Historias de Málaga

Federico Alva Varela, segundo alcalde de la II República

El malagueño Federico Alva Varela (1880-1956) se dedicó al comercio y la política. Fue alcalde de Málaga, promovió importantes obras públicas y pasó más de 20 años en el exilio

Fiesta benéfica en el Hotel Miramar en 1933. Federico Alva Varela está de pie en el centro y con gafas.

Fiesta benéfica en el Hotel Miramar en 1933. Federico Alva Varela está de pie en el centro y con gafas. / Archivo familiar

Antonio Lara Villodres

Antonio Lara Villodres

Hoy nos toca hablar de un personaje cuyo paso por el consistorio municipal malagueño fue efímero, sin embargo dejó reflejado en su legado su constante preocupación por la inestabilidad social y política que le tocó vivir y su falta de apego al sillón municipal.

Nos referimos a Federico Alva Varela, comerciante y político. En estas breves páginas trataremos, en lo posible, de mostrarles algunas pinceladas que retraten su personalidad humana y política.

Federico Alva nació en Málaga el 4 de junio de 1880 en el seno de una familia pudiente. Fue hijo de José Alva Sampol, comerciante dedicado a la venta al por mayor, de productos secos y frutas, y de Adelaida Varela Galeato. Desconocemos dónde pudo educarse, lo cierto es que tuvo una buena formación y que siendo aun joven, le llevaron a escribir en el diario republicano El Eco Popular algunos artículos referentes a la pasa y su comercialización en la provincia.

Federico Alva Varela

Federico Alva Varela / Archivo Familiar

Era por tanto, como comerciante, buen conocedor del problema de este producto incluso en su lucha creó la revista La Pasa, de la que fue su presidente por espacio de algunos años y al mismo tiempo presidente de la Comisión de Cosecheros y Exportadores de frutos.

Por los años 20 del siglo XX se sumó a la Logia malagueña Patria Grande 18, una de las mayores de España en número de afiliados, en protesta por el trato que el Gobierno de la Dictadura de Primo de Rivera estaba dando al problema bélico de Marruecos.

Proclamada la República en 1931 fue elegido concejal del Ayuntamiento de Málaga, por el distrito del Carmen, representando al partido Radical de Lerroux.

Revista La Pasa de Málaga

Portada de la revista La Pasa de Málaga / L. O.

Tras un corto periodo en este cargo, el primer alcalde republicano Emilio Baeza Medina lo elige como teniente alcalde de los servicios municipales de Tranvías y Automóviles y algo más tarde de Bomberos. Durante aquellos días, tiene lugar la apertura del diario El Popular que desde 1903 se hallaba cerrado. El nuevo consejo editorial del periódico, lo escoge para la dirección, a partir de junio de aquel año.

Alcalde de Málaga

Unos meses más tarde, el primer edil del consistorio, Emilio Baeza, renuncia al cargo de alcalde y es elegido para sucederle Federico Alva, el 26 de junio de 1931.

La difícil situación económica del Ayuntamiento de Málaga y los problemas sociales que atenazaban la ciudad -huelgas, paro, revueltas, etc... heredados del periodo monárquico anterior- generó una gran dificultad para su gestión y desarrollo, unidos a las constantes críticas de las minorías políticas, que hicieron que el gobierno municipal bajo su mandato fuese extremadamente difícil.

Durante el mismo, emprendió una serie de proyectos sociales encaminados a paliar las fuertes necesidades existentes, entre ellas cabe citar: el matadero municipal de Carranque o también conocido por la Cruz de Humilladero; otra construcción necesaria fue la de un internado para huérfanos de los ferrocarriles en Torremolinos; quizás una de la más importantes sería su esfuerzo y adecuación de al menos unas 150 unidades escolares, dada la carestía de colegios y la deficiente instrucción. Igualmente también impulsó la construcción de Casas Baratas para una población desfavorecida y de grandes carencias; la construcción de una nueva cárcel, pues la antigua se hallaba en un estado lamentable y un nuevo cementerio municipal.

Otro de los aspectos relevantes, a nuestro juicio, que el Ayuntamiento presidido por él fue el llevar a cabo actuaciones en 1932 para incentivar y favorecer el turismo local, firmando convenios con el Patronato de Turismo, con motivo de programarse y organizarse excursiones a la ciudad de Málaga, desde otras provincias, dados los aspectos climáticos, monumentales, etc...que la favorecían.

