los puntos más rotundos del cuarto pronunciamiento de Icomos es el que combate la leyenda de que Málaga necesita un nuevo faro. Icomos recuerda que La Farola puede seguir funcionando perfectamente y que el nuevo faro será consecuencia en todo caso del mamotreto catarí y por tanto, dinero público para hacer posible una inversión privada.

En suma, no todo está perdido pero abochorna una clase política que traga con carros y carretas aunque luego discrepe por detrás. Si los diputados socialistas y los concejales populares votaran en conciencia otro gallo cantaría, pero se quedarían sin sillón y sin Ingreso (Máximo) Vital.

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