Espejo con memoria e instrumento de representación social, el retrato ha estado siempre vinculado a la fotografía. Frente a la sociedad de control y de los medios de comunicación imperante en los últimos cincuenta años, los artistas han reinventado este género con un brío crítico sin precedentes, utilizando tanto imágenes fijas como en movimiento, a veces incluso entremezcladas. Fotógrafos y videoartistas dan así la vuelta a los clichés y muestran cómo no reflejan la realidad, sino que modelan discretamente sus cánones y valores. Sus obras cuestionan la construcción pública de la identidad individual a través de la imagen, sugieren la representación del ser humano en la era de las redes sociales y los softwares de reconocimiento facial.

En el retrato contemporáneo el rostro se vuelve un prisma singular y complejo que huye de la interpretación inequívoca. Afrontar o desviar, ocultar o exponer, distorsionar, travestir, borrar, rechazar… gestos que, mediante la relación creativa entre el sujeto y su imagen, desafían la expectativa de una visión transparente del individuo. Ese «dar la cara» que comparten las distintas prácticas de los veintiséis artistas aquí reunidos, se convierte en un espacio de libertad entre el yo y el otro, o el yo como otro.