Un día cualquiera hace cinco años Mel y Cris se conocieron en Málaga. Fue tal el calambrazo del primer encuentro que esa misma tarde acabaron borrachas, ensimismadas la una con la otra y celebrando sin saberlo aún haber formado una de las duplas artísticas más interesantes del panorama nacional. Pocas semanas después comenzarían a ensayar entre pósters de Patti Smith y La Luz y bajo el tan apropiado nombre de Dreyma, que en islandés responde al significado de soñar.
Salvaje. Este nuevo trabajo, el cual se encuentra en plena continuidad lógica con la propuesta y el sonido de Dreyma, es de entrada una renuncia a la industria del algoritmo, del click rápido; también una negación al esqueleto del disco tradicional. Salvaje es una obra completa y que pertenece al universo exclusivo de Dreyma, un continuum en el que no importa el principio ni el final, sino cómo recorrer el camino que invitan a transitar.