Literatura

El mayor coleccionista de El Quijote está en Antequera

El antequerano José Javier Santos, enfermero de profesión y amante de las letras, reúne en torno a 130 ediciones de la obra más universal y célebre de Miguel de Cervantes: Don Quijote de la Mancha. Ediciones desde el siglo XIX hasta la actualidad, en más de 20 idiomas y formatos diferentes, desde cuentos para niños y libros ilustrados, cómics hasta audiolibros. Un legado que quiere que forme parte de la Ciudad Cervantina. Está trabajando en crear un depósito para los libros en la biblioteca de San Zoilo de Antequera con el fin de asegurar su conservación y poder compartirlas con los demás

Javier Santos en la exposición de su colección.

Javier Santos en la exposición de su colección. / celia paredes. antequera

Celia Paredes

«Hay un pasaje de El Quijote que dice que hay que leerlo tres veces, porque cuando eres niño lo ojeas, cuando eres joven lo lees, pero hasta que no eres adulto, no lo entiendes». Sin lugar a dudas, José Javier Santos ha cumplido con este dicho a la perfección.

Y es que este antequerano, enfermero de profesión, pero amante de las letras, reúne una impresionante colección de más de un centenar de ediciones de la obra más célebre de Miguel de Cervantes fechadas desde el siglo XIX hasta la actualidad y traducidas en más de 20 idiomas.

El germen de esta pasión nació en casa con un ejemplar de El Quijote que ha ido pasando de generación en generación. Pero no fue hasta el cuarto o quinto centenario de la primera edición de la obra que verdaderamente Santos se interesó por la compra de nuevas ediciones «curiosas» y en otros idiomas como chino o japonés. «Cuando algún amigo viajaba al extranjero le encargaba alguna edición. A estas alturas ya no hace falta que les diga nada, me lo traen directamente», confiesa entre risas.

Reúne desde novelas, cómics, mangas, versiones adaptadas para niños, libros ilustrados, audiolibros para DVD hasta la mítica serie de televisión en castellano. Aunque su colección es bastante amplia, valora más la calidad que la cantidad, y es que atesora ediciones «muy especiales con tiradas muy cortas e ilustraciones muy buenas».

A la hora de adquirir los libros, Santos siempre procura poder verlos en persona para comprobar de primera mano el estado en el que se encuentran. «Los compro en cualquier sitio menos en internet. Prefiero irme a una librería de barrio o una tienda de segunda mano que comprarlos online. Necesito tocarlos, ver la edición, el estado de conservación y demás». Su red de contactos dentro del mundillo es amplia, por lo que en muchas ocasiones las librerías le avisan por sí solas cuando les llegan ejemplares de la obra.

Como todo coleccionista, el presupuesto suele ser uno de los grandes impedimentos y es que muchas ediciones se van revalorizando. «Se doblan los precios conforme pasan los años. Hay una demanda muy concreta, pero cada vez hay menos ejemplares en el mercado», explica Santos, al mismo tiempo que asegura que «jamás entraría en mis planes vender la colección».

A raíz de todo ello se sumergió de lleno en ‘aquel lugar de la Mancha’ y comenzó a estudiar la vida de Cervantes y todo el resto de su obra. Es por ello que suele estar presente en todas las actividades, eventos, talleres y charlas de esta temática tan recurrente en Antequera, ciudad que pertenece a la Red de Ciudades Cervantinas por su implicación con la vida y obra del autor. «En todo lo que tenga que ver con Cervantes, ahí me encuentras», afirma.

Javier compagina su trabajo en la UCI del Hospital de Antequera con su mayor afición en sus ratos libres. «Muchas veces me quedo corto de tiempo, pero siempre intento buscar un hueco». Normalmente guarda su colección en casa, pero actualmente se puede ver expuesta en el Centro Comercial La Verónica y parte de ella en el Ayuntamiento de Antequera, complementando otra exhibición de ilustraciones sobre El Quijote.

Sin embargo, su principal deseo es crear un depósito para sus obras en la Biblioteca Municipal de San Zoilo de Antequera con el fin de asegurar su conservación y poder compartirlas con los demás. «Pasaría a ser una exposición permanente dentro de la biblioteca con una sala de estudio cervantino, sin que esto suponga un problema para poder trasladarla momentáneamente a otros sitios de fuera». Además, si lo ven oportuno, estos fondos podrían servir a la gente para hacer donaciones y ampliar la colección.

La sala ya está elegida, solo faltaría acondicionarla, prepararla y ponerla en marcha. «Me gustaría hacerlo lo antes posible para evitar todo el ajetreo del traslado, ya que cuando monto alguna exposición en otro sitio de Antequera, esta es la parte más complicada porque es cuando el libro corre peligro».

Su legado quedaría así en esa biblioteca y espera poder transmitírselo a su hija. «Si consigo que una o dos personas se sientan atraídas por la obra cada vez que hago una exposición o hago alguna actividad relacionada, ya me puedo dar por satisfecho».

Santos ya ha ojeado El Quijote, lo ha leído y lo ha entendido. Ahora se embarca en una cuarta lectura para poder saborearlo una vez más. «Cada vez que lo lees encuentras algo nuevo. El hilo conductor no se pierde y es muy entretenida y disfrutable».