Año 2429 d.C. Debido a ciertos rumores acerca de sus orígenes, el cyborg Hans decide dejar su aldea, convirtiéndose así en un ser errante, la peor de las castas para la sociedad. Como no quiere decepcionar a los dioses por temor a ser castigado, acude al Gran Oráculo para saber cuál es su sino y qué esperan los dioses de él. El Gran Oráculo le anuncia que debe derrocar a la esfinge mecánica que amenaza a los mortales de Tebas. Los dioses han perdido el control sobre la máquina, que tan sólo puede ser desactivada si alguien acierta su adivinanza.

Tras vencer a la esfinge, parece que el destino de este hombre ha cambiado por completo para bien. Los habitantes de Tebas lo aclaman como a un héroe y lo quieren como gobernador de la metrópolis. Hans acepta y contrae compromiso sentimental con Yocasta, viuda del anterior gobernante de la ciudad. Sin embargo, hay algo en él, una eterna pregunta, que le impide disfrutar del éxito y del amor.