Marbella acude estos días a la MITT de Moscú, la principal feria de turismo internacional de Rusia, que celebra su vigésimo cuarta edición desde hoy y hasta el 16 de marzo, donde dará a conocer su oferta de lujo al mercado ruso por la relevancia que presenta tanto a nivel turístico como residencial, según explicó ayer el edil Javier Porcuna.

Una delegación marbellí visita estos días Moscú para captar al turista ruso, un segmento de vital importancia para la ciudad por ser «el lugar de origen de una parte de nuestros visitantes y residentes» y «la puerta de un mercado que identifica a Marbella como ciudad de glamour y lujo», señaló el edil.

La oferta de infraestructuras turísticas serán la carta de presentación de la ciudad, que aglutina el mayor número de hoteles de cinco estrellas y Gran Lujo de la provincia de Málaga, que cuenta con vuelos directos a la capital desde 2013.

La climatología será otro de los reclamos para la atracción de turistas rusos, en cuya feria se presentará Marbella como destino cálido «con una temperatura media de 18 grados, con 320 días de sol al año», indicó Porcuna, al tiempo que se darán a conocer sus 27 kilómetros de playas o su «entorno natural e histórico inigualable y sorprendente».

Además, la ciudad mostrará sus bondades al visitante ruso en el ámbito del ocio y el tiempo libre con la promoción de su oferta de golf, contando con 15 campos para la práctica de este deporte, su variedad gastronómica con 600 restaurantes, cinco de ellos con estrella Michelin, y una oferta de ocio y tiendas de lujo muy atractiva, destacó Porcuna.

En líneas generales, el turista ruso que viaja a España tiene una edad comprendida entre los 25 y los 45 años, una capacidad económica alta y proviene de grandes ciudades, sobre todo de Moscú y San Petersburgo. Sus vacaciones son gestionadas en la mayoría de los casos por agencias de viajes en las que adquieren un paquete turístico y el visado.

Frente a la idea tradicional de que es turista sólo de sol y playa, el turismo cultural se ha consolidado junto con el gastronómico. De hecho, las visitas a monumentos y museos y su pasión por la gastronomía son la tercera actividad más apreciada por los turistas rusos una vez en el destino.