Una maldición persigue al Málaga este año bajo los palos. Además de ser el equipo más goleado del fútbol profesional en España y de las Ligas más potentes de Europa, el conjunto malaguista no gana para lesiones de sus porteros, lo que resta continuidad y seguridad en la meta.

El último contratiempo lo sufrió ayer Rubén Martínez, que venía actuando como titular en las últimas cuatro jornadas de Liga. El cancerbero gallego se fracturó en el entrenamiento de ayer el colles de su muñeca derecha y será baja de larga duración. Rubén, que partía como portero titular por delante de Arnau y Galatto, estará con el brazo inmovilizado un mínimo 45 días de baja y a ello habrá que sumarle el periodo de rehabilitación, por lo que podría estar en el dique seco cerca de tres meses.

Su baja abre las puertas de la titularidad, de nuevo, a Francesc Arnau, que ya ha actuado esta campaña hasta en cinco ocasiones desde el inicio.

El cambio obligado en la portería supone el sexto que se produce en la meta blanquiazul en sólo 17 jornadas disputadas. Arnau comenzó de titular ante el Valencia, pero a la siguiente jornada, Galatto ocupó su puesto ante el Zaragoza. Pero una lesión le mandó a la enfermería tras el duelo ante el Sevilla. Llegó el turno de Rubén ante el Getafe. Pero también una lesión le dejó en el dique seco seis partidos. Durante su ausencia hubo alternancia con el meta brasileño y el catalán. Finalmente, en la jornada 13, ante el Mallorca, Rubén volvió al once tras volver de su lesión.

Esta situación se produce justo cuando el Málaga ya ha hecho los deberes. Y es que Asenjo, meta cedido por el Atlético de Madrid, ya se ejercita a las órdenes de Pellegrini y no estará hoy en Gijón por la burocracia, que no permite contar con las nuevas incorporaciones aún. El damnificado con la llegada de Asenjo era Galatto, pero ahora, con las nuevos acontecimientos, puede que todo vuelva a cambiar.