El Ayuntamiento de Málaga sigue adelante con su plan de los denominados puentes-plaza como solución para el río Guadalmedinadesde el puente de Armiñán hasta su desembocadura.
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Este es el tramo que queda en manos del Consistorio después de que la Junta de Andalucía acometiese la integración del río mediante la creación de una senda fluvial aguas arriba de Armiñán, así como la restauración forestal junto al embalse del Limonero.
La Junta presume de "pulmón verde" junto al Guadalmedina
Aguas abajo, el equipo de gobierno ha descartado todas las propuestas de renaturalización que, según la concejala de Sostenibilidad Medioambiental, Penélope Gómez, reducirían hasta un 40% la capacidad del río, incluido el proyecto de Ecologistas en Acción.
Por ello, continúan con el plan de los puentes-plaza para el cauce, a saber, uno de gran envergadura situado entre los puentes de Armiñán y de la Aurora junto a otras conexiones de menor calado a la altura de la plaza de Camas.
No obstante, ese planteamiento podría verse alterado a partir de febrero, cuando Emasa espera recibir los resultados de un estudio encargado a la empresa ingeniera Narval sobre el cauce del Guadalmedina.
El Ayuntamiento de Málaga defiende que el Guadalmedina solo se puede renaturalizar aguas arriba
Este estudio, según la edil de Sostenibilidad Medioambiental, aclarará, básicamente, qué se puede hacer y qué no en el cauce, después de que la Junta, a través de la Consejería de Agua, haya modificado las normas de explotación de la presa del Limonero, que regula el caudal del río. «Una vez que tengamos el estudio, ya vemos, con ese caudal de diseño, cómo funciona el cauce, el canal, y ya vemos qué se puede plantear», asegura Gómez, que no descarta incluso modificaciones en las ubicaciones de los puentes-plaza.
«El Guadalmedina puede sumar 850 metros cúbicos y por su cauce caben 600»
La edil de Sostenibilidad Medioambiental enfatiza que las nuevas normas de explotación de la presa rebajan el caudal máximo de 600 metros cúbicos por segundo a 460 metros cúbicos por segundo en su punto más desfavorable cuando el río empieza a estrecharse. Históricamente, el caudal de diseño del Guadalmedina se había fijado en los 600 metros cúbicos por segundo y, de hecho, era el límite que fijó el Centro de Estudios y Experimentación de Obras Públicas (Cedex), dependiente del Ministerio de Transportes, para plantear un embovedamiento del río.
Ahora, la Junta ha rebajado esa exigencia y el Ayuntamiento de Málaga está estudiando cómo puede afectar a su propio plan. «Ahora con 460 queremos saber qué pasa ahí», continúa Penélope Gómez, que incluso se abre a la posibilidad de rebajar la altura de los muros laterales en la zona del puente de la Aurora, donde los peatones no alcanzan a ver el cauce desde la acera.
«Ya veremos lo que se puede hacer. Hasta que no tengamos el estudio con esos nuevos caudales no podemos definir hasta dónde podemos llegar porque, por supuesto, no podemos hacer nada que lo deje sin capacidad, el canal tiene que tener capacidad para desaguar esos 460 metros cúbicos por segundo», insiste la edil de Sostenibilidad Medioambiental.