Ana Moura es la cantante portuguesa del momento y una de las más exitosas de su generación. No hay otra voz en Portugal como la de Ana Moura. Una voz que se pasea libremente por la tradición y que, a la vez, flirtea elegantemente con otros géneros, ampliando el espectro de la música lusa y sus conexiones de una manera muy personal. Transforma instantáneamente cualquier melodía a la que presta su voz. Es una chispa inmediata, una explosión emocional dirigida implacablemente al corazón del oyente, lo que se ha traducido en un millón de copias de sus seis discos publicados, colaboraciones con iconos de la música como Prince, Rolling Stones, Caetano Veloso, Gilberto Gil o Herbie Hankock, y reconocimientos entre los que destacan dos Globos de Oro (Portugal), dos Amália (reconocen el mérito de quienes cada año contribuyeron a mantener viva la grandeza del fado) o una nominación a los Songlines Music Awards (Reino Unido) en la categoría de Mejor Artista. Aunque por su inquietud personal y musical recorra otros territorios, como en esta ocasión, Ana Moura asegura “puedo cantar cualquier cosa pero mi alma va a ser siempre fadista en todo lo que yo haga.”