Crónicas de la ciudad

El Puerto de La Coruña y el de Málaga

En 2019 el decano de los arquitectos madrileños, ante la futura ‘unión puerto-ciudad’ en La Coruña pedía que no se dañara ni eclipsara la imagen de la ciudad

Infografía publicitaria de la Torre del Puerto, un 37 por ciento más pequeña de la realidad según los cálculos de la UMA.

Infografía publicitaria de la Torre del Puerto, un 37 por ciento más pequeña de la realidad según los cálculos de la UMA. / A.V.

Alfonso Vázquez

Alfonso Vázquez

En muchos puertos de España cuecen habas. En el de La Coruña, sin ir más lejos, se preparan para una gran transformación que abra el puerto a la ciudad, ¿les suena?

Se trata de un trabajo en el que desde el primer día se ha contado de una forma primordial con la Universidad de A Coruña, que ha podido aportar, en pie de igualdad con el Ayuntamiento de A Coruña, las líneas estrategicas del proyecto. 

Además, hace años que se escucha a expertos para evitar que se cometan errores como los de otros puertos de nuestro país; sin ir más lejos, Málaga, donde los máximos responsables del espacio portuario y la ciudad dan la espalda a la oleada de informes de expertos y a las evidencias empíricas, con una defensa numantina de la Torre del Puerto (sus defensores -lo recordaba hace unos días el catedrático Matías Mérida- caben en un taxi). 

A raíz del proyecto coruñés han hablado expertos como quien fuera decano del Colegio de Arquitectos de Madrid, José María de Ezquiaga. En 2019 hacía las siguientes reflexiones en La Opinión de A Coruña, que servirían exáctamente igual para nuestra exitosa ciudad, seriamente noqueada por el virus de la codicia inmobiliaria. 

Aseguraba en primer lugar el decano que «equilibrar las cuentas de los puertos no justifica un sacrificio para una ciudad» y a continuación resaltaba algo con lo que estaría de acuerdo el Colegio de Arquitectos de Málaga: «Nada que se coloque en primera línea del puerto de A Coruña debe eclipsar la ciudad tradicional, que es uno de sus elementos más valiosos de su memoria histórica».

Advertía José María de Ezquiaga que «hay que tener mucho cuidado con los usos y el volumen para que no tengan un impacto sustitutivo de la propia imagen de la zona»

Aboga este experto por «buena arquitectura que calibre bien la escala y las formas de estos elementos para conseguir que se integren y sumen», por eso defendía tanto los concursos de arquitectura y los debates previos como la realización de numerosas simulaciones para calibrar bien lo que se hará. 

Comparen las reflexiones del exdecano con la frivolidad con la que en Málaga algunos indocumentados han acusado de manipulación a la Universidad de Málaga, después de un modélico estudio matemático del impacto visual de un hotel rascacielos de 135 metros, porque no cuadra con las idílicas infografías publicitarias de los cataríes.

En Málaga nos merecemos cargos públicos más sensibles y cultos, de otra manera sus ocurrencias dañarán la imagen de la ciudad de por vida. Que tomen nota en La Coruña para no caer en la misma insensatez. 

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