La Junta de Andalucía vuelve a sacar a concurso el Centro de Internamiento de Menores de Málaga

La Consejería de Justicia ha sacado a concurso la gestión de un Centro de Internamiento de Menores Infractores para Málaga, ya que la provincia carece de un centro de este tipo desde que la Junta de Andalucía cerrara el Centro de Menores San Francisco de Asís-La Biznaga en abril de 2021, el único de toda la comunidad autónoma que la Administración regional gestionaba de manera directa.

Desde entonces, los menores que son condenados en la provincia de Málaga a penas privativas de libertad en régimen cerrado o semiabierto por los juzgados de menores tienen que cumplir condena en otras provincias andaluzas, de ahí la necesidad de que Málaga cuente con un centro de este tipo.

El servicio sale a concurso después de que quedara desierta la anterior convocatoria, ya que la empresa adjudicataria, la Fundación Diagrama, no logró hacerse con las instalaciones necesarias para prestar el servicio, que además levantaron el rechazo de los vecinos de las urbanizaciones cercanas.

Diagrama tenía cerrada la compra de la Residencia Jarazmín, una residencia de mayores construida en 2007 en la urbanización El Candado de Málaga capital que no llegó a abrir sus puertas debido a la crisis económica, pero no logró que se cambiara la calificación urbanística de los terrenos para funcionar como centro de menores, por lo que meses después de la adjudicación, la Junta declaró el concurso desierto.

Instalaciones

El centro contará con 48 plazas: 22 plazas masculinas, 14 femeninas y 12 de internamiento terapéutico masculino, en régimen cerrado, semiabierto y abierto, con la posibilidad de incrementar un 10% las plazas previstas en condiciones excepcionales. Además de espacio para el alojamiento de los menores, las instalaciones deben contar con zonas para actividades educativas, intervención psicosocial u orientación laboral.

La entidad adjudicataria se hará cargo de la gestión residencial, alimentación, lavandería, limpieza y mantenimiento de las instalaciones, ya sea de manera directa o subcontratada.

Alimentación e higiene

El menú se elaborará preferentemente en el mismo centro, con cinco comidas diarias y será único para todos los usuarios del servicio de comedor. Se programarán para cuatro semanas, distinguiendo entre menú de verano y de invierno, con menús adecuados para las festividades, incluyendo los domingos. Además del menú general, se confeccionarán otros especiales por atendiendo a necesidades médicas y convicciones religiosas. 

El centro facilitará todo tipo de ropa a los menores que lo necesiten adecuada a las condiciones climatológicas y que no denoten su estancia en el centro en sus salidas a la calle. Además, dispondrá de un servicio de lavandería para lavar y planchar las prendas, que no podrán ser compartidas por otros internos.

Además, se les cambiará la ropa de cama una vez por semana y se ofrecerá todo tipo de productos de higiene y servicio de peluquería.

Servicio médico

Asimismo deberá contar con un servicio médico, compuesto por un médico y un enfermero del propio centro o externo para realizar un reconocimiento médico en el momento del ingreso de los menores en el centro y supervisarán sus condiciones de salud al margen de la prestación de la asistencia sanitaria que se necesite del Servicio Andaluz de Salud.

Al margen de ello, es obligatoria la contratación de un servicio médico de 24 horas que pueda atender en cualquier necesidad sanitaria o situación de emergencia.

Vigilancia y seguridad

El centro de internamiento deberá contar con un servicio de vigilancia compuesto por vigilantes de seguridad, de una empresa externa homologada, y personal propio del centro. Como mínimo, el centro contará con 5 vigilantes en turno de mañana, 5 de tarde y 3 de noche, en turnos de ocho horas cada uno

El centro, que deberá tener un cerramiento perimetral para evitar la entrada de intrusos o la salida de internos, no podrá contar con alambre circular de espino, concertinas o elementos que puedan dañar la integridad de las personas. No obstante, contará con un sistema de videovigilancia en todo el perímetro y en el interior de las instalaciones, a excepción de los dormitorios, cuartos de baño, las salas previstas para el encuentro íntimo o con familiares o ministros religiosos.

Prestación

El contrato del servicio abarcará un periodo de 22 meses (desde el 1 de marzo de 2024 hasta el 31 de diciembre de 2025), prorrogable otros 12 y para su adjudicación, la Administración regional tendrá en cuenta no solo la oferta económica sino la plantilla de profesionales con los que se cuenta o el plan de intervención.

Los equipos de los CIMI incluyen trabajadores sociales, psicólogos y educadores para desarrollar acciones formativas, educativas, de orientación laboral, apoyo escolar, atención psicológica o tratamiento de drogodependencias. Además, cuentan con personal de vigilancia y seguridad y, en este caso, al contar con plazas de internamiento terapéutico, deberán contar con profesionales especializados.

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