Como un surfista que espera la mejor ola, ahora es tiempo de que el Málaga CF aproveche el positivismo que trajo consigo la última victoria en La Rosaleda en el último minuto. Acostumbrado a ser el equipo que perdía puntos en los minutos finales de los partidos, los de Sergio Pellicer afronta una semana difícil pero cargados de motivación. Si grande es el reto, mayores son las ganas de los jugadores blanquiazules de continuar en la buena dirección.

Salvando el tropiezo en el Martínez Valero de hace dos fines de semana, en el arranque de esta segunda vuelta del conjunto costasoleño invita a la esperanza. Sí, es cierto que el equipo de Martiricos a día de hoy está a tan solo dos puntos de los puestos de descenso, pero atendiendo a la dinámica actual del plantel, y sobre todo desde la llegada de Pellicer al banquillo, por plantilla y por rendimiento la salvación deportiva debería estar asegurada esta temporada.

Ya en los últimos encuentros de la primera vuelta y con Víctor Sánchez del Amo aún al frente del buque blanquiazul, el Málaga consiguió encadenar varios partidos sin perder con los que cogió impulso para evitar los puestos de descenso. La segunda vuelta también la comenzó el técnico madrileño, en aquella visita a Oviedo que supondría el principio de su fin por la publicación de un vídeo íntimo y en el que el Málaga logró traerse un punto tras empatar (1-1).

En total, durante los 21 partidos de la primera vuelta, el club malacitano cosechó 22 puntos que lo dejaron en la 16º posición de la clasificación después de cuatro victorias, diez empates y siete derrotas.

Era Pellicer

En cuestión de días, Sergio Pellicer ascendió del Atlético Malagueño al primer equipo para ocupar el lugar de Víctor. Desde el primer momento, el entrenador castellonense quiso dejar de lado todas las cuestiones extradeportivas en las que está sumida la entidad de Martiricos para centrarse única y exclusivamente en fútbol. Con ese discurso, unido al de la humildad y el conocimiento del club y sus jugadores, Pellicer suma dos victorias frente a Ponferradina y Numancia, dos empates con Fuenlabrada y Mirandés y la derrota en Elche.

Con estos números, si hiciésemos una clasificación de lo que llevamos disputado de la segunda vuelta, el club costasoleño sumaría nueve puntos que lo colocarían en la novena posición, a solo un punto de los puestos de play off de ascenso a Primera. Mismos puntos y resultados que ha cosechado el Cádiz en estas semanas, líder de la categoría de plata del fútbol español y rival del Málaga CF el próximo domingo. Pero el Carranza en una cancha muy difícil en la que este año solo ha conseguido ganar el Numancia, curiosamente última víctima de los de Pellicer.

A lo largo de estos partidos, el aliento de la afición del estadio de Martiricos ha sido fundamental. El balance de los últimos cuatro encuentros en el feudo blanquiazul dejan al Málaga invicto y entre los primeros conjuntos de la categoría -teniendo en cuenta solo este período de tiempo-. Dos victorias, dos empates, seis goles a favor y cuatro en contra que se convierten en ocho puntos para seguir en la lucha por estar fuera de los puestos de descenso.

En estas últimas semanas el equipo no ha dado ningún cambio radical a nivel de jugadores, pero sí que se vislumbran brotes verdes en cuestión de actitud. La victoria in extremis ante el Numancia después de pelear sin descanso fue prueba de ello. Porque la principal ha sido la del banquillo y en el mercado invernal de fichajes solo han llegado dos nuevos jugadores a la plantilla malagueña, además del paso de Antoñín Cortés de filial a profesional. Sergio Buenacasa arrancó su etapa malaguista con unas molestias musculares del que parece estar ya recuperado y Tete Morente debutó el pasado domingo en La Rosaleda frente dejando detalles de calidad y actitud.

Si el Deportivo ha sido capaz de ganar sus siete últimos partidos de forma consecutiva, incluido al Cádiz, con el coraje y la fe que demostró el Málaga hace tan solo unos días, además del chute de motivación, el equipo está llamado a seguir creciendo para alcanzar el objetivo deportivo de la permanencia.