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Tribuna

El núcleo irradiador

Una cosa es ser listo y ya lo siguiente es ser como Íñigo Errejón, la eminencia gris de Podemos, el hombre-niño que está al final de la coleta de Pablo Iglesias Turrión. Que Errejón representa no sólo una nueva forma de hacer política sino también una nueva manera, mucho más evolucionada, de ser humano se puede ver por el tuit con el que arrasa en las redes sociales. El viernes, a las 22.26 horas exactamente, Errejón debía andar iniciando la noche con una conexión astral con Gramsci y publicó este mensaje en Twitter: «La hegemonía se mueve en la tensión entre el núcleo irradiador y la seducción de los sectores aliados laterales. Afirmación-apertura». Después, como se imaginarán, fueron todo risas en ese patio de vecinos global que es la red del pajarito que pía. Fue trending topic, que se dice.

Algunos -la derecha esperancista/desesperanzada- lo llamaron pedante, patético y todo por ahí. Pero la mayoría castigó a la española: con la tradicional mofa. Así que hubo risas de las gordas. Tantas que el propio Pablo Iglesias se sumó a la fiesta: «Ser intelectual es jodido, Íñigo. Ya lo sabían en ´Amanece que no es poco». Adjunto iba un enlace a una escena de la hilarante película de José Luis Cuerda donde se aborda ese asunto de la intelectualidad. Errejón, por su parte, respondió al jefe con otro tuit: «Jejeje. A propósito, ¿supongo que me respetarás, no Pablo?». Y le añadía el enlace a otra escena de la misma película. Ésta, en concreto, era aquélla en la que Luis Ciges y Antonio Resines, padre e hijo en el filme, están en la cama listos para dormir y se produce este diálogo:

(Ciges) -Supongo que me respetarás, ¿eh, Teodoro?

(Resines) -¿Qué guarradas está usted pensando, padre?

(Ciges) -¡Déjate, déjate! Que un hombre en la cama siempre es un hombre en la cama.

Pues, nada, así fuimos pasando el día. Ya ven que uno de Podemos en Twitter siempre es uno de Podemos en Twitter. Nunca defrauda. El sábado fue Errejón, pero antes fue Guillermo Zapata, que se quedó sin la concejalía de Cultura de Madrid por haber bromeado en la red social a costa de los seis millones de judíos del Holocausto, de Irene Villa y de las niñas de Alcácer. Por sobredosis de humor negro, Zapata fue castigado sin cargo y borró su cuenta primigenia de Twitter.

Desde el viernes el «núcleo irradiador» de Errejón se ha convertido en una frase hecha imprescindible para esta nueva andadura política. El cómico Berto Romero, en otro tuit, no tardó en incorporarlo a sus usos cotidianos y anunció al mundo, justo a las siete y media de la mañana del sábado, lo siguiente: «Tras un copioso ágape, habiendo éste completado su ciclo intestinal, procede a ser expulsado por mi núcleo irradiador».

En el guirigay de Twitter sólo hubo uno que salió a piar pidiendo un poco de seriedad a tanta portera. Era Juan Ramón Rallo, economista y comentarista económico en la radio de Federico Jiménez Losantos, que escribió: «Se está criticando mucho la pedantería del tuit de Errejón cuando lo más sensato sería tratar de entender lo que está diciendo; conquistar a las masas desde la propaganda y la transversalidad aparente pero inyectándoles poro a poco los mensajes duros y radicales que inicialmente rechazaban. Lejos de ser un tuit que oculte la vaciedad de contenido en formas pomposas, resume perfectamente la estrategia de Podemos en el largo plazo. Y quienes se mofan de él están mirando el dedo y no la Luna». Y yo que creía que la cosa iba sólo de porros...

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