Desde hace varias décadas el maestro e historiador Francisco Gaona Lería trabaja con la idea de plasmar en un libro la historia de Alozaina, pueblo en el que ejerció la docencia. Tras décadas de arduo trabajo de campo, en archivos, búsqueda de datos y evidencias concluyó «que era más eficiente que cada parte de la historia la escribiese un especialista en el área y así fue como creó un grupo de investigación», que él mismo coordina.

Un ilusionante proyecto que está respaldado por el Ayuntamiento de Alozaina y en el que colaboran más de 20 expertos en distintas edades de la historia: biólogos, geógrafos, fotógrafos, así como vecinos expertos conocedores el término municipal, todos de manera altruista y han cedido sus trabajos de investigación de años con propósito de encajar todas las piezas de este puzzle para contar desde la prehistoria hasta la edad contemporánea la vida de los alozainenses.

Gaona anima a cualquier persona a unirse al grupo o que lo hagan de forma individual y «aporten sus trabajos por el bien del pueblo. La gran beneficiada será Alozaina».

La historia del pueblo se presentará en cinco tomos: Prehistoria, Historia Antigua, Historia Medieval, Historia Moderna e Historia Contemporánea que, a su vez, se dividirán en distintos volúmenes dependiendo del contenido o del siglo a tratar.

Alozaina en la Prehistoria

El primer volumen, la Prehistoria, se presentó el pasado 25 de enero en medio de una gran expectación. El alcalde de Alozaina, Antonio Pérez, ensalzó este proyecto pues «no disponíamos hasta la fecha de una historia escrita completa, y por etapas, tan necesaria para el mejor conocimiento de nuestra identidad, entorno, monumentos, tradiciones y otros aspectos que derivan del saber».

En su intervención, el coordinador del grupo de investigación histórico-cultural, Francisco Gaona, expresó su deseo de que este plan histórico sea respaldado por los futuros equipos de gobierno.

Este primer volumen editado por el Ayuntamiento y dedicado a la Prehistoria ha sido escrito por el doctor y catedrático de Historia de la UMA, Juan Fernández Ruiz, y su hija Ana Isabel Fernández García, también doctora en Historia.

Fernández Ruiz destacó la labor de los historiadores porque gracias a ellos no se olvida la vida y obra de otras civilizaciones y recordó que nuestros antepasados «sufrieron penurias, tuvieron sus traumas, les asaltaron sus dudas y se juntarían con ideales que harían de sus vidas algo muy parecido a nuestra propia existencia. La historia, entre otros objetivos, tiene el de acercarnos lo más posible al mundo cotidiano de los pueblos del pasado», señaló. Para ello los historiadores se valen de aquellos vestigios, herramientas, utensilios o ruinas que dejaron y que ha conservado el tiempo para interpretarlos y despejar dudas sobre la vida cotidiana de asentamientos del neolítico como el de El Charcón, hace 6.000 años; megalíticos que vivieron en la llamada Cuesta de los Almendrillos hace 4.500 años; o hace 3.500 años en la Peña de María Sagredo, durante la Edad del Bronce.

Este primer volumen que trata del periodo anterior a la aparición de la escritura, intenta dar respuestas a la manera de vivir, pensar, sentir de los alozainenses prehistóricos, pues «ese conocimiento no deja de ser el basamento, la referencia de nuestra propia existencia como seres cocientes. Como seres capaces de reconocernos», puntualizó el doctor en historia.

El primer volumen de la serie Historia de Alozaina describe y analiza varios restos arqueológicos hallados en el término municipal: cuevas, sepulcros o yacimientos desde la fase más antigua, el Paleolítico, hasta la más moderna, dentro de la antigüedad, la Edad del Bronce.

En torno al VI milenio aproximadamente encontramos la Cueva de las Tres Tinajas sita en la mesa de Jorox, en las que se descubrieron unas vasijas de cerámica decoradas. Unos de los hallazgos más importantes es el Yacimiento del Charcón, de la época megalítica, «que supone un cambio de mentalidad a partir de este momento. Las comunidades humanas se empiezan a enterrar en sepulcros realizados con grandes piedras», explicó la coautora Ana Isabel Fernández.

En verano de 1999 se descubrió el Sepulcro de la Cuesta de los Almendrillos, en el que enterraron hasta 36 individuos junto a sus útiles de la vida cotidiana, y en el que se encontró una pieza única conocida como el idolillo: una figura que posiblemente se trate de alguna divinidad que intuimos que al estar sentada podría estar entronizada», destacó la coautora de este volumen.

Otro de los hallazgos destacados es el Sepulcro del Tesorillo de la Llaná, siendo su morfología lo más singular, con una cámara circular, una antecámara y un corredor en la que se distingue por su técnica de construcción.

Todas las piezas descubiertas en las distintas excavaciones están expuestas en el Museo Arqueológico de Málaga.

Este primer libro, editado por el Ayuntamiento, tiene una tirada inicial de 450 ejemplares y cuenta con 265 páginas, ilustradas con fotografías de las excavaciones y objetos encontrados. Está a la venta por 3 euros, que serán destinados íntegramente a la asociación benéfica Biberódromo de Málaga.