En mayo de 1933 el alcalde Alva Varela renuncia al cargo alegando motivos personales, pero la realidad fue que estuvo sometido a una gran presión por parte de las minorías de la oposición municipal.

En noviembre de aquel año se celebran elecciones generales, nuestro personaje se presenta por el partido Radical, resulta ganador y elegido diputado a Cortes. Las mencionadas elecciones crearon una gran inestabilidad política a nivel nacional y local, debido a una fusión radical-derechista conocida como Bienio negro. Tras ellas, el descontento surgió en las filas del Partido Radical en el Ayuntamiento de Málaga, cuyo grupo municipal formado por los concejales Federico Alva, Pérez Texeira, Eduardo Frápolli, José Entrambasaguas, Del Río y otros, solicitan por escrito la disolución del mismo o de lo contrario, el grupo renunciaría al partido, como así sucedió posteriormente.

A fines de enero de 1934 tiene lugar la primera reunión del recién creado partido Unión Republicana liderado por Martínez Barrio, en su sede de Málaga, situada en la calle Pablo Iglesias, y al que ya se habían unido los concejales antes mencionados. En ella es designado Federico presidente del comité local y como secretario Eduardo Frápolli.

Federico Alva Varela, de pie, primero por la izquierda, Miembros del Consejo de administración del periódico republicano El Popular.

Consejo de administración de El Popular. Alva Varela es el primero por la derecha, de pie. / Archivo familiar

Al mes siguiente, Alva Varela es propuesto de nuevo para la dirección del periódico republicano El Popular. A lo largo de su gerencia procuró que el diario tuviera mayor capacidad editorial y para ello, proporcionó a los talleres nuevas técnicas y maquinarias más modernas.

Llegadas las elecciones generales de febrero 1936, Alva Varela se presentó por la Unión Republicana y obtuvo de nuevo la designación como diputado a Cortes, por el distrito del Centro.

Durante el periodo en que Málaga queda en manos del Gobierno republicano, el diputado Alva lleva a cabo misiones municipales en Madrid hasta que ésta queda cercada y vuelve a Málaga.

Con la toma de la ciudad por las tropas nacionales en 1937, Federico Alva parte hacia Almería y desde allí, en barco hacia Valencia, donde se pone a disposición de su jefe de partido José Martínez Barrio. Con el cerco a esta ciudad opta por dirigirse hacia Barcelona donde se instala. Al año siguiente es nombrado por el Ministerio de Comunicaciones y Transportes, delegado de la Marina mercante en Marsella (Francia).

Estando en esta función, recibe la noticia del paso del Gobierno de la República española a Francia el 2 de febrero de 1939. Poco tiempo más tarde, renuncia a su acta de diputado. Con la ocupación por las tropas alemanas de parte de Francia el 22 de junio de 1940, nuestro personaje se puso bajo la protección diplomática del Gobierno mexicano, en el castillo de Reynard, a las afueras de Marsella, en el que se alojaban unos 2.000 exiliados españoles y familias, a la espera del permiso de salida del Gobierno de Vichy hacia otros destinos designados por el Gobierno de la República. Allí tiene encuentros con sus antiguos colegas, entre ellos el magistrado del Tribunal Supremo Emilio Baeza Medina y el director del Patronato de Turismo en París y secretario segundo de las Cortes Eduardo Frápolli Ruiz de la Herrán.

Antigua prisión provincial

Antigua prisión provincial / Alfonso Vazquez

Tras ser liberado París en agosto de 1944, se desplaza para entrevistarse con el subsecretario de la Presidencia del Gobierno en el exilio José de Benito Mampel el cual le encargó la misión de viajar a los EEUU con fines políticos desde el puerto Le Havre y posteriormente a México y desde allí, cumplida su misión, regresó a Francia en 1945. Aquel mismo año, Federico Alva Varela fue nombrado inspector general de Prensa y Propaganda de la República en el exilio y al siguiente 1946, lo fue como agregado al Ministerio de Emigración con el cargo de tesorero general de la República.

Posteriormente, y dejando un poco al lado la política, regresa a su antigua profesión de comerciante de frutas y productos secos y trabaja en la ciudad africana de Tánger. Años después, en 1952, el Gobierno de Franco lo exonera de todos los cargos y responsabilidades políticas.

Tras su vuelta a Málaga, Alva Varela dedicó sus últimos años de vida al negocio familiar y falleció el 4 de febrero de 1956.

El consistorio municipal, en recuerdo de su antiguo edil, el 8 de junio de 1970 le concedió una calle, en la barriada de La Unión.

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