Griñán no tendrá 100 días de placet. El PP andaluz tiene ya diseñada su estrategia, con toreros pintureros y adecuados monosabios en las barreras de los medios informativos de la derecha extrema. Los toriles se han abierto y los miuras resoplan. Griñán y su gobierno, sin apenas sentarse, ya están mereciendo acervas críticas que se suman a tantas insidias, insultos y descalificaciones al pueblo andaluz por parte de señalados columnistas y tertulianos que han hecho del odio político su único argumento para pasearse por los infames programas televisivos que nos inundan. Es de esperar que el presidente andaluz, al que le han dado hasta en el carnet de identidad, tenga la suficiente fortaleza para soportar la tralla y el resto del Gobierno correa para aguantar lo que se le viene encima. La consejera de Presidencia, Susana Díaz, ha comunicado a los ciudadanos la hoja de ruta en estos primeros cien días: plan de choque para crear empleo y mantener los derechos de los ciudadanos (educación, sanidad, bienestar social), todo lo contrario a lo que hace Rajoy y su gobierno. Pero Griñán tendrá que explicar muy bien, sin escudarse en el silencio de mal rollo como hace Rajoy, cómo va a financiar sus propuestas y, además, cumplir el déficit fijado. De una cosa estoy seguro, Griñán no mentirá a Andalucía porque sabe que su credibilidad se basa en decir la verdad.

Cada día los ciudadanos nos levantemos con un incumplimiento electoral de Mariano Rajoy y anuncio de recortes sangrantes por parte de ministros que tienen la rara habilidad de anunciar hachazos con una sonrisa colgada en los labios y una flor en el ojal. Este es un Gobierno que tiene a la ciudadanía en plan de guerra, pese a que recurra un día sí y otro también, a la herencia recibida, lo que evidencia descaro e incompetencia para quien nos lleva al precipicio social y humano de seis millones de parados, reforma laboral incluida. No va a ser grato ver a pensionistas y jubilados, con la patética imagen de miles de personas ya entrados en edad, echados a la calle en protesta, o que la educación, desde primaria a la universitaria, tome las calles para evitar los recortes y medidas adoptadas por el ministro Wert, al que CCOO ha calificado, con razón y argumentos sólidos, de charlatán e incompetente. Rajoy se ha rodeado de Ministros Escasamente Preparados (MEP) donde destacan el propio Wert (fichaje de Arenas), Fátima Baños (fichaje de Arenas), Ana Mato (fichaje de Arenas) y Montoro (fichaje de Arenas).

Y como todo lo que sube tiende a bajar vemos cómo el inventor de la burbuja inmobiliaria, Rodrigo Rato, que tuvo en Aznar a su principal mentor y valedor en la política del ladrillo cuya derivada más cercana y traumática ha sido la intervención encubierta de Bankia, abandona con alevosía el barco de una entidad gestionada por el PP a la que le crujen las cuadernas de popa a proa. Nada nuevo en el imperio de los mercados porque ya Rato abandonó el Fondo Monetario Internacional (FMI) sin dar explicaciones, aunque en uno y otro caso con millonarias indemnizaciones. Rajoy tendría que explicar, aunque no lo hará, cómo el dinero público tan escaso para los que menos tienen, llega a favor y con el viento a favor de los que más tienen.

En estos momentos, con cajas y bancos que cerraron el año 2011 con 180.000 millones en activos tóxicos, me viene a la memoria los largos procesos de intentos de fusión en los que se ha visto envuelta la caja andaluza, Unicaja, con tantos novios de cabecera. Braulio Medel y su equipo pueden alardear de tener una de las entidades más solventes de España y eso, en los tiempos que corren, es aval suficiente para llevar la cabeza muy alta y dar calabazas a tantos novios como le quieren imponer. El derecho de pernada, es historia feudal.

P.D.- (1) En el año 1974, en la Facultad de Económicas de Málaga, asistí al nacimiento de la Asociación Socialista de Andalucía (ASA) y 38 años después lo hago a su agonía. La mayoría de sus dirigentes nunca estuvieron a la altura de su responsabilidad ante el pueblo andaluz; han sido y son mercaderes de egoísmos personales. La historia los condenará al olvido.