Quién le iba a decir a Javi Ontiveros, después de que su futuro en el Málaga CF pendiera de un hilo al comienzo de la pretemporada, que mañana cumplirá 50 partidos con el primer equipo blanquiazul si bien estima Juan Ramón López Muñiz alinearlo. El canterano, díscolo y con talento a raudales a partes iguales, completará ante el Elche una cifra redonda en el club de su tierra, donde debutó en la élite hace tres temporadas y donde está madurando a base de golpes, errores propios y una proyección descomunal que ha podido ser su principal enemiga.

‘Onti’, reconducido por Juan Ramón López Muñiz para la causa, vive ahora momentos felices en el Málaga CF. Se ha convertido en indispensable en los esquemas del entrenador asturiano, intenta alejarse del todo ruido mediático y asuntos extradeportivos que han hecho peligrar su carrera futbolística en un pasado no tan lejano y ha decidido hablar sobre el césped.

De momento, esta temporada lo ha jugado todo, salvo el partido que se perdió por sanción tras su expulsión ante el Alcorcón. Una tarjeta roja fruto de su ímpetu aún moldeable que levantaron fantasmas del pasado. Pero Muñiz, en ese sentido, ha sido el mejor psicólogo para un jugador que necesita que estén encima de él.

El marbellí, pese a su juventud (21 años recién cumplidos), dio sus primeras muestras de madurez semanas atrás, reconociendo públicamente en una entrevista para La Opinión todos sus errores del pasado. Ahora, centrado solo en el fútbol espera ayudar al Málaga en su objetivo de volver a Primera.

Pero para llegar a los 50 partidos con la elástica del primer equipo el camino de Ontiveros ha sido una auténtica montaña rusa. Debutó en noviembre de 2015 de la mano de Javi Gracia, cuando peor le iban las cosas al entrenador navarro al frente del Málaga -situación que luego supo reconducir-.

Estuvo a caballo entre el primer equipo y el Atlético Malagueño y ya en la temporada 2016-17, con Juande Ramos en el banquillo, se presentó al mundo con un golazo de bandera ante el Deportivo. El gol fue vital, no solo por su bella factura, sino porque fue el del triunfo y en el descuento (4-3). La Rosaleda parecía haber encontrado un nuevo ídolo en la cantera, además malagueño.

En una temporada complicada, con tres entrenadores -Juande, Romero y Míchel- fue el madrileño el que supo sacarle mejor partido en un tramo final de curso donde el Málaga selló la permanencia con un Ontiveros importante. Volvió a ver puerta y repartió varias asistencias, con las que obtuvo el premio al curso siguiente de contar con ficha del primer equipo.

Pero su situación se torció. Una mala pretemporada, asuntos extradeportivos y faltas de indisciplina motivaron que el club le apartara del equipo durante varias semanas. Con este panorama, el Málaga y él decidieron que lo mejor era salir en el mercado invernal y puso rumbo al Valladolid. En Zorrilla ayudó para que los pucelanos ascendieran a Primera.

Con la satisfacción del ascenso con el Valladolid, pero con la decepción de haber contribuido también al descenso del Málaga, Ontiveros se presentó el primer día de pretemporada en La Rosaleda. Muñiz fue franco con él y el club le buscaba equipo. Finalmente, su talento y ahora sí, sus ganas y compromiso por triunfar, convencieron al técnico asturiano, que pronto vio que un Ontiveros centrado y comprometido puede ser un jugador que marque diferencias en la categoría.

Así, suma ya 50 partidos, con el único debe por mejorar que su problema con las tarjetas. Además de la expulsión en Alcorcón, está a una amarilla de cumplir ciclo y perderse otro partido.