­Marbella extraña el dinero que les hacía la vida fácil a los dispendiosos rusos del puerto deportivo y los clubes nocturnos de la glamurosa ciudad balnearia malagueña. Conforme su madre patria se desliza hacia su primera recesión desde 2009 tras la caída del precio del petróleo y el rublo, los rusos sufren la falta de dinero tanto en su país como en el exterior. Los que acostumbraban darse la gran vida en las playas mediterráneas ahora han puesto coto a la juerga y al gasto en propiedades.

«Los hombres de negocios rusos que vienen a Marbella ahora deben recordarles a sus esposas que tienen un presupuesto reducido para hacer compras en Christian Dior», dijo la socialité francesa Olivia Valère, que vive en la ciudad y todos los veranos organiza una fiesta que atrae a celebridades como Eva Longoria y Prince. «Han tenido que limitar sus gastos y, en algún sentido, eso ha sido una experiencia humillante».

La economía del mayor exportador de energía del mundo se contrajo un 2,2 por ciento interanual en el primer trimestre y se pronostica que seguirá contrayéndose en todo 2015 en tanto la mayor debilidad de la moneda y el gran aumento de los precios corroen el poder adquisitivo de los consumidores. Sumado esto a las sanciones contra Rusia, el efecto se extiende y se hace sentir en lugares como Puerto Banús, el puerto deportivo y distrito de tiendas de lujo de Marbella.

«Obviamente esto afecta a los rusos, aun a aquellos que tienen mucho dinero», señaló Natasha Romanov, excampeona de kayak de su país que se codea con la comunidad de los rusos adinerados acompañada por su perrito maltés, Hippie. «Los rusos ganan en rublos pero gastan en euros y en dólares: todo les cuesta el doble».

Estado de shock

El banco central ruso pronostica que el producto interno bruto se reducirá un 3,2 por ciento en 2015. El rublo cayó un 23 por ciento frente al euro en el último año.

La baja de la moneda dejó a los rusos de Marbella «en estado de shock», dijo Mila Kremleva, agente de bienes raíces rusa de la ciudad que llegó a España desde Siberia en 1995. «No sabíamos qué iba a pasar, si íbamos a poder sacar el dinero de Rusia o a entrar en guerra», declaró en una entrevista en una de las propiedades de Marbella que está tratando de vender para un cliente.

Los dueños, un matrimonio ruso, venden la casa de dos dormitorios por 600.000 euros (US$675.000) y piensan volver a vivir a Rusia. En el momento de mayor auge del mercado, la misma casa se habría vendido por 850.000 euros, según Kremleva.

«Los rusos han sido una dosis de oxígeno para Marbella», explicó Ricardo Bocanegra, miembro de la asociación de empresarios y profesionales CIT Marbella y director del Foro Internacional Ruso-Español. «Estamos hablando de rusos de clase media alta y ricos a los que les gusta gastar y conocen Marbella como destino vacacional por el boca a boca».

Pero a pesar de la devaluación del rublo, el turismo ruso ha crecido un 15% en la Costa del Sol respecto a 2014, tal y como arrojan los primeros datos del año referentes a enero y febrero de 2015, lo que significa que la bajada de estos visitantes experimentada en otras zonas de España como, por ejemplo, Cataluña, no se da en el litoral malagueño. Otra cosa bien distinta es que el gasto y las inversiones sean menores que en años anteriores. Hace menos cinco años, en Marbella todo el mundo había aprendido a decir «dobroe utro» (buenos días) y «dobry den» (buenas tardes). Los rusos prácticamente habían comprado a golpe de millones de rublos las principales mansiones de Marbella y en los mejores restaurantes marbellíes las cuentas y las propinas eran exorbitantes. Hace unas semanas en el marco de conferencias del Marbella International Property Show, MIPS 2015, se anunció este repunte del turismo ruso y que podría ir a más gracias a la nueva conexión de Vueling entre Málaga y San Petersburgo. La compañía aérea de bajo coste ha implantado dos vuelos directos a la semana entre ambas ciudades. En este mismo sentido, las autoridades de aviación civil de Rusia y España han acordado duplicar este verano el número de vuelos entre ambos países.

Estas iniciativas surgen de la creciente demanda por parte de los turistas rusos en busca de destinos de sol en la costa mediterránea.

Reactivar este mercado

En Marbella todos confían en recuperar en todo su vigor este mercado y de hecho la Costa del Sol se ha convertido ya en la segunda zona preferida por los turistas rusos cuando viajan a España para sus compras, por lo que se sitúa por delante de Madrid y sólo por detrás de Barcelona.

El centro comercial de Puerto Banús se alza como la segunda zona por volumen de compras para los turistas rusos que vienen a España. Allí se factura el 10,2 por ciento de todo el gasto turístico en compras que realizan estos visitantes, según recoge Turespaña de los datos extraídos de la consultora Global Blue sobre el pasado 2014.

Por tanto, Puerto Banús se sitúa por delante de zonas tan conocidas como el barrio de Salamanca de Madrid (5,5% del total) y solo por detrás del Paseo de Gracia de Barcelona (32,4%).

Entre los artículos más demandados por los turistas rusos en España figuran los de ropa y relacionados con la moda (70,8%), los de viaje, relojería y joyas (11,2%) o los de electrónica de uso personal y para el hogar (2,8%).