Tradición

Casarabonela se la juega al ‘Número oculto’

Lo que comenzó como una apuesta en 2008 del entonces y hoy alcalde del municipio de Casarabonela se ha convertido en una divertida tradición. Unos quinientos vecinos juegan un décimo de la lotería del Niño a ciegas, manteniéndose el número en secreto hasta después del sorteo. La tarde del 6 de enero se reúnen en un bar del pueblo y desvelan el número al que han jugado. ¿Les sonreirá la suerte?

Medio millar de vecinos de este bello pueblo de la comarca de la Sierra de las Nieves juegan a la lotería del Niño sin saber el número del décimo hasta el mismo día 6 de enero

Los vecinos se reúnen en un bar después del sorteo para conocer el número que han jugado.

Los vecinos se reúnen en un bar después del sorteo para conocer el número que han jugado. / J. S.

Josemi Sepúlveda

Josemi Sepúlveda

Si es peculiar el inicio de la Navidad en Casarabonela, con la celebración de la tradicional Fiesta de los Rondeles, la víspera de Santa Lucía, no es menos original su cierre con lo que han denominado como «El número oculto». Nada que ver con las llamadas telefónicas en las que no aparecen los dígitos de quien llama.

Todo comenzó en 2008, hace 16 años, cuando Antonio Campos, actual alcalde del municipio, apostó una suma elevada de dinero en la Lotería de Navidad y al comprobar los décimos constató que no le había tocado ni un euro.

Su frustración fue tal que tomando una cervezas con unos amigos en la barra del bar La Tentación expresó a sus compañeros de barra: «Nadie va a poder con mi ilusión. Voy a comprar un billete para El Niño y le voy a decir al lotero que me lo meta en un sobre y ni me lo enseñe. Y ya lo abriré el día de Reyes u otro día», recuerda el propio Antonio Campos. Aquella idea, en 2008, la secundaron hasta 20 personas más.

Año tras años se han ido sumando más vecinos de Bonela, de otras localidades cercanas, provincias e incluso de distintos países europeos que juegan al que popularmente se le ha denominado como «El Número Oculto», que patrocinan cada Navidad Antonio Campos, Pedro del Río, Juan José Trujillo y Juan Bandera.

Para el sorteo de 2024 pretenden llegar nada menos que hasta los 500 participantes de un juego de doble incertidumbre.

Por un lado las personas que participan juegan con un décimo en el sorteo de la lotería del Niño y a su vez juegan al número oculto: un número de lotería que no conocerán hasta después del sorteo.

¿En qué consiste?

Los participantes abonan su décimo a los organizadores, quienes elaboran una lista con el nombre de cada uno de ellos. Un día antes del sorteo eligen alguna de las administraciones de lotería que hay repartidas por la provincia de Málaga y los organizadores compran los décimos «sin que sepamos el número ni siquiera nosotros. Pedimos que nos lo metan en un sobre cerrado y ese a su vez lo metemos en un maletín. Un maletín al que le coloco unas esposas a mi muñeca y hasta que no se abra el sobre el maletín está atado a mí», relata Juan José Trujillo.

El día del sorteo del Niño se elige un bar o un restaurante morisco donde comen todos juntos y durante la sobremesa se procede a leer la lista de los concursantes y a abrir el sobre con el número oculto. Todo ello trasmitido a través de las redes sociales para los que no puedan acudir a la comprobación in situ del Número Oculto. Las risas y la diversión en la tarde del 6 de enero están garantizadas.

En 2019 les tocó una pedrea y estuvieron apostando en distintos juegos de lotería durante tres meses. «El pasado año participaron 500 personas por lo que agotamos la serie del número. En el próximo sorteo las series serán de 550 décimos y este es nuestro objetivo. Quien desee participar es bienvenido» declara Antonio Campos.

Aunque en esta década y media aún no les ha tocado la lotería ninguna vez, no deja de ser una ingeniosa y divertida manera de jugar a la lotería y de hacer comunidad alrededor del pueblo.

El próximo sorteo está a la vuelta de la esquina, ¿Y si toca el número oculto?