La Cueva de Ardales se ha convertido ya en una de las cunas más importantes del arte rupestre de todo el mundo. Las investigaciones realizadas fundamentalmente en una última fase desde el pasado año 2015 han situado al enclave en el centro de todas las miradas de expertos y curiosos de todo el planeta.

De esta manera, la propia provincia de Málaga se ha posicionado como uno de los territorios prehistóricos más interesantes de Europa. Y es que, entre los resultados, se ha conocido que las pinturas encontradas en la cueva de esta localidad de la comarca de Antequera se habrían realizado hace más de 64.000 años, por lo que corresponderían a la época de los neandertales.

Para llegar a estas conclusiones, los investigadores, principalmente españoles y alemanes, han llevado acabo excavaciones en el ámbito del arte rupestre, algo que no se había hecho hasta el momento. Así, gracias a la técnica de datación uranio-torio se ha podido saber a ciencia cierta el momento de creación del denominado arte no figurativo a cargo de los neandertales, además de casar los datos recabados en este sentido con los extraídos en el proceso puramente arqueológico.

De esta manera lo explica el director de la Cueva de Ardales, Pedro Cantalejo, que a su vez incide en otro peculiar y llamativo descubrimiento de los investigadores. Los profesionales han conseguido descifrar una actividad previa a la realización de las pinturas de los neandertales. Es decir, preparaban herramientas y elaboraban las recetas de los pigmentos que les servían para crear colores y desarrollar ese arte no figurativo, habiéndose encontrado también piedras manchadas u ocre, entre otros elementos.

«Jamás podría haber aspirado a encontrar todo este tipo de actividad, directamente parece que me he enfrentado con la ciencia ficción porque es algo único, un logro muy bonito», resalta Cantalejo, que hace hincapié en la manera artesanal de preparar los pigmentos, proceso para el cual también utilizaban piedras cóncavas.

En este sentido, el responsable de la cueva destaca la diferencia existente entre la citada forma de creación del arte a través de la pintura con la que se da en la actualidad. «Se trata de un proceso de elaboración que un pintor de ahora no tienen que realizar, ya que todo está envasado», reconoce, a la vez que califica el hallazgo de «fascinante».

Los descubrimientos en la Cueva de Ardales han servido, por tanto, para poner a este bien en el mapa de los investigadores. «Hemos metido el gol en un partido de Primera División, por lo que estamos en la Primera División de los yacimientos arqueológicos», asegura Cantalejo, que reconoce que hasta hace pocos años el mundo de la investigación anglosajona no tenía nunca en cuenta a este entorno de Guadalteba.

Muchos son los expertos de lugares europeos y de América del Norte, además de todo tipo de personas, que se están interesando por visitar el enclave. Además, gran parte lo haría combinando esta visita con la del Caminito del Rey, situado en la misma localidad. «Es el paquete perfecto», indica el director de la Cueva de Ardales.

Y es que el hecho de que la citada cueva sea visitable la hace aún más interesante. Sin embargo, Cantalejo resalta la importancia de cumplir con el deber de conservación de la misma. «Tenemos que tener en cuenta que se trata de un producto cultural, por lo que las visitas tienen que realizarse de manera controlada», indica.

En un principio, los investigadores que trabajan en la Cueva de Ardales seguirán realizando su labor hasta el próximo año 2020. Entre otras metas, están a la espera de conocer los resultados del análisis del ADN de doce individuos desde el Paleolítico hasta la Edad de los Metales.